Las protestas en Los Ángeles contra la detención de inmigrantes provocaron disturbios y la detención de más de 400 personas, de las que 61 son mexicanas, medida que provocó una crisis entre el gobierno de Donald Trump y el de California.
Frente a la intensificación de los operativos contra migrantes indocumentados en Estados Unidos, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo afirmó que no es con violencia o redadas como se debe atender la migración, sino con una reforma integral que reconozca el aporte de los migrantes para el desarrollo de ese país.
Sheinbaum subrayó que cuando los casos lo ameriten se defenderán con firmeza los derechos de los connacionales en Estados Unidos, de quienes dijo son gente trabajadora y honesta, con independencia de su condición migratoria.
La presidenta hizo un llamado respetuoso pero firme “a las autoridades estadunidenses, para que todos los procedimientos migratorios se realicen con apego al debido proceso, en un marco de respeto a la dignidad humana y al Estado de Derecho”.
A su vez, el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, aseveró que el gobierno de México agotará las vías legales y diplomáticas para defender los derechos de cada uno de los connacionales que sean detenidos.
Detenciones y disturbios
La intensificación de las redadas contra migrantes indocumentados en los últimos días provocó el estallido de protestas, disturbios y movilizaciones en Los Ángeles, California, que se extendieron a lo largo de cinco días por el rechazo de los operativos realizados por el Servicio de Control de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en esa ciudad, donde se estima vive el mayor número de personas de ascendencia mexicana en ese país, estimado en cerca de un millón 200 mil.
Los disturbios iniciaron la tarde del viernes 6 de junio en el centro de la ciudad angelina, cuando elementos del ICE realizaron detenciones de inmigrantes sin documentos legales, lo que provocó la movilización y el rechazo de integrantes de la comunidad hispana, sobre todo de origen mexicano.
Frente a las protestas contra el reforzamiento de los controles migratorios en una ciudad declarada como Santuario para la migración, el presidente Donald Trump envió elementos de la Guardia Nacional y marinos pese al rechazo del gobernador demócrata, Gavin Newson, y la alcaldesa de ese mismo partido, Karen Bass, quienes calificaron la medida como “una provocación deliberada”.
Durante las protestas, que tuvieron lugar en un área limitada del centro de Los Ángeles, fueron incendiados varios vehículos, se suscitaron enfrentamientos de manifestantes con policías antimotines y fueron pintarrajados edificios públicos, lo que provocó que las autoridades declararan el toque de queda en el centro de la ciudad para tratar de controlar la situación.
El Departamento de Policía de Los Ángeles detuvo a unas 400 personas por los disturbios, incluyendo a 61 que son mexicanos, quienes ya reciben apoyo del servicio consular mexicano.
Los operativos desplegados por la administración Trump contra los migrantes indocumentados desde el inicio de su segundo mandato en la Casa Blanca, el 20 de enero, se intensificaron en varios estados de la Unión Americana, lo que incrementó la tensión en áreas en las que vive un número importante de personas que tienen un estatus migratorio ilegal.
En la tarde del viernes 6 de junio personal del ICE se desplegó en las inmediaciones de un centro comercial del centro de la ciudad de Los Ángeles y en otros puntos aledaños, para realizar una inspección migratoria entre los trabajadores.
La detención de varias personas indocumentadas provocó que al poco tiempo se generaran protestas por parte de integrantes de la comunidad local de la ciudad angelina, compuesta en su mayoría por descendientes de mexicanos, quienes se trasladaron a los centros de detención para exigir la liberación de los detenidos.
En el centro de la ciudad los disturbios ocasionados por centenares de personas, algunas de las cuales se cubrían el rostro y portaban banderas de varios países, provocaron la intervención de la policía antimotines para evitar mayores desmanes, lo que causó algunos enfrentamientos y la detención de decenas de manifestantes.
Estos se ubicaron en las entradas de establecimientos y negocios en los que presuntamente realizarían más detenciones agentes del ICE, volviéndose cada vez más violentos y lanzando objetos contra los elementos antimotines, lo cual obligó a la policía a utilizar gas lacrimógeno, granadas aturdidoras y balas de goma para dispersarlos.
Las imágenes de los disturbios provocaron que el presidente Trump autorizara el traslado de dos mil elementos de la Guardia Nacional, medida que justificó con el argumento de que esa ciudad vivía una “invasión y ocupación por inmigrantes indocumentados y criminales”.
Agregó que “ahora turbas violentas e insurrectas acosan y atacan a nuestros agentes federales para intentar detener nuestras operaciones de deportación. Pero estos disturbios ilegales solo refuerzan nuestra determinación”.
El mandatario republicano aseveró que se restablecería el orden, “los inmigrantes indocumentados serán expulsados y Los Ángeles será libre”.
Más tarde, Trump ordenó el traslado de otros dos mil 100 elementos de la Guardia Nacional y 700 marinos, lo que en total sumó cuatro mil 800 elementos enviados por el mandatario estadunidense.
Para ello Trump acudió a una disposición legal que le permite tomar esa medida cuando exista “una rebelión o riesgo de rebelión contra la autoridad del gobierno de Estados Unidos”.
“Provocación deliberada”
El gobernador de California, Gavin Newson calificó la medida como “provocación deliberada” del presidente Trump y anunció que demandaría al gobierno federal por el despliegue de la Guardia Nacional.
Afirmó que el traslado de tropas fue una ruptura de protocolo porque no fue consultado por la administración federal antes de que se tomara la decisión y aseguró que durante la conversación telefónica que sostuvo con Trump el viernes 6 de junio nunca se mencionó el envío de la Guardia Nacional.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, acusó por su lado al gobierno de Trump de crear una “escalada caótica” en la ciudad al movilizar a las tropas para sofocar las protestas.
Bass manifestó su preocupación por la posibilidad de que más redadas migratorias provoquen un “pandemonio”.
El fiscal general de California, Rob Bonta, presentó una demanda sobre el uso de tropas de la Guardia Nacional luego del primer despliegue, al aseverar que el presidente Donald Trump “pisoteó” la soberanía del estado.
Bonta solicitó al Poder Judicial de Estados Unidos una orden judicial que declarara ilegal el uso de la Guardia Nacional por parte del mandatario estadunidense y pidió una orden de restricción para detener el despliegue.
Continúan las redadas
Pese a las protestas y enfrentamientos ocurridos en Los Ángeles las redadas del ICE contra migrantes ilegales continuaron en la propia ciudad angelina, donde crece la tensión desde hace más de una semana.

Los elementos del ICE prosiguieron con los operativos en las inmediaciones de Los Ángeles y otras ciudades californianas para cumplir con la meta establecida por Trump, que es de por lo menos tres mil arrestos al día, ya que la detención y la deportación de los migrantes que permanecen de manera ilegal en ese país es su máxima prioridad de política local.
Las detenciones continúan en lugares donde de manera tradicional son ocupados trabajadores sin documentos, como negocios de servicios, donde los agentes del ICE acuden con equipo antimotines y sin presentar ningún tipo de orden o autorización proceden a revisar los documentos de quienes se encuentran en esos sitios.
Sin que los dueños puedan hacer nada, en cuestión de minutos proceden a la detención de aquellas personas que no cuentan con documentos que acrediten su estatus legal en ese país y de inmediato se retiran. Los operativos generan un permanente estado de tensión en varias ciudades de California y de otros estados de la Unión Americana.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, aseguró que las fuerzas federales continuarán con su ofensiva contra la inmigración, lo que calificó como un esfuerzo para “liberar a Los Ángeles”.
La funcionaria defendió el uso de las tropas de la Guardia Nacional e infantes de marina, junto con los agentes del ICE y otro personal federal, al afirmar que Trump “tiene derecho a utilizar toda la autoridad que tiene”.
Agregó que los agentes federales han detenido a más de mil 500 personas al día y que el departamento tiene decenas de miles de objetivos en la región.

Se extienden las protestas
Además de las protestas en Los Ángeles, las manifestaciones de inconformidad por las redadas contra los inmigrantes se han extendido a otras ciudades por el aumento del control migratorio por parte de la administración Trump.
La mayoría de las movilizaciones contra los operativos de ICE han sido pacíficas y se han limitado a corear consignas y portar pancartas; solo algunas cuantas se han salido de control como en el caso de Los Ángeles.
Luego de los hechos violentos en Los Ángeles diversas organizaciones de activistas anunciaron que en los próximos días realizarán manifestaciones aún más grandes, con actos que han llamado “No Kings” (“Sin reyes”).
Durante una protesta contra los operativos antimigrantes en Foley Square, en Manhattan, la policía detuvo a más de 80 personas, quienes gritaban y agitaban pancartas para pedir la salida de ICE de Nueva York, movilización que congregó a casi dos mil 500 personas.
En Filadelfia unos 150 manifestantes se reunieron la tarde del martes frente al Centro de Detención Federal de esa ciudad y marcharon hacia la sede del ICE para luego regresar al centro de detención.
La policía ordenó a varias personas que marchaban por una vía importante que se dispersaran y cuando ignoraron las órdenes, los agentes arrestaron a 15 de ellas.
En San Francisco unos 200 manifestantes se reunieron el martes frente al tribunal de inmigración de la ciudad, después de que activistas informaron que se realizaron arrestos.
Unas 50 personas se reunieron también el martes en Seattle frente a un tribunal de inmigración en el centro, coreando consignas al ritmo de los tambores y levantando carteles que decían “Libérenlos a todos, eliminen al ICE” y “No a las deportaciones”. Los manifestantes comenzaron a bloquear las entradas del edificio antes de que llegara la policía.
En Denver un grupo de manifestantes se reunió frente al Capitolio estatal de Colorado, creando un mar de pancartas, incluida una que decía: “Muestren las caras, cobardes del ICE”. El grupo se dividió en dos y cada sector, compuesto por cientos de personas, coreaba y marchaba por dos vías diferentes, bloqueando el tráfico.
La policía les ordenó dispersarse, pero al no atender el llamado los agentes lanzaron humo y bolas de pimienta para controlar a la multitud y 17 personas fueron arrestadas.
El gobierno de Trump aseguró que las redadas y las deportaciones continuarán, independientemente de las protestas.

Compromiso inquebrantable
Frente a estos hechos, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que se defenderán con firmeza los derechos de los connacionales en Estados Unidos y reafirmó el compromiso inquebrantable de su gobierno para brindar apoyo a mexicanos residentes en ese país.
Sheinbaum, quien criticó las prácticas que criminalizan el desplazamiento de personas, hizo un llamado respetuoso a las autoridades estadunidenses para que todos los procedimientos migratorios se realicen con apego al debido proceso.
La mandataria subrayó que su gobierno continuará utilizando todos los canales diplomáticos y legales disponibles para expresar su inconformidad con prácticas que criminalizan la migración y ponen en riesgo la seguridad y bienestar de nuestras comunidades en Estados Unidos.
Sheinbaum manifestó tajante su discrepancia con las acciones violentas y dejó en claro que “condenamos la violencia, venga de donde venga”.
Estimó que el fenómeno migratorio debe abordarse desde una perspectiva integral, humana y con responsabilidad regional.
Y agregó: “México reitera su disposición para continuar colaborando con el gobierno de Estados Unidos en la búsqueda de soluciones que privilegien el respeto a los derechos humanos, la legalidad y el desarrollo compartido”.
Durante su reunión con el subsecretario de Estado, Christopher Landau, el miércoles 11 de junio en Palacio Nacional, la presidenta le manifestó que su gobierno no cree que resulten positivas las redadas para detener a las personas que trabajan honestamente en los Estados Unidos, ya que ello daña no solamente a las personas, sino a la propia economía de ese país.

Atención
El secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, expuso a su vez que los consulados en Los Ángeles, Santa Ana, San Bernardino y Calexico iniciaron acercamientos con los migrantes mexicanos detenidos, que de acuerdo con el gobierno federal sumaban 61 hasta el miércoles 11 de junio.
Puntualizó que a los compatriotas detenidos se les apoya con asistencia consular y poniéndolos en contacto con sus familiares. “Agotaremos las vías legales y diplomáticas para defender los derechos de cada una y de cada uno de nuestros connacionales que se vean amenazados”, señaló De la Fuente.
El canciller agregó que en caso de que compatriotas sean detenidos se les recomienda mantener la calma y recordó que tienen derecho a permanecer en silencio, no deben firmar nada que no entiendan, además de que tienen el derecho por la Convención de Viena a pedir la presencia de personal de su consulado y este tiene las potestades de brindarles la atención y hacerse presente a la brevedad posible.
Frente a las redadas y las protestas, el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán, reiteró su disposición para mantener comunicación constante con todas las agencias y autoridades migratorias de la Unión Americana.
Por ello, solicitó que se comparta de forma oportuna la información sobre mexicanos involucrados en situaciones como las protestas del fin de semana, para saber quiénes fueron detenidos y garantizarles protección consular.
Moctezuma Barragán recalcó que la embajada de México utilizará todos los canales diplomáticos y legales disponibles para garantizar el bienestar de las comunidades mexicanas en la Unión Americana para exigir que se les trate “con la dignidad humana que todos merecen”.
“La migración requiere una perspectiva integral, humana y regional”.
Promete cambios
El presidente Donald Trump reconoció que su campaña de deportaciones masivas provocará una escasez de trabajadores en sectores que dependen de la mano de obra migrante, lo que habían advertido los expertos. En un mensaje el jueves 12 de junio, refirió que los sectores de la agricultura, hotelería y el ocio ya se han visto especialmente afectados por su política migratoria. “Nuestros grandes agricultores y las personas del sector hotelero y de ocio han estado diciendo que nuestra política migratoria muy agresiva está alejándoles a muy buenos trabajadores de muchos años, cuyos puestos son casi imposibles de reemplazar”, escribió. Agregó que “en muchos casos, los criminales que han sido permitidos en nuestro país por la política de fronteras abiertas de Biden, muy estúpida, están solicitando esos trabajos. Esto no es bueno. Debemos proteger a nuestros agricultores, pero sacar a los criminales de EU. ¡Se avecinan cambios!”, anunció después de los disturbios en Los Ángeles y del reforzamiento de sus medidas antimigratorias en varios estados de la Unión Americana.
“Agotaremos las vías legales y diplomáticas para defender los derechos de nuestros connacionales”.
Probable reunión con Trump
La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó su asistencia a la cumbre del Grupo de los Siete (G7), que reúne a las siete principales economías del mundo: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. La reunión tendrá lugar del 15 al 17 de junio en Kananaskis, Canadá. La mandataria mexicana fue invitada por el primer ministro canadiense, Mark Carney. Durante su estancia en ese país sostendrá relaciones bilaterales y a la pregunta de si se reunirá con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contestó que “es muy probable”.