SE ACERCA EL FIN DE LA ALERTA POR LA PANDEMIA

Claudia Luna Palencia
Internacional
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Quedará en manos de cada gobierno hacer la gestión del coronavirus como si fuese otro virus más al que acostumbrarse.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) analiza levantar la declaración de pandemia luego de más de tres años de haberse activado el protocolo internacional más férreo y extenso del que se tenga memoria con cierres, confinamientos, cuarentenas, restricciones a las libertades civiles, comunicaciones aéreas suspendidas y fronteras clausuradas.

Nunca antes la humanidad había experimentado una catástrofe biológica de tal magnitud, al grado de llegar a parar puertos, industrias, aeropuertos y ciudades enteras.

En Catástrofes y Tendencias Globales: Los próximos 50 años el escritor Vaclav Smil explica cómo la formación de las civilizaciones y el trasiego mercantil fueron foco de traslado de infecciones por el mundo.

Smil refiere que la primera pandemia de gripe bien documentada ocurrió en 1580 y han existido otros seis episodios graves durante los últimos dos siglos: en 1830-1833 un subtipo desconocido se originó en Rusia; en 1836-1837 otro subtipo desconocido se originó posiblemente en Rusia; en 1889-1890 los subtipos H2 y H3 se originaron posiblemente en Rusia; en 1918-1919 el subtipo H1 (a pesar de su nombre común gripe española) se originó muy probablemente en Estados Unidos; en 1957-1958 el subtipo H2N2 se originó en el sur de China, con un exceso total de mortalidad mundial de más de dos millones de personas; y en 1968-1969 el subtipo H3N2 se originó en Hong Kong, con un exceso de mortalidad mundial de aproximadamente un millón de personas.

“Esta baja tasa de mortalidad fue atribuible a la protección conferida a muchas personas por la infección de 1957. Ninguna de las epidemias posteriores a 1969 alcanzó el estatus de pandemia virulenta”, indica el escritor canadiense.

Saldos

La pandemia por SARS-CoV-2 no ha tenido parangón y todavía se desconoce el impacto económico y social provocado porque siguen manejándose cifras estimadas y hasta datos preliminares sobre el número de fallecidos. En cierta forma esta pandemia también ha sido una pandemia de mentiras.

China fue el último país en abrir sus fronteras (el 8 de enero) y prácticamente el mundo ha vuelto a la normalidad, a tal punto que la mascarilla solo se usa en algunos países para entrar a las farmacias, hospitales y residencias para personas mayores. En la mayoría se ha dejado a la voluntad de las personas la utilización de la mascarilla para el transporte público y solo algunas líneas aéreas las recomiendan a sus pasajeros para los trayectos más largos.

A la fecha, de acuerdo con datos proporcionados por la OMS, han fallecido por coronavirus seis millones 886 mil 987 personas en el mundo y se han infectado 761 mil 401 millones 518. Al cierre de marzo, a nivel internacional, se han administrado 13 mil 331 millones 975 mil 343 dosis de vacunas antiCovid.

Hay quienes creen que ya es tiempo de dar carpetazo a la pandemia. Así lo afirma el mandatario estadunidense, Joe Biden, quien de hecho anunció que el 11 de mayo su administración pondrá fin a todas las declaraciones de emergencia en torno del Covid-19.

Inclusive para viajar, en la mayor parte de los países no es necesario mostrar el certificado antiCovid como prueba de la vacunación completa, ni descargarse ningún código QR.

Cuando irrumpió el coronavirus y la OMS lanzó su declaración de pandemia, el 11 de marzo de 2020, en EU gobernaba el republicano Donald Trump. Fue en su gobierno que se tomaron las primeras medidas de emergencia de salud pública en medio de sus reproches acusando a China de ser responsable del origen del SARS-CoV-2.

La mayor parte de los países siguieron esa senda: declaración de estados de emergencia o de calamidad y establecimiento de una extraordinaria gestión de salud pública que permitió coordinar la respuesta hospitalaria de prevención, detección e ingresos hospitalarios; pero también coordinar las pruebas y test de detección antiCovid, así como la aplicación de vacunas.

Un grupo de países hizo obligatoria la inmunización contra el Covid-19 para sus ciudadanos, como aconteció con Turquía, Turkmenistán, Suiza, Australia, Costa Rica, Gran Bretaña, Fidji, Sri Lanka, Canadá, Grecia, Francia, Países Bajos, Hungría, Rusia, Indonesia, Italia, Arabia Saudita, Kazajistán, Malta, Líbano y EU. En otros, fue opcional, pero la mayoría tuvo que acceder a inmunizarse porque era un requisito para viajar a otros países, aunque hubo casos como el de México que nunca cerró sus fronteras y no exigió el pasaporte de coronavirus para los turistas internacionales.

EU

Por lo pronto, la Casa Blanca cree que llegó la hora de dar por concluido el tema, lo que significa que para la nación norteamericana la pandemia ha terminado; el coronavirus ya no es un tema de salud pública; el gobierno estadunidense a través de su servicio de salud de emergencia no se hará más cargo de pruebas ni vacunaciones contra el SARS-CoV-2, que pasarán a formar parte de los planes gubernamentales y estatales de salud y de las compañías de seguros médicos y hospitales privados.

Con la medida también terminarán las expulsiones de migrantes bajo el Título 42 y que afectan sobre todo a migrantes de Haití, Cuba y Nicaragua detenidos al cruzar ilegalmente la frontera entre México y EU.

Todavía no se sabe si en el caso de EU el gobierno decidirá dejar la vacuna como obligatoria para el caso del personal sanitario o se incluirá igualmente a los grupos de riesgo. Que Biden levante la pandemia por razones electorales no significa que la gente en la Unión Americana ya no esté muriendo por coronavirus.

De hecho, en promedio, cada día mueren entre 500 a 600 personas por coronavirus y, por ejemplo, los decesos por cáncer tienen de media mil 669 personas diariamente; se trata de una de las principales causas de fallecimiento en EU.

En los últimos meses el presidente Biden viene repitiendo el mantra de que “la pandemia ha terminado”, aunque los decesos continúen: solo en la Unión Americana han muerto un millón 117 mil 54 personas por coronavirus.

Así lo dejó caer por vez primera de manera abierta para una entrevista para la cadena CBS en el programa 60 Minutes: “Si te das cuenta, nadie usa cubrebocas. Todo el mundo parece estar en muy buena forma... Creo que está cambiando y es la normalidad. Para nosotros es el final definitivamente”.

Vivir con el virus

Vertiginosamente, la opinión del titular de la OMS, Tedros Adhanom, ha variado hacia el mismo sentido: el mundo está en mejor posición ahora que hace tres años y es momento de pasar página.

Hay quienes dentro del organismo de salud con sede en Ginebra adelantan que bien podría suceder en abril, lo que implicaría que quedará en manos de cada gobierno hacer la gestión del coronavirus como si fuese otro virus más al que acostumbrarse.

En los últimos días la OMS ha dado otro viraje notable: ya no recomienda la vacunación obligatoria, ni las dosis adicionales de refuerzo, contra el coronavirus para adultos sanos con riesgos bajos.

“Para las personas que han recibido su ciclo de vacunación primaria y una dosis de refuerzo no hay riesgo de tener más vacunas, pero los retornos son leves”, de acuerdo con el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE, por sus siglas en inglés) de la OMS.

Entre las nuevas recomendaciones emitidas por este grupo de expertos tomando en cuenta a Ómicron como variante dominante destaca la vacunación prioritaria para grupos de alto riesgo, enfermos, inmunodeprimidos y mayores.

De las dosis de refuerzo, después de la primera, solo debería aplicarse otra dosis a personas con más riesgo de desarrollar una enfermedad grave, sobre todo grupos que padecen diabetes, VIH, involuto deprimidos, mujeres embarazadas y personal sanitario.

“Para el grupo de alta prioridad se recomienda el refuerzo adicional de seis a doce meses después de la última dosis y el plazo depende de factores como la edad y las condiciones inmunocomprometidas. Todas las recomendaciones sobre la vacuna contra el coronavirus tienen un límite de tiempo y se aplican solo al escenario epidemiológico actual, por lo que las recomendaciones de refuerzo adicionales no deben considerarse como refuerzos anuales continuos de la vacuna contra el coronavirus. El objetivo es servir a los países que planifican a corto y mediano plazo”, indicó el organismo.

Para las embarazadas, la inmunización y una dosis adicional generan una protección de anticuerpos considerable tanto para la madre como para el feto, de acuerdo con los estudios realizados al respecto.

“La vacuna es segura y es eficiente contra enfermedades graves y la muerte; por eso nuestra recomendación es que las dosis de refuerzo sean para los más vulnerables”, insistió Hanna Nohynek, directora del SAGE.

En cuanto al grupo de riesgo bajo, la OMS coloca a los niños y adolescentes sanos, desde los seis meses hasta los 17 años, por lo que no recomienda ninguna dosis extra de refuerzo. “El impacto en la salud pública de vacunar a menores sanos es comparativamente mucho menor que los beneficios establecidos de las vacunas esenciales tradicionales para niños, como las vacunas conjugadas contra el rotavirus, el sarampión y el neumococo; y de las vacunas antiCovid para grupos de prioridad alta y media. Los niños con afecciones inmunocomprometidas y comorbilidades enfrentan un mayor riesgo de Covid-19 grave, por lo que se incluyen en los grupos de prioridad alta y media, respectivamente”, según la OMS.

Respecto de las vacunas actuales, Kate O’Brien, encargada de vacunación de la OMS, afirmó que los distintos sueros antiCovid disponibles en el mercado mundial “proporcionan una muy buena inmunidad” contra la enfermedad grave.

Hasta la fecha sigue sin encontrarse un suero que evite la propagación del virus de persona a persona; esa segunda generación de vacunas no llega todavía.

La OMS, junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), han suministrado vacunas para que al menos 70% de la población mundial tenga puesta ya una dosis.

Urge otra generación

Si bien EU y Europa fueron los primeros en comenzar a vacunarse desde el año pasado, América Latina es la región del mundo con la mayor tasa de inmunización en el porcentaje de población con al menos una dosis: América Latina, 86%; Asia 78%; América del Norte 76%; Europa en su conjunto, 69%; Oceanía 68%; y África, con 32%, es el más rezagado.

En cuanto a las vacunas disponibles, hay doce fabricadas por diversos laboratorios: CanSino, Pfizer-Biontech, COVAX, Oxford AstraZeneca, Sputnik V, Sputnik Light, Sinovac, Sinopharm, Janssen de Johnson & Johnson, Moderna, Novavax y Abdala.

La EMA dio autorización para cuatro vacunas disponibles para la población de la UE: Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen. Ninguna china, rusa, ni cubana han sido aceptadas.

En México las aprobadas son Pfizer-BioNTech, Cansino, COVAX, AstraZeneca, Sputnik V, Sinovac, Janssen y Moderna. Y en EU la FDA aprobó a cuatro laboratorios: Pfizer-BioNTech, Moderna, Novavax y Janssen.

Rusia y China tienen sus propios sueros. El primero con Sputnik V, que fue la vacuna pionera patentada contra el coronavirus desarrollada con una velocidad increíble (cinco meses); en China se inocula con Sinovac, Sinopharm y CanSino. Y desde octubre pasado las autoridades sanitarias chinas dieron luz verde a la primera vacuna inhalada del mundo contra el Covid-19, una innovación de CanSino Biologics, farmacéutica china que ha realizado pruebas con varias muestras de personas en México, Pakistán, Hungría, Argentina y Malasia.

La OMS lleva tiempo buscando una vacuna que tenga una mayor capacidad de cobertura contra todas las variantes del coronavirus y que no solo sea efectiva a través de una inyección, sino que pueda serlo mediante inhalación, parche nasal, cutáneo o bien oral.

Una época está por cerrarse en el mundo.

España tiene vacuna antiCovid

España tiene su primera patente de vacuna antiCovid. Se llama Bimervax y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) la recomienda como vacuna de refuerzo contra el coronavirus.

Desarrolló el suero Hipra Human Health SLU, con sede en Amer, España. Se trata de una empresa ligada con la investigación farmacéutica biotecnológica desde 1954, enfocada a la prevención de enfermedades, en la salud animal y humana.

El Comité de Medicamentos Humanos (CHMP) de la EMA recomendó autorizar la vacuna Bimervax como refuerzo en personas mayores de 16 años que han sido vacunadas con ARNm.

Bimervax contiene una proteína producida en el laboratorio que consiste en parte de la proteína espiga del SARS-CoV-2 de las variantes de los virus Alfa y Beta.

El CHMP concluyó que se dispone de datos suficientemente sólidos sobre la calidad, la seguridad y la inmunogenicidad de la vacuna para recomendar su autorización de comercialización en la UE.