JÓVENES EN DESEMPLEO: LA GENERACIÓN DEL CONFINAMIENTO

Más que sombrío resulta hoy el futuro para ellos: entre nuestra juventud figuran seis de cada diez de las personas que perdieron sus trabajos por el Covid-19.

Un mesero desempleado muestra una pancarta a los conductores que pasan por la Caseta de Cobro de la carretera Tuxtla - San Cristóbal de las Casas, solicitando su apoyo.
Isabel Mateos/Isabel Mateos
Nacional
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Una serie de variables generadas por la pandemia de Covid-19 dan lugar a la tormenta perfecta para la juventud en México y el mundo, donde las proyecciones prevén una grave pérdida en sus expectativas laborales, de educación y desarrollo social hasta por una década, por lo que los estudiosos comienzan a conocer a esta como la generación del confinamiento.

No es para menos: según los expertos los pocos jóvenes que conservan un trabajo tienen ocupaciones mal remuneradas o pertenecen a la economía informal, por lo que el panorama no es alentador al registrarse en plena pandemia un evidente aumento en el número de jóvenes que no estudian ni trabajan, tanto a nivel nacional como global, con un efecto más pronunciado en el caso de las mujeres.

Por si fuera poco su tesis sobre las afectaciones en las edades de desempleo por causas del coronavirus son precisamente las que entran en el rango del bono demográfico, que en México está en su mejor etapa de productividad, por lo que esos expertos advierten que este periodo de esplendor laboral y de generación de riqueza para el desarrollo del país se verá lamentablemente afectado.

Y es que, agregan, si en las últimas dos décadas se ha hablado de que México tiene un bono demográfico que se desperdicia por las condiciones socioeconómicas que el país y el gobierno no han podido superar por falta de herramientas de políticas públicas e inversión que permitan implementar este bono, con la entrada de una etapa crítica por la pandemia está más cerca de comenzar su declive.

Escenario

En este sentido la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno revela que al menos 60% de los mexicanos que se quedaron sin empleo por la pandemia del Covid-19 son jóvenes de hasta 29 años, lo que representa un riesgo no solo para su desarrollo personal sino también para las familias, las comunidades y el país en su conjunto.

Los indicadores son contundentes: la mayor parte de estos casos se concentra en el sector servicios y turismo. “A los primeros que corrieron en esta pandemia fue a jóvenes con empleos formales registrados ante el IMSS que se perdieron en marzo; 70% fueron jóvenes de hasta 29 años; la pérdida de empleos es gravísima para todos, pero más para los jóvenes, quienes ya tenían un mayor nivel de desempleo desde antes de esta emergencia”, advierte Andrea Méndez, directora de Fundación Forge México.

Revela que “la brecha de desempleo para jóvenes se hizo más grande ya que la tasa de desocupación en el mes de abril para este sector de la población creció a 41%, mientras que para los no jóvenes se colocó en 28 por ciento”.

Daniela Dorantes, directora de Servicios a la Juventud, señala en tanto que desde antes de la emergencia sanitaria las condiciones de trabajo para los jóvenes ya eran adversas, con trabajos más precarios. “Antes del Covid-19 y de esta crisis económica la mayoría de las y los jóvenes que trabajaban carecían de salario suficiente, de contrato estable, afiliación sindical… Además muchos padecen de subempleo y muchos otros, en contraste, tenían jornadas laborales excesivas”, detalla.

Y establece: “Casi 67% de los jóvenes ocupados carecía de un ingreso suficiente para cubrir el costo de la canasta básica para una familia de dos personas; 31.61% carecía de afiliación a la seguridad social por su trabajo; 7% estaba subempleado; 25% tenía jornadas laborales excesivas, por encima de 48 horas a la semana, y 43% no contaba con prestaciones”.

María Ayala, integrante de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, destaca por su lado que “el programa Jóvenes construyendo el futuro, que brinda una beca por doce meses a los beneficiarios para adquirir experiencia, no crea empleos y no es suficiente, por lo que la sociedad civil está dispuesta a cooperar con el gobierno federal para la generación del millón 200 mil empleos que se requieren cada año y recuperar todos los que se han perdido por el Covid-19”.

Bono

Uno de los golpes más certeros del coronavirus es para aquellos que entran en el bono demográfico, ese segmento de jóvenes en México que están entre la población más resistente al Covid-19, pero son los más vulnerables a la pérdida de empleos que genera el virus.

Raymundo Tenorio, profesor del Tecnológico de Monterrey, dice que “datos del IMSS muestran que de marzo a abril se perdieron 375 mil 714 puestos de trabajo formales ocupados por personas de entre 15 y 29 años. Esta cifra representa 55%, que es más de la mitad, de las 685 mil 840 plazas eliminadas en el país durante ese periodo. Al menos siete de cada diez jóvenes que perdieron su empleo eran hombres y tres eran mujeres”, cuenta.

Detalla que “las entidades federativas que reportaron las mayores pérdidas de personal de entre 15 y 29 años fueron la Ciudad de México, con 65 mil 876 plazas; Quintana Roo, con 49 mil 584 puestos; Nuevo León, con 30 mil 689; Jalisco, 25 mil 970; Estado de México, 21 mil 173, y Querétaro, con 15 mil 174 puestos”.

Tenorio explica que la mayoría de estos jóvenes desempleados se ocupaba en empresas con esquema de outsourcing, que tienen mayor facilidad para despedir a su personal. “También se trata de un segmento de la población con poco tiempo de antigüedad en las compañías y con bajos salarios, por lo que el costo de su liquidación resulta menor para los empleadores”, destaca.

Aclara que la mayor parte de esta masa de jóvenes de entre 15 y 29 años que perdieron su trabajo estaban contratados por empresas de subcontratación, porque son las que incluso pueden despedir más rápido a su personal.

“Al menos 75% de los jóvenes que han perdido sus puestos de trabajo han sido despedidos por empresas de subcontratación, que prestan sus servicios a grandes grupos corporativos relacionados con servicios financieros, bancarios, de entretenimiento, como los cines, y logística”, afirma el catedrático.

Global

A escala mundial, según un análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los jóvenes entre 15 y 24 años serán más golpeados que el resto de la población por la crisis económica derivada de la pandemia, por lo que ya se habla de la “generación confinada”.

Hasta hoy “uno de cada seis jóvenes en el mundo ha perdido su empleo desde el comienzo de la epidemia y los que siguen ocupados vieron reducir sus horas de trabajo en 23%”, comenta Susana Puerto, especialista en empleo juvenil de la OIT.

Debido a las dificultades que enfrentan actualmente en el mercado laboral y las que les esperan en el futuro pospandemia serán “una generación que quedará marcada por el virus. Los efectos de esta crisis se extenderán por al menos una década, como ocurrió con la crisis económica de 2008. Esta vez es mucho peor y por eso pensamos que los efectos serán duraderos”, explica Puerto.

La experta manifiesta que la pandemia no hizo sino agudizar las vulnerabilidades que los jóvenes ya tenían en el mercado laboral. “Como una gran parte de los centros educacionales tuvieron que cerrar su puertas en los momentos más difíciles de la pandemia, existe el riesgo de que algunos jóvenes se retrasen o no regresen al sistema. La pandemia tiene un triple impacto sobre los jóvenes: destruye sus empleos, su educación y pone obstáculos para los que quieren incorporarse al mundo laboral”, advierte Puerto.

Para estos expertos la juventud nacional y mundial se verá afectada de manera importante: el coronavirus llegó a afectar sus proyecciones de vida, su empleo, su desarrollo profesional y personal.

Será la generación del confinamiento.

RECUADRO

Jóvenes sin empleos

Los jóvenes se ven afectados de manera desproporcionada por la crisis de Covid-19 y uno de cada seis de ellos dejó de trabajar desde el inicio de la pandemia, indica la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su informe Covid-19 y el mundo del trabajo.

El número estimado de empleos totales perdidos en todo el mundo en el segundo trimestre de 2020 es de 305 millones, asegura la OIT.

También se descubrió que la pandemia inflige un triple choque a los jóvenes: “No solo destruye sus empleos sino que también perturba su educación y formación, y pone grandes obstáculos a quienes tratan de entrar en el mercado laboral o de cambiar de empleo”, señala la organización.

Hay en este momento alrededor de 267 millones de jóvenes sin empleo, educación o formación en todo el mundo.

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