PROHÍBEN VENTA DE ANIMALES EN TIANGUIS DE LA CDMX

Las sanciones por incumplimientos serán suspensión de labores de dos a 90 días, cancelación del registro o destitución del representante.

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WENHAO YU/EFE
Martha Mejía
Nacional
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La Ciudad de México prohibió la venta y explotación de animales en los tianguis: según los nuevos lineamientos publicados en la Gaceta Oficial “en los mercados sobre ruedas queda estrictamente prohibida la venta y explotación de animales”.

Esta iniciativa “es un gran progreso porque incluye a todos los animales, lo que significa que por una parte brinda protección a animales considerados de compañía y en peligro de extinción, pero también animales destinados para el consumo humano, como pollos y cerdos, hasta los muy exóticos, por ejemplo las tortugas, su carne y sus huevos”, afirma en entrevista Dulce Ramírez, directora de Igualdad Animal México.

En caso de no cumplir con dicho lineamiento las sanciones a aplicar serán suspensión de labores de dos a 90 días, cancelación del registro o destitución del representante.

“A partir de este 6 de agosto los tianguistas deben actualizar su registro ante el gobierno local en un plazo de 90 días para tener registros o estén dentro de las normas de sanidad o salud; es decir, pueden tener permisos pero estos no prevén animales vivos”, señala Ramírez.

Derecho

Desde 1982 cuando la Ley de Protección Animal vio la luz por vez primera “se le han hecho un sinfín de modificaciones, pero fue a partir de 2002 cuando quedó prohibida la venta en la vía pública de cualquier animal en el Distrito Federal. En este sentido lo que acaba de pasar no es una ley: es un acuerdo sobre la reglamentación de los mercados sobre ruedas en la capital. Se da porque a pesar de que existen diversas leyes, tanto estatales como federales, hay lagunas muy finas que aprovechan tanto los traficantes como los oferentes para continuar con este comercio”, dice a su vez María Elena Sánchez, presidenta de Teyeliz, organización dedicada a la investigación y análisis de tráfico ilegal de vida silvestre.

Otra razón de peso, agrega, por la que también se dio este acuerdo publicado en la Gaceta Oficial el 5 de agosto es la sanitaria ya que el virus de Covid-19 salió justamente de los mercados húmedos de China.

Riesgos

Mauricio Rodríguez, vocero de la comisión de la UNAM para el Covid-19, expresa que el tráfico ilegal de animales silvestres o salvajes puede ser potencialmente un factor de riesgo en el ser humano, “no tanto por el animal en sí mismo sino por los microbios y virus que alojan”.

En diversas ocasiones, añade, los animales silvestres se acercan a los domésticos y pueden hacer cruces de microorganismos. Uno de los ejemplos más claros es la rabia, que se aloja en el hábitat silvestre de algunos murciélagos y cuando tienen algún tipo de contacto con animales domésticos la transmiten; estos a su vez pueden transferir esta enfermedad viral al ser humano.

Los especialistas coinciden en apuntar que un factor determinante para el surgimiento del nuevo Covid-19 es que tanto en Wuhan, epicentro de la pandemia, como en toda China existen mercados vivos. “En estos se dan una conjugación de muchas especies de fauna silvestre: conviven murciélagos, civetas, perros, reptiles, aves y demás animales. Su sangre y sus heces vuelan en el aire. Por ello esos mercados son un caldo de cultivo para que estos virus puedan mutar y adaptarse a nuevas especies”, explica Rodríguez.

De acuerdo con Dulce Ramírez, directora de Igualdad Animal México, existen tres principales retos para que la nueva reglamentación se lleve a cabo con éxito. “El primero es informar y educar a las personas sobre los cercos de salud y sobre los riesgos de que consuman o compren animales en estos lugares. Por otro lado está el reto que tendrán las autoridades para los operativos, la inspección y la vigilancia. Y eso tiene que sumarse a la cultura de la denuncia ya que si no tenemos estas denuncias o si no aportamos las pruebas necesarias difícilmente vamos a obligar a las autoridades para que apliquen el reglamento”.

Nuevo modelo

De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) el tráfico de especies salvajes, tanto vivas como muertas, alcanza anualmente un monto de 26 mil millones de dólares en todo el mundo.

Por citar un ejemplo: la organización internacional Traffic dio a conocer que entre 2017 y 2019 se confiscaron alrededor de 96 mil kilos de escamas de pangolín en Malasia, Singapur y Vietnam. También estima que en el mismo lapso unos 895 mil ejemplares se vendieron ilegalmente.

En opinión de María Elena Sánchez, de la organización Teyeliz, lo primero que debe hacerse para frenar esa situación es establecer presupuestos adecuados en campañas para disminuir la demanda, “porque es un compromiso por todos los acuerdos internacionales de los que México forma parte: es una obligación que tenemos como país”.

Agrega que “en nuestra experiencia nunca te alcanzará la vida para perseguir a los traficantes ya que mientras haya demanda habrá oferta. Entonces, con base además en lo que hemos visto desde hace más de 25 años trabajando en el tema del tráfico ilegal de vida silvestre lo que realmente funciona es cambiar todo este chip en comunidades, vendedores, compradores y en la sociedad”.

Dulce Ramírez indica que “estamos muy conscientes de que la captura de una planta o de un animal silvestre significa un modo de ingreso para mucha gente en todo el país, pero les damos alternativas de ganar dinero sin tener que capturarlos y venderlos. Por ejemplo, hace diez años realizamos el estudio El dinero vuela, con referencia al avistamiento de aves. Hace una década había a nivel nacional una ganancia por la captura y venta de aves canoras, de ornato y silvestres de cuatro millones de pesos en un año, pero en el mismo lapso por avistamiento de aves se ganaron alrededor de 23 millones de dólares”.

Este modelo significa un gran éxito porque crea buenos ingresos fijos, involucra a gente en la comunidad, implica transporte, hospedaje, alimentación, guía, souvenirs, es decir, toda una estrategia económica alrededor de la gente que vive ahí.

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