La Universidad de la Libertad (UL), junto con el Festival de las Ideas (FDI) y Atlas Network, organizaron el 31 de agosto la Radical Innovation Summit” (en español, Cumbre de Innovación Radical), donde seis líderes y especialistas en tecnologías descentralizadas presentaron sus proyectos con el fin de ganar 15 mil dólares.
A través de un formato de competencia shark tank el presidente y fundador de Grupo Salinas, Ricardo Salinas Pliego; la empresaria y conferencista Magatte Wade; y el director ejecutivo de Atlas Network, Brad Lips, seleccionaron al mejor proyecto considerando su alcance, claridad metodológica y capacidad de impulsar un diálogo creativo, disruptor e inteligente.

Proyectos
Los seis participantes fueron John Berlau, Joe Mckinney, Samuel Hammond, Grant McCarty, Felix Hosse y Esteban González. Todos ellos tuvieron la oportunidad de dialogar con otros intelectuales, inversores y académicos a lo largo del día para compartir conocimiento, establecer una amplia red de contactos y maximizar el potencial de cada uno de sus proyectos.
Berlau es director de Política Financiera en el Competitive Enterprise Institute y su trabajo se enfoca en analizar cómo afectan las políticas públicas al espíritu empresarial y el acceso al capital.
Su proyecto, “Cómo la guerra de la SEC de Estados Unidos contra las criptomonedas debilita las cadenas de bloques beneficiosos desde Ucrania hasta Uganda”, consiste en la creación de una nueva narrativa a favor de criptomonedas como Cardano, Polygon y Solana.
Para ello, Berlau propone un registro documental de historias en las que dichas tecnologías resultaron benéficas y hasta necesarias.
A su vez, Mckinney forma parte de la Catawba Digital Economic Zone y es director ejecutivo de Nuhanse Network. A través de su proyecto “Informe de Mejores Prácticas de Constitución de Blockchain” busca mejorar los servicios gubernamentales a través de Zonas Económicas Especiales y tecnologías de contabilidad distribuida.
Dado que colaboró previamente con Cardano en la realización de un manual de buenas prácticas, ideó el proyecto para llevar este tipo de reporte a otras empresas de tecnologías descentralizadas creadas por ingenieros, de modo que tuvieran claro qué políticas internas y externas funcionan mejor.
Samuel Hammond es economista de la Foundation for American Innovation (FAI) y su proyecto “Soluciones de políticas públicas para una web descentralizada” tiene el objetivo de educar a los legisladores y congresistas de Estados Unidos para que comprendan la importancia de la descentralización tecnológica.
Hammond destacó que los falsos peligros que le atribuyen a la Inteligencia Artificial (IA) y al uso de Blockchain son contrarrestados desde Washington con propuestas centralizadoras y limitantes que, la mayoría de las veces, benefician a grandes empresas como Google o Meta en lugar de a los pequeños empresarios y startups.
Grant McCarty, codirector ejecutivo del Bitcoin Policy Institute, presentó un modelo pedagógico interactivo a través del cual los legisladores estadunidenses pudieran conocer de primera mano el funcionamiento y las capacidades del Bitcoin. Así, su proyecto “Bitcoin y la Lightning Network” buscó fomentar una nueva narrativa en torno del uso de esta criptomoneda.
El director ejecutivo del EGO Institute, Felix Hosse, presentó “Criptomonedas – Multiplicadores para la libertad”, un proyecto para cambiar la opinión pública y el quehacer político favoreciendo el uso de las criptomonedas.
Hosse propuso un curso intensivo para 30 periodistas de los principales periódicos alemanes, que aprendieran de estas tecnologías y pudieran escribir dos artículos al año al respecto, incidiendo así en la aceptación social de estas tecnologías.
Finalmente, Esteban González, líder del área de Ideas en la UL, presentó un proyecto para enriquecer el tejido social y el sentido de comunidad de la universidad a través de tokens y NFTs.
González propuso crear un sistema digital con el que se generaran ganancias y beneficios en Blockchain a partir de actividades escolares, desempeño académico y hasta intercambios sociales. Esto permitiría a los alumnos ganar dinero por el simple hecho de estudiar y convivir.
Deliberación
Luego de una serie de preguntas y respuestas, Salinas Pliego, Wade y Lips decidieron otorgar el premio de 15 mil dólares a McCarty.
De hecho, durante su participación, el presidente de Grupo Salinas celebró las ideas de McCarty, pero cuestionó su insistencia por cambiar la mentalidad de los políticos estadunidenses.
El ganador destacó que a pesar de lo complicado que resulta modificar los paradigmas políticos y burocráticos “vale la pena intentarlo”.
Su proyecto, además, permite que los asistentes y legisladores entiendan los peligros de las monedas digitales de bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés), mismas que centralizan las nuevas tecnologías y que al depender de instituciones federales funcionan en la medida en que la infraestructura financiera local esté a la altura.
Además de McCarty, el jurado aplaudió y premió los proyectos de Mckinney y Hosse.
Como parte de su intervención, el director del Centro para América Latina de Atlas Network, Roberto Salinas León, destacó que la cumbre de innovación fue sobre todo un ejercicio de diálogo y aprendizaje.
De igual forma, señaló que la UL “es un espacio que celebra el disenso, la inconformidad, las nuevas ideas y los grandes proyectos”; y adelantó que organizarán un conversatorio sobre democracia liberal en el campus.
Finalmente, Salinas Pliego cerró el evento reconociendo el esfuerzo de todos los involucrados en dar vida a la UL: “No basta con tener buenas ideas: hay que ejecutarlas. Por ello estoy muy contento con Fernando Espinosa, Jorge Díaz Cuervo y todo su equipo, porque han podido hacer realidad este sueño. Hemos superado todas las dificultades y nunca hay que darse por vencidos. Por eso hay que luchar por lo que uno cree, por lo correcto y por la verdad. Por eso existe la UL”.