En su segundo aniversario la UL celebra la consolidación de su proyecto educativo.
“Después de varios años trabajando en este proyecto, hoy puedo decir que no hay plazo que no se cumpla”, dijo Ricardo Salinas Pliego entre una ola de aplausos momentos previos al corte de listón que daría por inaugurada la Universidad de la Libertad (UL) el 4 de septiembre de 2023: una propuesta educativa centrada en los negocios —hasta entonces única en el país— que prometía ser un espacio para inconformes.
Hoy es ya una realidad: aunque han pasado apenas dos años de su inauguración, la UL se erige como una escuela dedicada a formar ciudadanos libres que utilizan sus diferencias para construir un país más plural.
“Esta universidad reconoce el ser diferente como una fortaleza”, remató el empresario en aquel discurso.
Y el esfuerzo ya rinde resultados: en palabras de María Laura Medina de Salinas, presidenta de México Territorio Creativo, a dos años de abrir sus puertas la UL muestra que es posible “ser el núcleo donde los inconformes se encuentran y las cosas sí suceden”.
Primeros frutos
El pasado 4 de septiembre la institución celebró dos logros: su segundo aniversario de operaciones y el inicio del ciclo escolar 2025-2026.
No fue un simple festejo sino la confirmación de un modelo educativo disruptivo enfocado en desarrollar habilidades prácticas, fomentar el pensamiento crítico y dotar a los estudiantes de las herramientas necesarias para crear, innovar y generar prosperidad.
Porque es un hecho: en la UL los estudiantes aplican lo aprendido desde el primer día.
El momento estrella de la ceremonia fue el recibimiento de la primera generación de graduados en la especialidad de Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos para emprendedores.
Durante la entrega de reconocimientos, que encabezó María Laura Medina de Salinas, la también fundadora de Design Week Mexico se mostró orgullosa del camino transitado, que si bien es aún breve en cuanto a tiempo de existencia, es ya extenso en cuanto a logros.
Este proyecto —mencionó frente al auditorio lleno de estudiantes— “ha sido arduo”. Y pese a los retos, no se arrepiente de haber elegido el camino difícil: “Ir por la ruta menos sencilla hace que se aprecien todavía más estos triunfos”.
Además, destacó que al ver a los primeros chicos graduados, con toga y birrete, listos para afrontar los desafíos del mundo laboral, “todo ha valido la pena”, pues es una muestra del “desarrollo” de la universidad en sus primeros dos años: “Estamos muy satisfechos”.
Finalmente, Medina de Salinas animó a los alumnos de nuevo ingreso a “disfrutar su estancia en la universidad” y “ser fieles a su propósito: ser el núcleo donde los inconformes se encuentran y las cosas sí suceden”.
Inconformidad
La idea de crear una escuela diferente nació de la incómoda experiencia de Ricardo Salinas Pliego, fundador y presidente de Grupo Salinas, siendo estudiante: “Es una larga historia, pero yo he sido una víctima del sistema tradicional educativo”, aseguró durante una entrevista.
Salinas Pliego recordó que en su época a él y varios de su generación les tocó una “educación muy rara”, en la que lejos de estar motivados por aprender se sentían, al igual que muchos jóvenes contemporáneos, “en una cárcel”.
La afirmación no es exagerada, pues “los planos de una prisión y de una escuela son muy parecidos: un largo pasillo que da a varias celdas”, o salones, según sea el caso.
Este rechazo casi natural por asistir a la escuela que aqueja a miles de jóvenes tiene algo de equivocado porque —asegura el empresario— “aprender es maravilloso”.
Sin embargo, las instituciones educativas actuales no logran canalizar esa inquietud en ganas de seguir aprendiendo. “No hay estudiante que no se pregunte todos los días: ¿cuándo voy a acabar?”
A partir de ese descubrimiento, reforzado al ver a sus hijos y nietos ser “las nuevas víctimas del sistema escolar”, el empresario supo que tenía que hacer algo al respecto.

“¿Por qué no hacer algo para cambiar esto? Los jóvenes no son estúpidos, ellos saben cuándo pierden el tiempo. Y si es una buena idea para mis hijos, tal vez pueda ser una buena idea para los hijos de otros”, afirmó.
Y fue así, a partir de ese deseo por mejorar la vida estudiantil —compromiso intergeneracional, lo llama el empresario—, que surgió la UL.
El objetivo de esta universidad, afirmó, “va más allá de diplomas y calificaciones: se trata de educar ciudadanos libres, inconformes y triunfadores”.

Innovación
Además de brindar educación de excelencia, la UL es pionera en organizar eventos de primer nivel en el ámbito de los negocios.
En días recientes, 10 y 11 de septiembre, se llevó a cabo en la UL la tercera edición del Radical Innovation Summit, en colaboración con The Atlas Network y el Centro Ricardo B. Salinas Pliego, un shark tank en el que diez emprendedores de todo el mundo compitieron por 30 mil dólares en premios.
Hubo de todo. Desde talleres intensivos para que los jóvenes empresarios recibieran retroalimentación enfocada en sus iniciativas, pasando por networking con inversionistas y líderes del ecosistema tecnológico, hasta una jornada de conferencias magistrales de la mano de expertos en finanzas y políticas de innovación como Naomi Brockwell, líder en privacidad digital del Instituto Lindlow; David Johnston, quien a través de Morpheus trabaja en volver más personal el uso de la Inteligencia Artificial (IA); Christine Peterson, estadista del Foresight Institute a quien se le atribuye haber sugerido el término “código abierto” cuando de software se trata, y Pano Kanelos, fundador y presidente de la Universidad de Austin.
Hoy, destacó el rector Jorge Díaz Cuervo, “traemos esta competencia para los más de 250 estudiantes fantásticos matriculados en la UL”, un número más sustancioso que “aquellos primeros 60 estudiantes que hace dos años creyeron en nosotros”.

La cosa no parará ahí, mencionó el rector, pues “estamos seguros de que en no más de cuatro o cinco años nuestra comunidad alcanzará los mil estudiantes”, pero no por ello “bajaremos el nivel de estos eventos”.
También destacó que en el próximo Radical Innovation Summit serán los propios estudiantes de la UL quienes participen en la competencia que utiliza las tecnologías descentralizadas, como las criptomonedas, el Blockchain y la IA, para tratar algunos problemas públicos.
Tal fue el caso de Luis Cano y su proyecto Epicenter, acreedor del primer lugar y de un cheque de 15 mil dólares: “Nuestro proyecto es para políticos nuevos del centro y centro de derecha en Europa”, le dijo el ganador a Vértigo.
Él y su equipo de Outreach, una institución en Bruselas dedicada a difundir las ideas del libre mercado, crearon una IA que les ayuda a integrar esta ideología. “Los políticos utilizan chatGPT cuando tienen que pronunciarse ante algo, pero no es la mejor herramienta para elaborar un discurso liberal”.
De modo que Epicenter es un plugin con un material compilado por Luis y su equipo durante 15 años, que funciona dentro del asistente de chatGPT. “Es algo así como una enciclopedia de ideas liberales. Cuando hablas con un político lo primero que te dice es ‘me encantan tus ideas, dime cómo se las vendo a la prensa’, así que en vez de buscar una respuesta genérica nosotros ya les damos una respuesta liberal”.
Con esta propuesta la UL reafirma, a solo dos años de abrir sus puertas, que es una opción distinta en la educación privada en México.
Y, como mencionó el rector Díaz Cuervo durante la entrega de premios: “En esta escuela plantamos semillas de la libertad, y esas semillas pronto serán árboles. No podemos esperar a ver los bosques de líderes que estarán moviendo a México”.
¡Por más éxitos de la UL!
Reconocimiento internacional
En la última edición del World University Rankings for Innovation (WURI) la UL fue premiada como la escuela de educación superior más innovadora de México, superando al Instituto de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Además, se posicionó en el tercer puesto en América Latina, solo detrás de Centrum PUCP Escuela para los Buenos Negocios de Perú y de la Universidad Externado de Colombia.
Por si eso no fuera suficiente, en el ranking internacional más importante en materia de innovación educativa e impacto social alcanzó el peldaño 278 de un total de mil 500 universidades, quedando por encima de instituciones de renombre como Babson College, el Imperial College London, la Universidad de California en San Diego y la Queen Mary University of London.
Única en su tipo
» Campus innovador Espacios abiertos y colaborativos que estimulan la creatividad y el trabajo en equipo.
» Facilitadores líderes en su industria Clases impartidas por empresarios, emprendedores y profesionales en activo que enseñan desde la experiencia.
» Business Bootcamps Programas intensivos para acelerar el emprendimiento o adquirir habilidades clave del mundo corporativo.
» Insignias digitales Certificaciones visuales que validan competencias específicas ante el mercado laboral.
» Alianzas estratégicas Colaboración con instituciones nacionales e internacionales en educación, innovación y tecnología.
» Red de networking Acceso a una comunidad de líderes, inversionistas, fundadores de startups y profesionales comprometidos con transformar México.
El estudiante, al centro de la enseñanza
Para la UL el fortalecimiento de las capacidades individuales de los estudiantes es el corazón de su propuesta educativa. Su objetivo es crear personas exitosas que generen prosperidad para sus familias, para el entorno y para el país: un inconforme que, convencido de que las cosas pueden ser mejor, las construye; pasa de la inconformidad a la acción y a ejercer su libertad con responsabilidad. Sus egresados son gente que produce, no personas que esperan la dádiva o que alguien más les resuelva la vida; mexicanos dueños de su futuro, libres y responsables.
Valores
• Libertad como principio y destino.
• Innovación como práctica cotidiana.
• Prosperidad Incluyente como objetivo colectivo.
• Integridad, responsabilidad y respeto como base de toda acción.
• Valentía, templanza, optimismo y mérito como actitudes que definen al líder transformador.
Conexión con el mundo laboral
El modelo educativo es hiperpersonalizado, multidisciplinario y profundamente conectado con los desafíos del mundo contemporáneo.
En la UL los alumnos forjan su propia ruta, los grupos son pequeños, de 14 o 15 estudiantes máximo, y el programa educativo no es algo rígido o excesivamente normativo, como en los modelos más tradicionales: cada uno encuentra su propia vocación e intereses mientras va reconociendo y fortaleciendo sus habilidades.
Para la UL es un error tener durante cuatro años a los estudiantes dentro de los muros de una escuela. Por eso los jóvenes van y vienen de la universidad al mundo real, contrastando lo que vieron en la teoría con lo que sucede en la práctica mediante el Programa de Experiencias en Entornos Laborales, donde los estudiantes trabajan hombro con hombro con profesionales de distintas áreas, en empresas del mundo real, permitiéndoles desarrollar proyectos, aplicar sus conocimientos y construir una red de contactos sólida.