Ciudad de México, Noviembre 24.- El Senado de la República designó a Loretta Ortiz Ahlf como nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), al recibir 92 votos a favor, cuatro en contra y una abstención.
Loretta Ortiz obtuvo el apoyo de más de las dos terceras partes de los miembros presentes en el Pleno, por lo que alcanzó la mayoría calificada para ocupar la vacante del ministro José Fernando Franco González Salas, con motivo de la conclusión de su cargo.
La presidenta de la Mesa Directiva, Olga Sánchez Cordero, dijo que era un día histórico ya que se eligió a la cuarta ministra de la Suprema Corte, con lo que México gana en la lucha por la igualdad.
La también ex ministra dijo que la nueva integrante de la Corte cuenta con los méritos suficientes para ejercer el cargo con independencia y autonomía, por lo que dijo sentirse orgullosa de que una mujer, con las cualidades de la ministra, se integre al tribunal constitucional del país.
Loretta Ortiz Ahlf es licenciada en Derecho por la Escuela Libre de Derecho y maestra en Derechos Humanos por la Universidad Iberoamericana. Es integrante del Consejo de la Judicatura Federal desde noviembre del 2019.
Participó en el grupo redactor de la Constitución de la Ciudad de México, se desempeñó como diputada federal, consejera de la Comisión Nacional de Derechos Humanos; así como consejera legal del Acuerdo de Cooperación Ambiental del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Además, se desenvolvió como directora jurídica del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, asesora de la Dirección General Adjunta del Banco de México y asesora del Consultor Jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Previamente, en su comparecencia ante el Pleno del Senado, Loretta Ortiz Ahlf aseguró que una de sus prioridades será la promoción de una política de “tolerancia cero” a la corrupción, tráfico de influencias y nepotismo, en todos los niveles del Poder Judicial.
Es fundamental, dijo, fortalecerlo y optimizarlo, con miras a incrementar los niveles de confianza y cercanía con la sociedad mexicana, ya que una de las tareas más impostergables radica en consolidar su legitimidad, a través de la consolidación de una justicia eficiente, sólida, moderna y cercana a las personas.
“Me enorgullece y agradezco la oportunidad de contribuir al progreso del principio constitucional de paridad de género”, pues, aunque se han concretado avances significativos en la materia en la composición actual de la SCJN, las ministras tan sólo representan 27.2 por ciento, lo que sin duda constituye un pendiente en la inclusión directa de las mujeres en el Máximo Tribunal.