La soledad se admira y desea cuando no se sufre, pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente.
Carmen Martín Gaite
Empezaré mi texto de nuevo diciendo que no es lo mismo estar solo que estar en soledad. Considero que estar solo es poder estar con nosotros mismos y estar en soledad es presenciar ese momento específico donde nos invade la sensación insoportable de justamente estar únicamente con nosotros mismos. Es en la segunda situación donde comenzamos a sentirnos tristes, a extrañar a las personas que más queremos y es quizá por lo que muchas personas están pasando en estos momentos.
Habrá quienes salgan de sus casas a trabajar y puedan tener un convivio distanciado con sus colegas; hay quienes tienen la oportunidad de pasar esta etapa de cuarentena en familia; existen aquellos que al regresar a casa del trabajo estarán solos; pero también hay personas que pasarán el confinamiento totalmente aislados de sus familiares, amigos y seres queridos y son ellos quienes presentan un mayor riesgo de caer en soledad.
De por sí la incertidumbre de la pandemia causa mucha angustia, pero si le sumamos el confinamiento solitario puede hacer que los días se conviertan cada vez más largos. Al final de cuentas lo que más nos hace ser humanos es la calidez con la que nos podemos abrazar y mirar a los ojos. Al pasar tiempo de calidad con otras personas sentimos alegría y esto es gracias a que las regiones cerebrales subcorticales se activan al estar acompañados y en sociedad.
Por el contrario, la soledad puede ser tan severa que nos llega a afectar física y mentalmente y hasta puede ser un factor que nos acerque más a la muerte. Pero ¿cómo podemos afrontar la soledad en medio de un aislamiento? Una buena posibilidad es con ayuda de la tecnología. Si bien la tecnología nunca sustituirá el deseo de un abrazo o un buen apapacho es algo que se ha comprobado que nos ayuda a sentirnos más en contacto.
Tecnología
Las redes sociales y plataformas de mensajes instantáneos nos hacen sentir que estamos en contacto inmediato con las personas, pero es mejor una videollamada o videoconferencia ya que puede acercarnos más a nuestros seres queridos al darnos una mayor perspectiva de lo que realmente pasa en las conversaciones debido a que existen las sonrisas y los tonos reales de por medio y nada está sujeto a interpretaciones.
De hecho un estudio realizado por el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE, por sus siglas en inglés) reportó que dos personas que participaron en un experimento con realidad aumentada presentaron mayor presencia social y una experiencia más atractiva que el estar solos. A la vez otro estudio donde se utilizó a Paro, un robot de foca bebé, logró que residentes de una casa hogar interactuaran con él y reportaran una menor sensación de soledad.
Si bien el avance de comunicación cotidiana con robots aún se ve lejana, la posibilidad de interactuar con Inteligencia Artificial, tecnología y realidad aumentada quizás haga de la soledad una sensación menos cercana.