Ya sé que para muchos está de locos rogar por un periodo extraordinario en el Congreso de la Unión, muchas iniciativas, largas sesiones en las cámaras, protagonismo de algunos legisladores o apatía y flojera de otros.
Sin embargo, creo que es fundamental continuar con el ritmo de trabajo que se realizó durante el primer y segundo periodo de sesiones, y realizar un periodo extraordinario.
Desde hace años los legisladores no trabajan en reformas importantes como la laboral, telecomunicaciones, acotamiento de inmunidad o la figura de amparo, eso, nos guste o no, se tiene que reconocer.
Si bien es cierto que existe un factor externo que los impulsó, léase Pacto por México, fue positivo que tuvieran un “chicotito” para que los arrearan.
Lo negativo del asunto es que se hicieron pato con temas que la sociedad esperaba, como la autonomía del IFAI, transparencia a sindicatos, partidos políticos y financiamiento de las bancadas en San Lázaro.
Las leyes reglamentarias de las reformas a telecomunicaciones, educación y migración son otro punto que tuvieron que delegar para el siguiente periodo de sesiones.
Según algunos diputados de izquierda, las elecciones interfieren en la agenda y prefieren que, si se abre un periodo extraordinario, sea cuando finalice ese tema. No vaya ser que las negociaciones se enloden.
Los más flojos, algunos diputados que, literal, sólo calientan la curul, dicen que los temas pendientes deben discutirse hasta septiembre, claro, siempre y cuando todo esté muy bien “planchadito” y estén tanto tiempo en San Lázaro.
Sea cual sea el pretexto, los legisladores siempre huyen del temido periodo extraordinario, pero tal parece que ahora no podrán hacerlo pues en la agenda ya están formadas la reforma financiera, la política y la electoral.
Además de la energética, hacendaria y la referente a blindar a estados y municipios de las grandes deudas en que los dejan sus gobernadores.
Bastante trabajo van a tener, ojalá y el tan mentado periodo extraordinario sea una realidad, aunque acá entre nos, yo preferiría que el Congreso sesionara de manera permanete, total, para eso les paga uno.