Pese a que México cuenta con la red de bancos de alimentos más grande del mundo, al año se desperdician 10 millones 431 toneladas de comida, de acuerdo con cifras de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En aras de paliar tal situación, el jefe de Gobierno de la capital del país, Miguel Ángel Mancera, inauguró el Banco de Alimentos de la Central de Abasto de la Ciudad de México, el cual este mes celebra su primer aniversario de operaciones en beneficio de casi 21 mil personas en situación vulnerable, pertenecientes a asociaciones civiles, fundaciones, asilos y orfanatos.

Al explicar lo anterior Minú Grajales, directora del banco de alimentos referido desde el pasado 1 de diciembre, precisa que los productos recibidos son donados íntegramente por locatarios de la Central de Abasto (Ceda), aunque “el objetivo que nos trazamos es que a partir de este año se sumen a la causa empresas e instituciones ajenas a la central”.
En entrevista con Vértigo, Grajales indica que de acuerdo con una lista de 85 asociaciones inscritas en el padrón del mismo se llama a sus representantes para que recojan los productos donados, entre ellas las fundaciones Alianza en Favor de la Mujer del DF IAP; Tachiquín AC; Construyendo la Equidad de la Mujer; Giner, Nuestro Nuevo Mañana y Se te educa.
“Revisamos que las fundaciones y asociaciones a las que les damos los alimentos tengan todo el papeleo en orden, como el acta constitutiva o su Registro Federal de Contribuyentes, y que sean donatarios autorizados, además de que cuenten con un programa de seguridad alimentaria”.
El tipo de alimentos entregados varía día con día, pues en ocasiones reciben frutas y verduras; en otras, solo abarrotes. Depende de los donantes.
Según comenta la directora del banco de alimentos de la Ceda, diariamente entregan entre siete y ocho toneladas de alimentos, pero la meta es concluir el año con la entrega de 15 toneladas.
“Por ahora, aproximadamente 100 locatarios hacen donaciones; pero si partimos de la base de que hay tres mil 700 bodegas tenemos mucho camino por delante para incrementar la cifra. Es mucho trabajo de sensibilización para que más locatarios confíen en el banco y nos entreguen sus excedentes o productos que ya no puedan vender o almacenar. Son productos en su mayoría perecederos, pero revisamos que estén aptos para el consumo humano, que no estén caducos.

Inquietud
Minú Grajales subraya que la operación del banco de alimentos nace a partir de darle un mejor destino a la comida que por alguna razón los locatarios ya no pueden comercializar y con ello reducir el desperdicio de productos que pueden alimentar a miles de personas.
Para calcular el monto de los alimentos recibidos parten de la base de que al ser donado el alimento adquiere un precio más bajo; es decir, no es considerado de primera calidad sino de segunda, sin que ello implique que esté echado a perder.
El precio es calculado conforme al Sistema de Información de Precios (SIP) de autoservicios o con el valor de mercado.
“Lo platicamos con el locatario y lo negociamos. En promedio el precio baja 40% una vez que el alimento es donado y con base en ello expedimos la factura para que el locatario pueda deducir impuestos”, dijo.
El banco de alimentos de la Ceda, refiere Grajales, empieza a laborar con 10 personas desde las siete de la mañana y concluyen labores a las siete de la noche, de lunes a viernes, mientras que el sábado hay una guardia sin horario fijo.

Sin cuota
El banco de alimentos de la Ceda no cobra cuota de recuperación.
“Lo que hacemos es un intercambio de buenas prácticas, consistente en que las instituciones beneficiadas contribuyen con un voluntariado que recibe el producto, lo selecciona y lo pone en cajas de plástico, a las que llamamos taras, para su entrega”.
El alimento que está en buenas condiciones y que por alguna razón no pudo ser entregado, menciona, es guardado en la cámara de refrigeración, que cuenta con capacidad para almacenar unas dos toneladas.
Las asociaciones que deseen pertenecer al programa del banco, explica, pueden revisar la convocatoria en la página de internet, www.bancodealimentos.cdmx.org.mx, donde aparece el formulario que deben llenar y las instrucciones a seguir para continuar con el proceso.

Cero desperdicio
El pasado 3 de marzo el jefe del gobierno de la capital del país, Miguel Ángel Mancera, firmó un documento que forma parte del compromiso por la seguridad alimentaria acordado con la FAO en el Pacto de Milán, mediante el cual iniciaron las acciones para lograr cero desperdicio de alimentos en la Ciudad de México.
Para tal efecto Mancera giró instrucciones a las áreas sociales de su gobierno para iniciar este trabajo, consistente en garantizar comida nutritiva a la población y a reducir su desperdicio.
El mandatario instruyó a las secretarías de Economía, de Desarrollo Social y Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades, a la Central de Abasto y “a todos los involucrados en el sistema social, para de inmediato trabajar para contrarrestar la costumbre de tirar comida”.
Asimismo, les sugirió hacer alianzas con los restaurantes y tiendas departamentales para alcanzar tal objetivo, además de refrendar el compromiso de la Ciudad de México ante la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura para combatir el desperdicio de comida, en busca de la seguridad alimentaria e impulsar comedores agroalimentarios.

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