Diversos organismos internacionales auguran un incremento en el número de refugiados para la próxima década, lo que desde ahora representa un serio desafío para todas las naciones del mundo, en especial en lo que respecta al respeto de los derechos humanos.
De acuerdo con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) las causas de los flujos migratorios son diversas, pero entre ellas sobresalen cambio climático, crecimiento poblacional, escasez de agua, competencia por recursos naturales y, principalmente, delincuencia organizada, guerra y violencia estructural en sus países de origen.
Sin embargo, en cualquier caso esta movilidad representa para quienes la protagonizan un grave riesgo de ser víctimas de discriminación, exclusión social, maltrato, abuso y, en el peor de los casos, tráfico y trata de personas.
Es por ello que, en el Día Mundial de los Refugiados (20 de junio), la Organización de Naciones Unidas (ONU) —junto con otras dependencias internacionales— busca crear conciencia en la comunidad internacional sobre la situación de vulnerabilidad social que atraviesan millones que se ven forzados a abandonar sus patrias.
Los expertos instan a los gobiernos a encontrar soluciones para los principales problemas de los refugiados, garantizar el pleno cumplimiento de sus derechos, fomentar la tolerancia, luchar contra las manifestaciones de xenofobia y brindarles más y mejores oportunidades de reasentamiento.
Condiciones
El último informe de Amnistía Internacional (AI) denuncia que en 2012, en al menos 36 países, hombres, mujeres y niños fueron desalojados de sus viviendas y se registraban doce millones de apátridas.
El ACNUR, por su parte, apoya a más de 40 millones de personas en todo el mundo que han sido forzadas a abandonar sus hogares en búsqueda de seguridad frente a hechos de violencia y persecuciones.
De acuerdo con diversas encuestas y estudios, este organismo concluye que 80% de los refugiados vive en países en desarrollo y casi la mitad reside en ciudades.
Para enfrentar estos restos se necesita una mayor solidaridad internacional, que incluya una mayor oferta de oportunidades y la orientación de los proyectos de cooperación para el desarrollo hacia la promoción del retorno voluntario o la integración local.
António Guterres, representante de ACNUR, considera que el incremento de este tipo de desplazamiento significa que “más personas se encuentran atrapadas en el exilio durante muchos años, sin la posibilidad de retornar a sus casas, de establecerse donde están o trasladarse a otro lugar. El desplazamiento mundial es un problema intrínsecamente internacional y, por lo tanto, necesita soluciones internacionales. Y con eso me refiero esencialmente a soluciones políticas”.
Pleno derecho
El trabajo conjunto de ACNUR, los diferentes gobiernos y la sociedad civil va encaminado a proteger a quienes solicitan la condición de refugiados, con base en la Convención sobre los Refugiados de 1951, junto con su Protocolo Adicional de 1967, como los instrumentos de protección más importantes.
Los Estados, junto con las organizaciones de la sociedad civil, tienen el compromiso de brindar una resolución duradera a la situación de vulnerabilidad de los refugiados; es decir, ponerle fin a sus dilemas relacionados al desplazamiento y persecución.
El marco jurídico internacional establece varios derechos exclusivos que fungen como medio para la reanudación de una vida normal en un ambiente seguro; el derecho a no ser devuelto a su país, a un intérprete y la no discriminación, son algunos de ellos.
En México, más de diez años después de la ratificación de dicha Convención, se aprobó la Ley sobre Refugiados y Protección en enero de 2011, mientras que su reglamento fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 21 de febrero del siguiente año.
La sociedad civil organizada considera este avance legislativo como un gran paso en la construcción de políticas públicas de integración y protección de este grupo en situación de vulnerabilidad en nuestro país.
Mariana Echandi, representante de la unidad de información de ACNUR México, comenta a Vértigo: “Hemos visto con beneplácito la entrada en vigor, tanto de la Ley de Refugiados como de su reglamento, ya que vienen a llenar un vacío legal y porque dan sustento para cumplir con los compromisos internacionales que adquirió nuestro país, no solo con la Convención sino también mediante otros instrumentos de derechos humanos”.
Además, las definiciones contenidas son muy completas e integrales, complementa: “Incluye la causal de género y de persecución y la definición de la Declaración de Cartagena; aunque demoró un poco más de lo esperado, para nosotros son buenas noticias”.
Radiografía
ACNUR reporta que en México la población reconocida como refugiada entre 2002 y 2011 ascendió a mil 186 hombres y mujeres.
De acuerdo con el estudio Refugiados en México. Perfiles sociodemográficos e integración social, en el cual se encuestó a 320 refugiados provenientes de 34 países, se encontró que las nacionalidades más representativas son Colombia (72), Haití (72), El Salvador (41), República Democrática del Congo (37) e Irán (doce).
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