FEMINISMO EN MÉXICO

Hemos decidido sumar fuerzas y dejar de lado las diferencias teóricas por la prioridad de que dejen de matarnos.

Foto: Especial
Noemi Tolentino
Redacción
Política
Compartir

Por Noemi Tolentino

Si bien es cierto que el movimiento feminista resonó con fuerza durante 2019 en nuestro país, no es una moda ni es algo nuevo. Esto va desde la lucha por el voto de las mujeres por las sufragistas mexicanas y por “las hijas de Cuauhtémoc” en 1910, quienes además demandaron la participación de las mujeres en la política. Asimismo se luchó por utilizar la ropa que queramos, en contra de la mutilación genital y a favor de las demás garantías individuales que eran negadas por cuestión de género.

Uno de los primeros movimientos feministas —además de los mencionados con anterioridad— en México fue en 1916 por parte de maestras y mujeres de la clase media, quienes encabezaron dos congresos en busca de crear consenso en torno de las reformas educativas y sociales, tratando de visibilizar experiencias de violencia y cuestionar las desigualdades del espacio privado, además de invitar a las demás mujeres de esos tiempos a levantar la voz por sus derechos, como el acceso a la educación y a decidir.

Nuestras antepasadas fueron abriéndose paso, logrando el derecho a acceder a oficios y al arte. Lograron que se crearan las primeras escuelas municipales para obreras y en los veinte comenzó la lucha por los derechos reproductivos de la mujer, incluyendo la educación sexual para niños y jóvenes en las escuelas.

Sin embargo tuvo que transcurrir una década para que las mujeres lograran ser integradas en el Senado de la República y una década más para que se construyera la primera agenda de demandas de las mujeres, donde se incluía el divorcio.

Todo esto tomando fuerza desde el coraje de las mujeres por ser violentadas, desde el hartazgo de tener que someterse en un mundo que pareciese ser para hombres; desde la furia por haber perdido hijas, hermanas, amigas, solo por estar en búsqueda de su libertad.

Esfuerzo

Y ahora, a pesar de los “logros” de aquellas mujeres que lo dieron todo, nos hemos topado con una ola creciente de feminicidios, acoso, violaciones y desapariciones, así como también un actuar apático por parte de los gobiernos en las últimas décadas, detonando diversas asociaciones civiles y colectivas feministas por todo el país que se esfuerzan por informar y luchar exigiendo justicia para sus hijas asesinadas, derechos reproductivos y la abolición de la explotación a la mujer.

De ahí nacemos Las brujas del mar, en un estado feminicida, con doble alerta de género, 30 mujeres desaparecidas, diez feminicidios y cinco asesinadas en el primer mes de 2020 y un gobierno que hace caso omiso ante la problemática, orillándonos a las denuncias y a la autodefensa.

Debido a la facilidad con la que arrebatan vidas en nuestro país, la falta de justicia, revictimización por parte de las instituciones, el poco interés a la prevención y sumándole el amarillismo por parte de medios de comunicación para alimentar el morbo, normalizando la violencia mostrando el cuerpo desollado y mutilado de nuestras hermanas… la furia de las mujeres mexicanas es cada vez más fuerte, cada vez estamos más unidas y dispuestas a no volver a callar, motivando a las más jóvenes a levantar la voz, marcando una pauta para las siguientes generaciones.

A pesar de los diferentes tipos de feminismos que hay hemos decidido sumar fuerzas y dejar de lado las diferencias teóricas por la prioridad de que dejen de matarnos. Incluso las mujeres no feministas ya que es una problemática que nos compete y afecta a todas.

Actualmente el feminismo se encuentra en los medios, disputándose lo que es el feminismo; en las redes, desde el #MeToo, #YoSiTeCreo, las muertas de Juárez, #NoMeCuidanMeViolan, las asesinadas dentro de la UNAM; y en las calles, donde cada vez más se puede palpar el hartazgo de las mexicanas.

“Nos quitaron tanto que acabaron quitándonos el miedo”.