Jóvenes en movimiento

La movilización estudiantil en Chile, junto con sus manifestaciones a nivel nacional desde mayo de 2011 hasta la actualidad, ha sido considerada como una de las más importantes de los últimos años en toda Sudamérica.

 Camila Vallejo sorprendió al mundo
Foto: Creative Commons
Montserrat Bonilla
Política
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La movilización estudiantil en Chile, junto con sus manifestaciones a nivel nacional desde mayo de 2011 hasta la actualidad, ha sido considerada como una de las más importantes de los últimos años en toda Sudamérica.

Pese a que el sistema educativo chileno es considerado como uno de los mejores en América Latina, es también uno de los que obtiene peores resultados.

Y no solo eso: de acuerdo con expertos, solo Estados Unidos supera a Chile en cuanto a la cantidad de dinero que los estudiantes deben pagar para costear su educación.

En ese contexto, la joven ex dirigente Camila Vallejo sorprendió al mundo entero cuando logró reunir y compartir con más de 100 mil manifestantes sus demandas al gobierno de Chile por una reestructuración del sistema educativo y exigir que este asuma los costos de la educación superior, detenga el lucro en el sector y reduzca las desigualdades en los institutos públicos.

Por su parte, España ha experimentado varios movimientos sociales desde 2011 debido a la tasa de paro, la precariedad laboral, la contención salarial, la presión hipotecaria sobre las familias y las políticas gubernamentales de ajuste, que han coartado el estado de bienestar en los últimos años.

Desde febrero de 2012, luego de la llamada Primavera Valenciana, son sobre todo jóvenes los organizadores de estas manifestaciones contra los recortes y la devaluación de la enseñanza pública en diferentes puntos del país.

Y no olvidemos a Brasil, donde la “revolución de los 20 centavos” que impactó al país apenas durante el pasado mes de junio, surgió con raíces juveniles: en su mayoría estudiantes, los jóvenes se organizaron en principio para detener un alza en el costo del pasaje del transporte público, pero al recibir el apoyo de personas de todas las edades y clases sociales, el movimiento se transformó en un reclamo contra la corrupción y desigualdad social a nivel nacional.

Antes de ello, los reflectores internacionales alumbraban a Brasil por haber sido elegido como sede de la próxima Copa Mundial de Futbol y los próximos Juegos Olímpicos, pero hoy dan vuelta al mundo, en todas las redes sociales, imágenes de miles de jóvenes de clase media con carteles que exigen políticas para mejorar el bienestar de las familias, ampliar el cupo en las universidades y crear más puestos de trabajo para ellos.

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