En el Distrito Federal se creó un movimiento integrado por jóvenes en condición de calle que hoy quieren cambiar de rumbo: buscan dejar la delincuencia y los vicios, con la finalidad de tener otra forma de vida, retomar sus estudios y crear sus propios negocios como fuente de trabajo.
Cauce Ciudadano AC, creado y liderado por Carlos Alberto Cruz Santiago, es un programa de educación, inclusión social y formación laboral para generar ingresos legalmente en beneficio de más de 75 mil jóvenes de 11 a 26 años que se encuentran desprotegidos.
Carlos comenta a Vértigo que el objetivo de su programa es transformar a los jóvenes que han sido líderes de pandillas, en líderes juveniles para promover la no violencia, demostrando que ellos también pueden insertarse en la vida laboral formal.
El joven emprendedor social resalta que la asociación civil que preside ofrece talleres para jóvenes que viven en condición de calle, con el objeto de capacitarlos en alguna disciplina con la que puedan ganarse la vida: “Los jóvenes ex pandilleros toman talleres de computación, serigrafía, pirograbado, repujado, enarenado, cocina, operan una radio por internet y tienen un estudio de grabación para grupos musicales”.
A través de estos talleres profesionales y de una metodología de habilidades para la vida, “buscamos fortalecer sus factores protectores y disminuir sus factores de riesgo, provocando un cambio generacional en la forma de organización y de acción de la juventud”, señala.
El presidente de Cauce Ciudadano dice que para introducirse en las pandillas primero es necesario generar afecto y confianza. “Hay que desarrollar competencias sicosociales, pensamiento crítico y creativo, para asumir una realidad. Al final, el integrante de una pandilla descubre que el motivo generador de violencia también es el generador del cambio, prevaleciendo los valores de solidaridad, reciprocidad y empatía”.
Cruz menciona que trabaja con 84 personas, entre sicólogos, voluntarios y pandilleros, que construyen algo positivo después de tanta violencia. “Aplicamos un concepto sicológico llamado Resiliencia, que es la capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, condiciones de vida difíciles y traumas graves”.
Desde 2007, el joven emprendedor se alió a una importante empresa internacional para diseñar un canal de distribución callejero que integra su metodología de habilidades para la vida, ofreciendo así oportunidades de empleo formal a su red y aprovechando su conocimiento de las poblaciones de pocos ingresos. Las beneficiarias de este proyecto son mujeres de bajos recursos, que logran obtener un empleo formal con salarios y prestaciones por parte de la compañía y, al mismo tiempo, reciben capacitación para aumentar su autoestima y su habilidad de manejar conflictos.
Aunque el proceso de colaboración entre Cauce Ciudadano y la reconocida empresa no fue fácil al principio, los socios han podido crear una relación de confianza fuerte de ganar-ganar y han logrado consolidar un modelo de negocio social donde las empleadas se encuentran satisfechas y motivadas por su empleo, mejor remuneradas… y con las ventas de este emporio en aumento.