Por Jesús Robledo
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) durante 2019 el Producto Interno Bruto (PIB) de México se contrajo 0.1%, lo que significa que el país no tuvo un crecimiento económico en los últimos doce meses.
Pero si bien el año pasado la economía mexicana experimentó un crecimiento nulo al pasar de un PIB de 2.1 a 0.1%, los expertos coinciden en que al inicio de cada sexenio la actividad productiva sufre un estancamiento, tanto por el periodo de aprendizaje de los nuevos responsables como por el cambio de ciclo económico que experimenta la economía nacional.
Para el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), por ejemplo, es normal que durante el primer año de gobierno se presente una desaceleración económica.
Una muestra de que esta situación se produce al arranque de cada nuevo gobierno federal son los registros del crecimiento anual del PIB en los últimos dos sexenios: durante el periodo 2006-2008, por ejemplo, pasó de un crecimiento de 4.5% del PIB en el último año de la administración de Vicente Fox a 2.3% en el primer año de la gestión de Felipe Calderón.
Otro ejemplo de esta situación volvió a presentarse en el periodo 2012-2014: luego de un crecimiento de 3.6% del PIB en el último año de la administración de Felipe Calderón, en los primeros doce meses del gobierno de Enrique Peña Nieto la economía registró una caída de 1.4% del PIB, en tanto que en el segundo año la economía creció 2.8 por ciento.
Esta tendencia que se ha presentado al arranque de los dos sexenios previos al actual vuelve a registrarse al inicio del actual gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador: en 2018 el crecimiento del PIB fue de 2.1% y en el primer año de esta administración tuvo una caída de 0.1 por ciento.
La disminución de 2% promedio en el crecimiento de la economía es pues una característica recurrente en nuestra economía en los últimos doce años, lo que se refuerza con el hecho de que en el primer año del gobierno de Fox (2001) la economía cayó 0.4%, de acuerdo con el IMEF.
Inversiones para crecimiento
Sin embargo, según diversos pronósticos que incluyen los del Fondo Monetario Internacional (FMI), se prevé que la economía mexicana se recuperará en los próximos dos años luego del estancamiento experimentado en 2019, con tasas estimadas en 1 y 1.6% en 2020 y 2021, respectivamente.
Ese crecimiento tendrá como base un mayor gasto público por parte del gobierno federal a través de inversiones insignia, como son la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya, principalmente.
Para la refinería de Dos Bocas la actual administración tiene previsto invertir entre seis y ocho mil millones de dólares (de 120 a 140 mil millones de pesos), así como 25 mil millones de pesos para la modernización de seis refinerías.
Para el aeropuerto de Santa Lucía se estima una inversión de 72 mil millones de pesos, en tanto que para el Tren Maya el gobierno federal estima una inversión de 120 mil millones de pesos.
Esta inyección de recursos en inversiones públicas por parte de la actual administración, además de las que se generarán dentro del Programa Nacional de Infraestructura que incluye 147 proyectos con una inversión por 859 mil millones de pesos del sector privado, sin duda permitirá que México retome la senda del crecimiento económico para los próximos años.