La búsqueda de soluciones a la creciente desigualdad genera un cambio en el pensamiento del sector económico, logrando que cada vez más corporativos se conviertan en Empresas Socialmente Responsables (ESR) que cumplen con un conjunto de normas y principios referentes a la realidad social, económica y ambiental, con base en valores que les ayudan a ser más productivas.
Son claros los beneficios que trae a la empresa la incorporación de la responsabilidad social a su estrategia de negocios, ya que ahora su compromiso no es únicamente obtener ganancias, utilidades y cumplir con los objetivos en el plano económico, sino también tomar en cuenta de qué forma sus actividades afectan o benefician la calidad de vida de sus empleados, y de la comunidad en su conjunto, como parte integral de su cultura.
Según el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) está comprobado que cuando se elige entre dos marcas de la misma calidad y precio la cuestión de responsabilidad social es la que más afecta en la decisión de compra, con 41%, por encima del diseño e innovación (32%) y la lealtad de la marca (26%).
Por si fuera poco, 70% de los consumidores dice estar dispuesto a pagar más por una marca que apoya causas sociales o medioambientales.
Romain Sibille, director de Ciudadanía Económica para Todos de Ashoka, dice a Vértigo sobre esta importante tendencia: “Trabajamos con más de tres mil emprendedores sociales en todo el mundo, y en los últimos 30 años hemos visto al sector ciudadano ponerse al nivel de las empresas a medida que ha aumentado su productividad, tamaño y alcance. Las organizaciones con fines de lucro tienen hoy la oportunidad de colaborar con Organizaciones del Sector Ciudadano (OSC) en el trabajo con problemas de gran escala que ninguno de los dos grupos ha podido solucionar por sí solo.
El poder de este tipo de alianzas, añade Sibille, “yace en las fuerzas complementarias de los participantes”.
El especialista considera que para trabajar juntos eficazmente, ambas partes deben enfocarse en crear valor económico real, además de crear valor social. “Creemos que pueden hacerlo a través de la formación de lo que llamamos Cadenas Híbridas de Valor (CHV), para aumentar los beneficios y disminuir los costos”.
El director de Ciudadanía Económica para Todos de Ashoka resalta que “el sector ciudadano ha creado empleos a un ritmo tres veces más rápido que otros empleadores en los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)”.
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