INESTABILIDAD FINANCIERA MUNDIAL: PELIGRO LATENTE PARA MÉXICO

e requieren mensajes que alienten a la inversión privada.

Foto: Especial
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Norberto Vázquez
Política
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Dos variables se conjugaron: Arabia Saudita y Rusia inundaron el mercado mundial con petróleo barato, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al coronavirus como una pandemia, lo que conformó la tormenta perfecta para desestabilizar a las bolsas de valores del mundo el lunes 9 y el jueves 12 de marzo, lo que genera una de las más inestables etapas financieras globales de los años recientes.

Ante ello la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco de México (Banxico) buscan afanosamente estrategias inmediatas para que esta crisis mundial en los precios del crudo y el estancamiento comercial por la epidemia declarada repercutan lo menos posible en las finanzas públicas nacionales y se manden señales de confianza a los mercados, inversionistas y empresarios.

Y es que los precios del crudo llegaron a caer hasta 30% —el mayor desplome en un día desde la Guerra del Golfo en 1991— luego de que Arabia Saudita anunció que aumentará su producción tras el colapso del acuerdo de recorte de producción de Rusia con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para estabilizar los mercados petroleros.

Con esto los países de la OPEP entraron en una competencia directa con Rusia y otras naciones productoras de petróleo, lo que puso fin a más de tres años de cooperación en el mercado de hidrocarburos y marcó el inicio de una guerra de precios del crudo que a decir de Moscú podría ser sostenible por esa nación durante casi una década.

En opinión de los expertos consultados este es un duro golpe para Petróleos Mexicanos (Pemex) y los planes de inversión del gobierno federal, aunque no tendría un efecto tan grave sobre las finanzas públicas debido a que el país ha diversificado sus fuentes de ingresos, sobre todo con la miscelánea fiscal diseñada en 2019.

De ahí, dicen los especialistas, que la SHCP y el Banxicohayan comenzado a construir estrategias para enfrentar la situación que incluyen la ampliación de coberturas cambiarias, hacer uso de los fondos de estabilización, tener a la mano la línea de crédito flexible del Fondo Monetario Internacional y la del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, así como asegurar una parte de las exportaciones petroleras a un precio de 49 dólares por barril. Y, como panacea, “exprimir” hasta donde se pueda el gasto público.

Según los analistas financieros las finanzas públicas nacionales tendrán que comenzar a rediseñarse para mandar señales claras y contundentes al empresariado e inversionistas, quienes tienen en consideración que el crack de los mercados mundiales muy comúnmente viene acompañado de malas noticias para las economías. Y la mexicana no está exenta.

Caídas

Los temores frente al impacto global del coronavirus y el desplome de los precios del crudo causaron estragos el lunes 9 y el jueves 12 de marzo en los mercados de valores del mundo, provocando la caída de los principales indicadores bursátiles del orbe.

La Bolsa de Valores de Nueva York, los mercados europeos, los principales indicadores bursátiles asiáticos y la Bolsa Mexicana de Valores resintieron el pesimismo de la guerra de precios en el petróleo —desatada por Arabia Saudita y Rusia el 8 de marzo— y las posibles afectaciones en el intercambio comercial que se tendrá en el mundo entero por la categorización de pandemia del COVID-19.

Los expertos señalan que tanto las afectaciones del coronavirus como la disputa de la OPEP con Rusia ya se veían venir en los mercados y ahora lo que esperarán los inversores es que Rusia y Arabia Saudita se encaminen hacia una resolución del conflicto petrolífero.

Volatilidad

El 9 de marzo el peso fue víctima de un ataque especulativo. Tres días después la moneda mexicana inició con una depreciación de 3.01% como consecuencia del nerviosismo existente a escala mundial por los efectos del coronavirus: el tipo de cambio comenzó en 22.0240 pesos por dólar y al cierre del miércoles 11 de marzo terminó en 21.3790 pesos por dólar, de acuerdo con el Banxico.

Al respecto el banco central incrementó las coberturas cambiarias de 20 a 30 mil millones de dólares debido a la volatilidad del tipo de cambio del peso-dólar derivado de la caída en los precios del petróleo y la pandemia por el coronavirus en el mundo.

Mediante un comunicado el Banxico indicó que “estas coberturas permitirán que exista una mayor estabilidad en los mercados cambiarios al realizarse subastas, si es que fuera necesario. La Comisión de Cambios podrá convocar en cualquier momento y llevar a cabo de manera inmediata subastas de estos instrumentos”.

Para aclarar esta estrategia Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, expresa que “la decisión conjunta entre el Banco de México y Hacienda de reforzar las coberturas cambiarias pretende enviar una señal de que ambas instituciones harán lo necesario para disminuir la volatilidad del tipo de cambio y darle liquidez al mercado local”.

Y afirma: “Hay que recordar que el tipo de cambio es flexible. Está flotando libremente a las fuerzas de oferta y demanda. Por eso vemos este tipo de movimientos. Lo que queremos hacer con la Comisión de Cambios es obviamente subastar forwards, es decir, que subastamos opciones a ciertos precios para que los actores económicos tengan certidumbre sobre el tipo de cambio que van a afrontar en las siguientes semanas o meses”.

El funcionario explica que “lo que estamos viendo prácticamente es alta volatilidad, reajuste en el precio de algunos commodities —producto o bien por el que existe una demanda en el mercado y se comercian sin diferenciación cualitativa en operaciones de compra y venta—, sobre todo el petróleo, y caídas de tasas de interés en algunos países, como Estados Unidos, pero en nuestro país se están presionando las tasas y las variables económicas, por lo que reaccionó la Comisión de Cambios del banco central y Hacienda, al mismo tiempo, en coordinación para incrementar las coberturas cambiarias”.

—¿Cómo se afrontará la guerra de precios en el mercado petrolero?

—Ante el ajuste en el precio de la mezcla mexicana por la guerra de precios del crudo entre Arabia Saudita y Rusia el gobierno mexicano posee elementos como las coberturas petroleras y un portafolio de deuda a tasa fija para resolver choques externos de este tipo, que ha generado alta volatilidad.

Precisa que “el ajuste en el precio del petróleo generó aversión hacia mercados emergentes, sobre todo en Asia, y como se comercializa en 24 horas algunos inversionistas cubrieron estos movimientos en otras monedas. Hoy —9 de marzo— todas las monedas en Latinoamérica se depreciaron, incluyendo el peso.

Añade Yorio que “el peso se mueve más porque lo usan para cubrirse. Entonces estos movimientos que vimos están más relacionados con volatilidad global que con una operación que se haya realizado en México”.

Frente a los desafíos globales que han rebasado a México, el subsecretario de Hacienda comenta “que desde la SHCP se impulsan medidas de política fiscal para sortear estos eventos, como son acelerar en mayor medida el gasto en infraestructura en el primer trimestre y, por otro lado, reducir los efectos del coronavirus en la población para evitar que lleve a un freno en la cadena de producción”.

Agrega que otros de los “chalecos” con que cuenta Hacienda para absorber este tipo de choques “es el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), que permite cubrir fondos que se caigan por variación en el crecimiento, con ingresos aprobados en el Congreso de la Unión”.

Blindado

El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró a su vez que su gobierno está blindado ante la crisis financiera mundial por el temor al coronavirus y las diferencias entre Rusia y Arabia Saudita en la producción petrolera.

“Sobre la crisis de mercados financieros ahí vamos resistiendo; tenemos finanzas públicas sanas; eso nos ayuda mucho, porque logramos blindarnos, porque no se gastó más de lo que tenemos de ingresos”, determinó.

El titular del Ejecutivo dijo que en 15 meses de gobierno no creció la deuda pública. “Cuando llegamos al gobierno era de 173 mil millones y ahora es de 184 mil millones de dólares en reservas adicionales”, puntualizó.

Explicó que además se cuenta con un Fondo de Estabilización de 150 mil millones de pesos para afianzar el presupuesto en caso de que sea necesario. “Espero que se vaya fortaleciendo el peso, hacia delante; tenemos condiciones para resistir esta crisis derivada de los temores, fundados e infundados, del coronavirus y las diferencias entre Rusia y Arabia Saudita por la producción del petróleo”, expuso.

El mandatario federal agregó que de ninguna manera el gobierno mexicano pretende gastar sus reservas: “Nada de empezar a soltar dinero para el control de las finanzas, nada de eso, nada de intervencionismo, no vamos a gastar nuestras reservas; tenemos diez mil millones de dólares de reserva desde que llegamos al gobierno, pero no lo vamos a gastar”.

Escenarios

El analista financiero Enrique Quintana recuerda que “el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, señaló que México tiene fortalezas fiscales que atenuarán el impacto de la caída de los precios del petróleo, así como del alza del tipo de cambio”.

Pero se pregunta: ¿en qué medida realmente las finanzas públicas mexicanas se encuentran blindadas ante los impactos de la turbulencia financiera internacional o en qué grado se trata de un buen deseo?

Determina que “como en muchas afirmaciones, Herrera tiene una parte de razón. Y más allá de los argumentos que él esgrimió hay dos elementos adicionales. Uno, el gobierno mexicano compró el año pasado coberturas para las exportaciones de petróleo que, de acuerdo con la información revelada por Hacienda, promedian 49 dólares por barril. Desde 2017 el gobierno mexicano dejó de informar respecto del volumen adquirido. La última ocasión que la cifra se dio a conocer se protegieron 200 millones de barriles”, expone.

Si esa fuera la cantidad para 2020, agrega, “se estaría asegurando 48% de las exportaciones previstas de crudo. Sin embargo se trata de una mera especulación. En el peor de los casos, en esa hipótesis, el impacto negativo sería solo a la mitad de las exportaciones”.

Asegura que además “el problema de la pérdida en la capacidad de refinación que hemos tenido en los últimos años se podría convertir en este momento en una ventaja para Pemex y para el gobierno mexicano. En la medida que actualmente importamos aproximadamente 70% del consumo de gasolinas automotrices, la caída de los precios del petróleo implicará una ventaja para las compras de combustibles ya que también trajo consigo unareducción de los precios de las gasolinas”.

Y agrega: “Entre el cierre de 2019 y el lunes 9 de marzo el petróleo retrocedió 43% en promedio, mientras que en el mismo lapso las gasolinas en EU cayeron en promedio 38%. Solo por referir una cifra, en enero hubo ingresos por exportaciones de crudo de dos mil 55 millones de dólares y pagos por importaciones de petrolíferos de mil 658 millones. Es decir, el efecto neto será menor al que aparece a simple vista”.

Incluso menciona que “el problema principal vinculado con la turbulencia financiera internacional, a mi parecer, no está en las finanzas públicas sino en el conjunto de la economía. Las medidas restrictivas que se imponen en diversos lugares para frenar la difusión del COVID-19 traen consigo una fuerte caída de la actividad económica y es muy probable que en el curso de algunas semanas, o a lo sumo de algunos meses, podamos visualizar el riesgo real de una recesión de alcance internacional, de la cual no se escapará México”.

Propone decisiones al respecto. “Por una parte debe establecerse una política contracíclica que permita amortiguar el efecto de las tendencias recesivas. Todo indica que la Secretaría de Hacienda trabaja en el diseño de dicha estrategia”.

Y adicionalmente, señala, “se requieren mensajes que alienten a la inversión privada. Así como el año pasado la caída en la inversión del sector privado provino de una pérdida de confianza, debe dársele la vuelta a esta circunstancia si no se quiere un desastre económico”.

Y concluye: “La oportunidad está en el paquete de proyectos del sector energético. Si logran entusiasmar a los inversionistas será buena noticia. Si se ven con indiferencia, más nos vale empezar a prepararnos para una circunstancia aún más difícil en los próximos meses”.

Gabriel Casillas, presidente del Comité Nacional de Estudios EconómicosdelInstituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, cuestiona que “ante esto, ¿cómo se encuentra México?”

Resalta que en aspectos macroeconómicos “considero que nuestro país se encuentra en una mejor situación que las administraciones pasadas en varios de sus fundamentos macroeconómicos. En el terreno externo, por ejemplo, el déficit de la cuenta corriente se encuentra en 0.2% del PIB, mucho más pequeño que aquel 1.5% en septiembre de 2008, justo antes de la crisis económico-financiera global de 2008-2009”.

Asimismo, añade, “el nivel de reservas internacionales del Banco de México se encuentra actualmente en poco más de 245 mil millones de dólares, incluyendo la línea de crédito flexible del Fondo Monetario Internacional, mientras que en septiembre de 2008 se ubicaban en cerca de 84 mil millones de dólares. Por su parte el petróleo tiene mucha menor importancia en la economía mexicana que en 2008 e inclusive que en 2013. En este sentido el petróleo tiene una ponderación en el PIB de 3.8% actualmente, mientras que en 2013 esta era de 6.5 por ciento”.

Menciona: “Las exportaciones petroleras representaban 13% del total en 2013 y hoy solo representan 5.6% del total. En el tema de finanzas públicas en 2008 los ingresos fiscales de origen petrolero eran responsables de poco más de 35% del total, mientras que hoy por hoy tienen un peso de poco menos de 18% del total”.

Destaca también el saldo de los fondos de estabilización, “que en 2008 sumaba poco más de 88.3 miles de millones de pesos, mientras que a finales del año pasado este se ubicó en cerca de 240 mil millones de dólares. Por último, al igual que en las últimas cuatro administraciones, el gobierno cuenta hoy con una cobertura para los ingresos fiscales de origen petrolero a un precio de ejercicio de 49 dólares por barril, el precio presupuestado para este año”, concluye.

De esta manera los inestables precios del petróleo y el freno comercial que genera la pandemia del coronavirus tendrán repercusiones mundiales, por lo que el gobierno federal busca afanosamente aplicar medidas para afrontar las posibles secuelas económicas en México.

Empresarios

La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) de México pidió firmar un “gran acuerdo nacional” para afrontar la crisis internacional del coronavirus con un mayor consumo de productos fabricados en el país. La agrupación empresarial ofreció unirse para que los sectores públicos y privados superen el desafío de salud pública del COVID-19, que ha afectado a los mercados financieros, al petrolero, al tipo de cambio y al manufacturero. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelín, afirmó que después de este “lunes negro” México enfrenta condiciones complejasya que de acuerdo a un diagnóstico elaborado por la organización empresarial, de mantenerse el precio del barril de petróleo en 30 dólares “el impacto en los ingresos tributarios sería muy importante, de al menos 1.2% del Producto Interno Bruto”.

Precios del petróleo

(al cierre de esta edición)

Brent de Mar del Norte: 33 dólares por barril.

West Texas Intermediate: 31 dólares por barril.

Mezcla mexicana: 27.40 dólares por barril (proyección de venta del gobierno por barril: 49 dólares).

Fuentes: Goldman Sachs, Bank of America y Pemex

Demandamundial

La demanda de petróleo y el estallido del coronavirus fueron una combinación explosiva. Tanto que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) redujoprácticamente a cero el crecimiento de la demanda de crudo en 2020. A medida que el brote golpea a la economía mundial los países productores de petróleo han recortado sus estimaciones de demanda desde los 990 mil barriles diarios hasta los 60 mil, lo que supone un desplome de 93%. En su informe mensual la OPEP también redujo drásticamente las estimaciones de suministros de sus rivales ya que los precios más bajos obstaculizan a los productores de Estados Unidos. Para los expertos esta es la idea que persigue la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia: sacar a los estadunidenses del mercado.

Coberturas cambiarias

Ante la pandemia del coronavirus y la guerra de petroprecios el Banco de México y la Secretaría de Hacienda realizaron una subasta de coberturas cambiarias y permuta de valores. Por instrucción de la Comisión de Cambios el Banxico empezó con coberturas cambiarias por un monto de dos mil millones de dólares con el objetivo de propiciar mejores condiciones de liquidez, un mejor descubrimiento de precios y un funcionamiento ordenado del mercado de cambios. Mientras la SHCP ejecutó una operación de permuta de valores gubernamentales por hasta 40 mil millones de pesos, en la cual intercambiará valores gubernamentales de plazos mayores a dos años (Bonos M) por Cetes de un año y títulos de tasa revisable (Bondes D).