Las Sofoles cumplieron su ciclo

Surgieron previamente a la firma del TLCAN como requerimiento para que México contara con figuras financieras similares a los Non-Bank banks que operan en EU y Canadá.

Georgianna Meza
Política
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Surgieron previamente a la firma del TLCAN como requerimiento para que México contara con figuras financieras similares a los Non-Bank banks que operan en EU y Canadá
Foto: Creative Commons

El 19 de julio anterior finalizó el periodo de transición de siete años decretado en 2006 por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para que las Sofoles (Sociedades Financieras de Objeto Limitado) migraran hacia otra figura financiera o bien comenzaran a operar bajo el esquema de Sociedades Financieras de Objeto Múltiple Entidades No Reguladas (Sofomes ENR).

Las Sofoles surgieron en 1993, previo a la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre México, Estados Unidos y Canadá (que entró en vigor a partir del 1 de enero de 1994), como un requisito para que nuestro país contara con figuras financieras similares a los Non-Bank banks (instituciones financieras que proporcionan servicios bancarios, pero carecen de una licencia bancaria y cuyas operaciones son cubiertas por las regulaciones de la banca) que operan en esas dos últimas naciones.

Llegaron a ser jugadores muy importantes en el otorgamiento del crédito en México entre 1999 y 2006, a raíz de la crisis de los bancos surgida en 1995, y en sectores como el hipotecario y automotriz su cartera fue incluso mayor a la de la banca comercial durante algún tiempo.

De hecho, al primer semestre de 2006 las 62 Sofoles existentes en ese momento contaban con activos superiores a los 210 mil millones de pesos, en tanto que al cierre del año pasado, muy cerca ya de la extinción de estas entidades, quedaban 18 registradas, las cuales manejaban poco más de 32 mil millones de pesos.

Las Sofoles tenían el objetivo —explica por su parte la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef)— de otorgar créditos o financiamiento para la planeación, adquisición, desarrollo o construcción, enajenación y administración de todo tipo de bienes muebles e inmuebles, a sectores o actividades específicos; es decir, atender a aquellos sectores que carecen de acceso a los créditos ofrecidos por los intermediarios financieros tradicionales, como los bancos.

Descripción

De acuerdo con el Banco de México, las Sofoles se constituyeron en sociedades anónimas especializadas en el otorgamiento de créditos a una determinada actividad o sector; por ejemplo, hipotecarios, al consumo, automotrices, agroindustriales, microcréditos, Pymes, bienes de capital, transporte, etcétera.

Y para que pudieran ejercer dicha actividad, agrega, la Ley de Instituciones de Crédito las facultó para captar recursos provenientes de la colocación en el mercado de instrumentos de deuda inscritos en el Registro Nacional de Valores e Intermediarios, aunque también pudieron obtener financiamiento bancario.

La normatividad aplicable a dichas entidades fue emitida por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en lo relativo a las disposiciones en materia contable, en tanto Hacienda dictó la regulación correspondiente a la constitución y operación de las mismas, así como en lo referente a las disposiciones en materia de prevención de operaciones ilícitas.

Ganadores y perdedores

La crisis bancaria de mediados de los noventa motivó que expertos del sector bancario arriesgaran sus capitales en la creación de sus propias Sofoles al ver en ellas una gran oportunidad de negocio pues, como aliciente, la nueva figura sería fuertemente apoyada por la banca de desarrollo.

Aunado a lo anterior, la importante disminución del crédito en el país como producto de esa crisis detonó el fuerte crecimiento de las Sofoles, en especial en el sector del financiamiento hipotecario.

Por ejemplo, Hipotecaria Nacional, creada en 1994, registró avances importantes hasta convertirse en la principal empresa del país en este sector. Al ser vendida diez años después a BBVA Bancomer por 375 millones de dólares, poseía 30% del mercado hipotecario del país, activos por 28 mil millones de pesos, una cartera de 26 mil millones de pesos, 90 mil clientes y 79 sucursales, además de oficinas en algunas ciudades de Estados Unidos.

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