NATALIDAD: FOCOS ROJOS

“La contención del crecimiento poblacional no constituye por el momento el principal objetivo de la política social”.  

Foto: Especial
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Norberto Vázquez
Política
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En México los problemas en materia de natalidad comienzan a fortalecer una tendencia de sobrepoblación que incrementa las dificultades en los servicios públicos: hoy se requiere de mucho más que una cuestión política para darle solución integral al rezago que existe respecto de programas públicos en materia demográfica en el país.

Somos una sociedad que crece cada año y que demanda cada vez más inversiones de recursos provenientes de la recaudación ya que durante los últimos 65 años nuestra población aumentó poco más de cuatro veces: en 1950 había 25.8 millones de personas; en 2015, 119.5 millones, y en este 2019 se contabilizan 133 millones de habitantes, lo que nos ubica en el décimo primer lugar de los países más poblados del mundo.

Ya encaramos, de hecho, focos rojos: la proyección académica para 2050 es de 250 millones de individuos, aunque fuentes oficiales hablan de aproximadamente 150 millones.

Para los especialistas la atención a estos desafíos requiere de una política demográfica con capacidad para reorientar acciones públicas y acoplarlas a las decisiones de las personas en la estructura familiar, tomando en consideración su plena libertad.

Entre otras condiciones, dicen, se necesitan instituciones fuertes, sustentadas en la cooperación de las instancias gubernamentales y en la participación de organismos de la sociedad civil, para todos integrar una nueva dinámica poblacional.

Según estos expertos la contención del crecimiento poblacional no constituye por el momento el principal objetivo de la política social, pero a este ritmo de crecimiento demográfico se perfilan inmediatos desafíos vinculados al cambio en la estructura de la población, debido a una sociedad que envejece y que requerirá servicios de salud, pensiones, cambios en los patrones de movilidad… Y más aún: se concretan nuevas formas de organización doméstica y familiar.

Desafíos

De acuerdo al informe Programa nacional de población 2014-2018, del Consejo Nacional de Población (Conapo), la esperanza de vida en México continúa incrementándose aunque a un ritmo lento: entre 2000 y 2013 aumentó de 73.2 a 74.5 años, mientras que en la actualidad se ubica en 76.67 años para los hombres y 82.57 para las mujeres.

Este documento refiere que “el aumento de la escolaridad, la ampliación de las oportunidades de desarrollo para las mujeres y la amplia disponibilidad de medios de planificación familiar contribuyeron en los últimos decenios a un descenso constante de la fecundidad. El declive más rápido ocurrió entre 1970 y 1990, cuando el número promedio de hijos por mujer pasó de 6.7 a 3.4. El cambio ha sido menor en los años recientes ya que en 2013 se estimó que la Tasa Global de Fecundidad (TGF) se ubicó en 2.2, o sea, prácticamente un nivel de reemplazo generacional”.

Sin embargo, otros retos persisten. “La fecundidad adolescente no disminuyó al mismo ritmo que el resto de las edades ya que entre 2000 y 2013 la tasa pasó de 71.4 a 66.0 nacimientos por mil (el descenso fue de 7.6%), mientras que en la TGF se observó una reducción de 16.2%. Debido a ello el peso relativo de la fecundidad adolescente respecto del total creció de 13.5 a 14.9% entre 2000 y 2013”.

Según Conapo esto ha traído como fenómeno social una nueva estructura de la población por edades ya que la evolución en mortalidad y fecundidad provocan significativos cambios en los hábitos de interacción familiar, que en los años por venir profundizarán algunas de estas tendencias.

Expone que “la población infantil —menores de 15 años— continuará disminuyendo en términos absolutos y relativos. Las proyecciones de población estiman que este grupo sumará 31 millones 200 mil personas, lo que significa en términos relativos 20.7% de la población total en 2050”.

Por su parte, “la población adolescente y joven —entre 15 y 24 años— seguirá creciendo, aunque a un ritmo menor que la población total. El peso relativo de este grupo declinará en los próximos años hasta llegar a representar 13.6% de la población en 2050, lo que se traducirá en poco más de 20 millones 156 mil 504 ciudadanos”.

En tanto, “la población adulta —25 a 59 años— continuará en aumento como resultado de la inercia demográfica: actualmente suma 51 millones 900 mil personas y se estima que crecerá a 66.7 millones en 2050. En términos relativos, el peso de este grupo de edad alcanzará su punto máximo en 2027 (46.1%), con cerca de 62 millones 391 mil 727 ciudadanos”, establece Conapo.

Y este es el dilema: “Los adultos mayores mostrarán las tasas más elevadas de crecimiento y se espera que su tamaño casi se triplique entre 2013 y 2050. Para esta fecha se estima que un poco más de un quinto de la población (21.5%) tendrá 60 o más años de edad, lo que se estima en 31 millones 865 mil 62 personas de la tercera edad”, señala el organismo público.

Estos datos, que evidencian un cambio demográfico, dibujan escenarios que tendrán profundas repercusiones sociales, económicas y políticas.

“Primero, estas tendencias significarán un cambio en el equilibrio entre personas activas en relación con los niños y adultos dependientes (65 y más). En el futuro se espera un decrecimiento de los niños y un importante crecimiento de adultos mayores, que concluirá alrededor de 2030, cuando se alcance una relación de cinco personas dependientes por cada diez en edad activa”, puntualiza el informe.

A partir de este momento, agrega, “la relación de dependencia comenzará a aumentar debido al incremento de la proporción de adultos mayores”; para mitad del siglo la estimación es de 58.4 personas dependientes por cada 100 en edad activa.

Y segundo: “El envejecimiento es uno de los rasgos más prominentes del cambio demográfico actual. En 2013 la población de adultos mayores ascendía a poco más de 11 millones 300 mil personas y se estima que aumentará a 32 millones 400 mil en 2050; en términos relativos, el peso de los adultos mayores crecerá de 9.5 a 21.5 por ciento”.

Uno de los aspectos más desafiantes es la velocidad del fenómeno, porque “mientras que a países como Francia les tomó 115 años duplicar su población de adultos mayores de 7 a 14% de la población total, a México le tomará solo 30 años transitar del nivel actual de 9.5 a 21.5%”, concluye el informe.

Con todo, expertos consideran que al proyectar una población de 148 millones 209 mil 594 mexicanos para 2050 el reporte de la Conapo “peca de moderado” ya que otras proyecciones advierten que de hecho seremos el doble que ahora: hasta 250 millones de habitantes.

Futuro

Armando García de León, del Instituto de Geografía de la UNAM, por ejemplo, al hacer el balance demográfico de lo que le espera a nuestro país en el mediano y largo plazo dice que “para 2019 México desplazaría a Japón del décimo lugar en habitantes. De seguir creciendo como hasta ahora nuestro país alcanzará a Rusia en 2030, con alrededor de 137 millones de personas. Esto intensificará las carencias de grandes grupos de mexicanos”.

El incremento demográfico, alerta, “está lejos de dar muestras de detenerse. Cada año nacen cerca de millón y medio de nuevos mexicanos. En 2018 sumamos 125 millones y a este ritmo para 2050 habrá 250 millones” de mexicanos, puntualiza el experto.

Expone el fenómeno poblacional: “Lo que está pasando en México es que ya hay demasiada gente. Me atrevo a pensar que el crecimiento demográfico es un problema todavía mayor que el de la delincuencia, incluyendo a la delincuencia organizada; más bien es consecuencia de un alto número de personas, que no tienen y no ven un futuro claro”.

Y expresa: “Es impostergable detener el crecimiento poblacional, por más que crezca la economía en general nunca será suficiente. Cuando hay diez hijos, probablemente el señor o la señora tendrá que dejar de trabajar para cuidarlos y si no los cuidan van a perder el control: no van a ir a la escuela, se volverán adictos a alguna sustancia y otros tal vez incurran en la delincuencia”.

Lo más grave, agrega, “es la curva que presenta el crecimiento. Diversos especialistas se asombraron porque suponían que esta curva iba para abajo y hemos demostrado que no solo se mantiene sino que tiende a seguir creciendo”.

Ante el acelerado incremento poblacional del país el experto recomienda “la creación de un programa nacional de racionalización del crecimiento demográfico. Sería un primer paso para lograr un ordenamiento acorde con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los habitantes”.

Resalta que mientras Japón y Rusia han logrado detener su rápido crecimiento poblacional, México supera 1% anual por la ausencia de controles sustanciales. “El ritmo del aumento poblacional es diferente en las 32 entidades: ocho estados concentran 53% del incremento anual”, detalla.

Ofrece ejemplos. “Entidades como el Estado de México, Chiapas y Nuevo León presentan un alto número de residentes y un crecimiento poblacional elevado; en contraste Coahuila, Durango y Sinaloa combinan bajo número de habitantes y crecimiento demográfico moderado”, explica.

En términos geográficos, determina, “las regiones del centro del país concentran alrededor de 50% de la población nacional, mientras que en las del norte y sur-sudeste viven 27 y 23%, respectivamente”.

Otra problemática radica en la dispersión de los habitantes. “En 2010 se reportaron más de 182 mil localidades con menos de mil habitantes, situación que dificulta su acceso a servicios básicos y otros más sofisticados. Veracruz, Chiapas, Chihuahua, Jalisco y Oaxaca concentraron cerca de la mitad de esas pequeñas comunidades”, concluye.

Recomendaciones

Estos movimientos demográficos traerán como consecuencia un cambio determinante en los servicios públicos para este modelo cambiante en la población. Al respecto, los diagnósticos son variados sobre el futuro que afrontará México de continuar esta dinámica, pero también hay recomendaciones.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el informe México compacto, realizado por el Senado de la República, por ejemplo, exponen una serie de datos y encomiendas sobre lo que se espera en el país de cara al asunto de la natalidad desmedida.

Ambas instancias coinciden en que no se ha aprovechado el bono demográfico. “Visualicemos al bono demográfico como una concepción teórica que busca establecer una situación en la que se cuenta con una mayor proporción de población en edad de ahorrar, invertir, trabajar y producir, mientras que cada vez un menor número de personas requiere de inversiones en educación y salud. Si esta circunstancia se aprovecha de manera adecuada, será posible detonar un proceso de mayor acumulación de activos y mayor crecimiento económico. Es decir, se trata de cuando la Población Económicamente Activa es superior al número de niños y ancianos”, indica el documento Perspectivas OCDE: México, políticas clave para un desarrollo sostenible.

Recomienda “tener en cuenta que se tiene actualmente una oportunidad demográfica en el transcurso de la siguiente generación; es decir, un momento óptimo para invertir en sistemas formales de apoyo a la tercera edad. Esta oportunidad surge por la reducción en los índices de fecundidad, lo que significa que el número de adultos en edad de trabajar en los países en desarrollo continuará creciendo en las próximas décadas a un ritmo mayor que el número de niños y de personas mayores”.

Para contrarrestar el impacto del cambio demográfico “el Estado tendrá que invertir en sistemas que alienten y hagan posible que las personas mayores trabajen más años, ahorren más y dependan de los sistemas públicos de pensiones y atención médica para satisfacer totalmente sus necesidades”, establece el organismo internacional.

En materia de políticas públicas afirma que hay que facilitar el ahorro. “El Estado debe alentar un alto nivel de ahorro personal, manteniendo la inflación bajo control para garantizar el valor de lo ahorrado con el tiempo y establecer o ampliar los sistemas públicos de pensiones”.

El estudio México compacto —auspiciado por el Senado de la República, Fundación IDEA y SIMO Consulting— hace una serie de recomendaciones para la instauración de los servicios públicos con base en una población que crece constantemente y hoy tiene muchos contratiempos en la calidad de los mismos.

La movilidad es uno de los principales desafíos que enfrentan las ciudades mexicanas. “Muchas personas viajarán largas distancias todos los días para trasladarse al trabajo, a la escuela o a sitios de esparcimiento, lo que significará altos costos de transporte y de tiempo, así como serios impactos negativos para el ambiente. El consumo de energía per cápita incrementa al disminuir la densidad, mientras que las ciudades con densidades más elevadas dependen menos de automóviles y utilizan más transporte público en su lugar”, señala México compacto.

A fin de integrar las ventajas de la equidad social, las políticas de densificación deben proporcionar una variedad de opciones de vivienda para los diversos grupos de diferentes niveles de ingreso. “Como resultado se generará una integración de los diferentes segmentos de la sociedad, proporcionándoles las viviendas adecuadas. Al atraer a los residentes de bajos ingresos a barrios de ingresos mixtos, la densificación puede ayudar a integrar a los diversos segmentos de población para crear una sociedad más equitativa y cohesiva”, añade el documento.

Exhorta a los tres niveles de gobierno para establecer “políticas claras del espacio edificable para que este no disipe el espacio público ni sobrepase la infraestructura de servicios existente. La densificación se asocia con problemas como falta de infraestructura, hacinamiento, congestión vial, daños a la salud y falta de espacios públicos y verdes”.

Para establecer una economía sustentable, acota México compacto, “la iniciativa privada es un actor central en el desarrollo urbano. Al poseer los recursos de inversión juega un papel clave para una buena densificación. La iniciativa privada, además, opera como regulador y oferente en el mercado, por lo que se le debe tomar en cuenta en el diseño de políticas de densificación. El gobierno debe asociarse con el sector privado y considerar una buena implementación de desarrollo”, concluye.

De esta manera está claro que el control de la natalidad será un factor determinante para ajustar el progreso social y económico a la planeación del desarrollo del país como la forma más efectiva de organizar las actividades del Estado y sus gobernados.

Cuatro fechas oficiales de población en México

1950 Hombres: 13,395,744. Mujeres: 13,530,829. Total: 26,926,573.

2019 Hombres: 61,977,632. Mujeres: 64,600,059. Total: 126,577,691.

2030 Hombres: 67,496,667. Mujeres: 70,573,604. Total: 138,070,271.

2050 Hombres: 72,204,750. Mujeres: 76,004,844. Total: 148,209,594.

Fuente:Indicadores demográficos de la República Mexicana 1950-2050 (Conapo)

Dos fechas extraoficiales de población en México

2030 137 millones de personas.

2050 250 millones de personas.

Fuente: UNAM

Tasas de fecundidad entre adolescentes en la OCDE 2018

De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, México exhibe una de las tasas de fecundidad adolescente más altas entre sus países integrantes; en 2018 solo le superaba Colombia con 85 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años, mientras que México registró 74, Perú 68 y Chile 51, frente a un promedio de 24 nacimientos entre los países miembros de la OCDE.

Reloj de la población en México

Población actual: 133 millones 678 mil 254 personas.

Población masculina actual (49.3%): 65 millones 925 mil 824.

Población femenina actual (50.7%): 67 millones 752 mil 430.

Nacimientos este año: 603 mil 481.

Nacimientos de hoy (27 de marzo): cuatro mil 895.

Muertes de este año: 148 mil 915 personas.

Muertes de hoy (27 de marzo): mil 208 personas.

Migración neta de este año: -26 mil 592 personas.

Migración neta de hoy (27 de marzo): -216 personas.

Crecimiento poblacional de este año: 427 mil 974 personas.

Crecimiento poblacional de hoy (27 de marzo): tres mil 472 personas.

Fuente: Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU

Vida demográfica del mexicano 2019

Edad mediana: 38.46 años.

Emigrantes por estados: 988 mil 192 personas.

Esperanza de vida al nacimiento hombres: 76.67 años.

Esperanza de vida al nacimiento mujeres: 82.57 años.

Esperanza de vida al nacimiento total: 79.62 años.

Índice de envejecimiento*: 93.71.

Razón de dependencia adulta: 25.7% de la PEA.

Razón de dependencia infantil: 27.46% de la PEA.

Razón de dependencia total: 53.18% de la PEA.

Tasa global de fecundidad**: 1.72 hijos.

*Expresa la relación entre la cantidad de personas adultas mayores y la cantidad de niños y jóvenes. Cálculo: cociente entre personas de 65 años y más con respecto de las personas menores de 15 años, multiplicado por 100. Interpretación estadística: un valor de diez significa que hay diez adultos mayores (de 65 años y más) por cada 100 niños y jóvenes (menores de 15 años).

**Número promedio de hijos que tendría una mujer de una cohorte hipotética.

Fuente: Conapo

Prospectiva de vida del mexicano 2030

Edad mediana: 32 años.

Emigrantes por estados: un millón 279 mil 744 personas.

Esperanza de vida al nacimiento hombres: 73.79 años.

Esperanza de vida al nacimiento mujeres: 79.61 años.

Esperanza de vida al nacimiento total: 76.7 años.

Índice de envejecimiento: 45.87

Razón de dependencia adulta: 15.36% de la PEA.

Razón de dependencia infantil: 33.49% de la PEA.

Razón de dependencia total: 48.85% de la PEA.

Tasa global de fecundidad: 1.88 hijos.

Fuente: Conapo

Prospectiva de vida del mexicano 2050

Edad mediana: 28 años.

Emigrantes por estados: un millón 407 mil 108 personas.

Esperanza de vida al nacimiento hombres: 72.24 años.

Esperanza de vida al nacimiento mujeres: 77.98 años.

Esperanza de vida al nacimiento total: 75.1 años.

Índice de envejecimiento: 28.44.

Razón de dependencia adulta: 11.2% de la PEA.

Razón de dependencia infantil: 39.37% de la PEA.

Razón de dependencia total: 50.57% de la PEA.

Tasa global de fecundidad: 2.08 hijos

Fuente: Conapo