El espíritu olímpico en Río 2016 fue quebrantado por ocho asesinatos perpetrados por policías, así como por la represión de manifestaciones pacíficas en la ciudad, denunció Amnistía Internacional (AI).
El organismo de defensa de los derechos humanos indicó que la policía de la localidad dejó pasar la oportunidad de elevar su imagen durante los Juegos Olímpicos al no respetar de manera estricta los derechos humanos de sus ciudadanos.
El director ejecutivo de AI en Brasil, Atila Roque, asentó que las autoridades de Río incumplieron sus promesas de implementar políticas de seguridad pública que hicieran a la ciudad más segura para sus ciudadanos y para sus visitantes.
“La única manera de componer algunas de las muchas fallas que sucedieron durante los Juegos Olímpicos es garantizar que todos los asesinatos y otras violaciones de derechos humanos de parte de la policía serán efectivamente investigadas y que los responsables serán llevados ante la justicia”, dijo Roque.
Las personas que viven en favelas, o zonas marginadas de Río, denunciaron otras violaciones a sus derechos durante los Juegos Olímpicos, como invasión a sus hogares, amenazas directas y agresiones físicas y verbales de parte de la policía.
El organismo de derechos humanos indicó que las protestas tanto dentro como fuera de las arenas deportivas fueron “duramente reprimidas” por la policía, que empleó incluso gas lacrimógeno y granadas paralizantes.
Varias personas fueron detenidas durante las protestas y otras fueron removidas de los estadios por mostrar pancartas con mensajes de protesta, lo que constituye una violación a la libertad de expresión, externó AI.