Agenda común... con proyectos individuales
Está en duda la capacidad de negociación por parte de los partidos políticos para efectivizar los trabajos legislativos, por la estela de confrontaciones que han protagonizado en los últimos años.
Mucha suspicacia permea en el escenario político nacional: los principales partidos del país manejan un discurso de “unidad” para desarrollar una agenda legislativa común que destrabe temas prioritarios para el desarrollo de México, pero en los hechos demuestran que los intereses partidistas, particulares, de grupo y electorales continúan subordinando el avance del bien común, el cual queda sujeto a las prioridades de la clase política.
Al menos este es el sentir de diversos expertos consultados, quienes ven con recelo el planteamiento establecido por los partidos políticos en el Senado de la República para integrar un paquete parlamentario con temas manejados en unidad y que serán propuestos a sus homólogos en la Cámara de Diputados, donde los intereses de cada organismo de representación popular son “muy distintos”.
Los especialistas no descartan que comiencen las confrontaciones en vísperas de que arranque una nueva etapa electoral y, sobre todo, porque en esta agenda común se habla de “asuntos prioritarios” pero, a la hora de los contenidos sustanciales en materia de iniciativas, reformas y planteamientos de ley, PRI, PAN y PRD intentarán manejar sus respectivas “propuestas individuales”, como ya han manifestado algunos líderes de bancada en el Congreso de la Unión.
Y es que los temas que se muestran por sí solos sobre la complejidad con que los partidos políticos se han manejado en los últimos años: responsabilidad hacendaria; manejo de la deuda pública; fortalecimiento del combate a la corrupción; cambios a la Ley General de Educación; modificaciones al marco jurídico en materia de arraigo, testigos protegidos y fuero, lo mismo que reformas a la legislación en materia ambiental y de migración…
Pormenores
La Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado acordó por mayoría una agenda común legislativa para este periodo ordinario de sesiones, pero quedó claro que su listado no será limitante para que cada senador ejerza a plenitud su facultad de presentar una iniciativa propia.
El coordinador del partido del sol azteca en la cámara alta, Miguel Barbosa, destacó por ejemplo que el acuerdo político es que los temas sean comunes en cuanto a prioritarios, no así en cuanto a las propuestas.
Asimismo, la Jucopo senatorial se reunirá este martes 26 con su contraparte de la Cámara de Diputados para buscar homologar una agenda legislativa para el actual periodo ordinario de sesiones.
En este cónclave, los líderes de las bancadas buscarán consensar una agenda de temas, reformas y tiempos que se pretenden abordar y, en su caso, aprobar a más tardar el 30 de abril.
Es decir: a la par de la agenda común que se dio ya en el Senado, se pretende inicialmente configurar un grupo de trabajo para “congeniar” una agenda legislativa con la Cámara de Diputados, que se dará a conocer lo antes posible para iniciar los trabajos con metas conjuntas.
Se pretende, trascendió, establecer de siete a diez temas específicos para que se presenten como agenda conjunta del Poder Legislativo.
Mal inicio
Ulises Corona, profesor de la UNAM, perfila la situación: “Tengo un referente prioritario: la división que se dará entre el PRI y PAN-PRD por las elecciones en Veracruz, ya que les echaron abajo la alianza para ir de manera conjunta. Esto dañará la relación”.
Sobrela posición deestablecer una agenda legislativa común en cuanto a temas, pero no así en contenidos, el especialista establece que, “efectivamente, la virtud del acuerdo político siempre supone la distensión del conflicto. Para el caso de los partidos políticos, el acuerdo supone sentarse a la mesa a negociar y buscar un consenso que permita resolver pronto los conflictos. Pero cuando el conflicto es electoral, entonces la negociación debe llevarse a otros niveles; por ejemplo, acuerdos económicos y de posiciones”.
Corona prevé que habrá por ello una nueva confrontación entre los grandes acuerdos nacionales y los intereses de grupo: “Estoy viendo que hay un gran acuerdo nacional; pero cuando se requiere regionalizar los acuerdos, como el de las elecciones en Veracruz, se rompe todo. Ahí el acuerdo tiene que ver con otros elementos, por ejemplo la propia localidad y los intereses propios, muy particulares, de los partidos políticos. En este momento, si quieren la regionalización de la política va a ser muy difícil llegar a acuerdos. Espero que el acuerdo fundamental a nivel federal, nacional, se siga manteniendo; de lo contrario, ese acuerdo se romperá cada vez que existan diferencias coyunturales en materia político electoral”, destaca Corona.
Y remata: “Mira qué curioso: no será lo mismo en materia económica, pues en esta área me parece que hay una clara decisión del PRI para apoyar; por lo que la línea electoral viene a dar al traste con todos los acuerdos que se puedan o se deban construir a corto plazo”.
El también catedrático de la Universidad del Valle de México habla sobre la uniformidad de criterios en cuanto a los temas propuestos en esta agenda común: “Creo que no habrá analogía en los temas, que no va a haber grandes diferencias de esencia de la agenda nacional. Incluso me atrevo decir que no habrá diferencia porque cada uno de los partidos aprobó y avaló el Pacto por México. De entrada, veo un acuerdo en los temas fundamentales; salvo aquellos que les interesen en temas electorales, porque trastocan su bolso en cuanto a ingresos electorales, sobre todo posiciones políticas de sector… Ese será su seguro político de familia”, dice.
Y resalta: “Es grave que podamos tener un gran consenso nacional en temas de la agenda nacional, pero de nueva cuenta la línea electoral venga a subdividir este gran pacto”.
—¿Esta vez sí podemos creer que los partidos se alejan de la confrontación a que nos tienen acostumbrados?
—Fíjate que no. Sigo siendo escéptico para con los partidos políticos. No veo ni eficacia ni eficiencia ni congruencia en las decisiones de los partidos políticos en estos momentos. De hecho, no veo viabilidad en las dirigencias de los partidos políticos para concretar acuerdos. Veo mucho discurso, pero poco compromiso, poca responsabilidad de construir acuerdos. Y esto traerá como consecuencia una serie de declaraciones, de primeras planas, de desplegados… Pero no veo que exista de manera clara y concreta una viabilidad para conseguir acuerdos y proyectos que propicien el bien común.
Acuerdos “pequeños”
En el mismo tenor, el doctor Gustavo López Montiel, politólogo del Tecnológico de Monterrey, hace su interpretación de este escenario legislativo: “Es común en cada periodo. Surgen las preocupaciones de cada fracción parlamentaria y se reúnen los coordinadores para una agenda común, que sirve de guía pero no necesariamente sigue como tal la construcción de trabajo legislativo; porque mucho de eso depende de las coyunturas que se van contrayendo a lo largo de los procesos”.
Esta agenda legislativa en particular, dice, “lo que busca es de alguna manera abrir espacio: por un lado, para los temas del Pacto por México; pero, por otro, son preocupaciones de cada uno de los partidos. Si bien parece que están homogenizando criterios, al final de cuentas lo único que hacen es plantear los posibles temas que se van a discutir”.
López explica que hay una segunda vertiente para legislar en común. “No existe uniformidad de criterios. Lo que hay son acuerdos sobre el tema, pero no necesariamente sobre lo que implica ese tema en términos de contenido. Lo podemos ver en dos dimensiones: una, la que tienen que ver con reformas constitucionales; es más fácil sacar una reforma constitucional porque se refiere a cosas generales. Y dos, es más difícil construir un tema en especifico para construir la ley como tal. En este último caso tendrán mayor problema, porque se están discutiendo temas que tienen que ver con grupos de poder que a veces trascienden a los propios partidos o que no están en el contexto de los propios partidos”, aclara.
El especialista afirma que estos temas están influidos por lo que ocurre no solamente en el contexto electoral, sino en el tenor de otras negociaciones: “Lo electoral es importante. Esta ventana que se había abierto para poder transitar hacia la discusión de temas y generar acuerdos, se comienza a mermar en la medida en que el tema electoral se va agudizando en algunos estados; lo vamos a ver en muchas entidades”.
—¿Lograrán los partidos separar lo electoral de lo legislativo?
—Es un problema de diseño. El sistema electoral que tenemos hace que haya una división de grupos y que todos tengan poder: lo que tenemos es un mecanismo que crea muchos grupos con poder dentro del PRI, PAN y PRD, que tienen capacidad de veto mutuo; por lo tanto, los acuerdos son muy pequeños.
Sin duda, este acuerdo legislativo es bienvenido para el desarrollo del país, coinciden los entrevistados… el problema es cuando los partidos políticos comienzan a manejarse a “capricho”, según lo que genere un mejor beneficio electoral para determinado grupo.
Los expertos son conscientes de que las buenas intenciones de los institutos de representación popular deben pasar al terreno de las acciones: es mucho el discurso y poca la efectividad legislativa.
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