Alrededor de 7,000 ciudadanos brasileños se manifiestan en las calles Niteroi en contra de las políticas gubernamentales de la presidenta Rousseff. Otras manifestaciones también se llevaron a cabo en Brasilia, Belo Horizonte y Río Branco.
Los manifestantes son principalmente jóvenes que se muestran inconformes con la realidad social de su país. Seguridad básica, vialidades de calidad, transporte público digno, educación y salud pública son algunas de las cosas que exigen los manifestantes.
“Despierta Brasil, un profesor es más valioso que Neymar”, es uno de los cantos que se oyen en las calles brasileñas. Muchos jóvenes indignados de clase media se muestran molestos por la inversión que se hace en estadios y aeropuertos para la Copa Confederaciones y el Mundial. Consideran que más utilidad tendría ese dinero en educación, seguridad y salud que en futbol.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff ha tratado de mitigar los efectos de las manifestaciones apoyando el derecho de los ciudadanos brasileños a manifestarse, pero mientras las marchas cobran fuerza, la mandataria se ve obligada a actuar con prontitud.
Los manifestantes argumentan que el problema en Brasil no es la falta de dinero, sino la forma en que este se gasta. Líderes del movimiento exigen cambios en las políticas gubernamentales y más compromiso social por parte de los gobernantes.