Organizaciones civiles enfocadas en la protección de los derechos humanos presentaron este miércoles ante la ONU sus preocupaciones por el desarrollo de “armas robóticas autónomas”.
La “Campaña para detener a los robots asesinos” busca que los países que asistan a la reunión anual de la Convención de Armas Convencionales firmen un tratado que prohíba la creación de sistemas autónomos con el potencial de matar.
Este tipo de armas aún no existen, pero Human Rights Watch manifiesta que la tecnología se está moviendo en dirección a su desarrollo y ya existen precursores en funcionamiento.
Estos son los argumentos de HRW y otras organizaciones para que no se desarrollen “robots asesinos":
- Las armas completamente autónomas no tendrían la habilidad de sentir o interpretar la diferencia entre soldados y civiles, especialmente en los ambientes contemporáneos de combate.
- No tendrían las cualidades humanas necesarias para identificar las intenciones de un individuo, una habilidad clave para distinguir blancos de ataque.
- No serían capaces de efectuar un ataque proporcionado, pues es una de las reglas de guerra más complejas que existen en las leyes humanitarias internacionales. La “proporcionalidad” es un concepto que prohíbe los ataques si el daño civil esperado supera la ventaja militar anticipada como consecuencia de ese ataque.
- No podrían determinar la necesidad militar, pues se requiere un análisis subjetivo de la situación para planear acciones que tomen en cuenta los requerimientos prácticos de una situación de guerra en determinado momento para lograr un objetivo. Es decir, un arma de combate autónoma no sería capaz de distinguir si un intruso al que se le disparó una vez fue noqueado por el impacto, está fingiendo una herida, está ligeramente lesionado y puede ser detenido con una acción rápida o si está severamente herido y no representa ya una amenaza.
- No serían capaces de seguir la Cláusula de Martens, la cual establece reglas más allá de los tratados internacionales, señalando que las acciones de guerra deben ser evaluadas de acuerdo a “principios básicos de humanidad” y “dictados de conciencia pública”.
- La carencia de emociones humanas podría resultar en una ventaja, al hacerlas inmunes a factores emocionales, como el miedo y la ira. Además, sin instinto de supervivencia podrían sacrificarse para cumplir determinadas misiones. El reporte destaca, sin embargo, que las emociones humanas son uno de los principales factores que evitan la muerte de civiles.
- El desarrollo de armas autónomas que combatan en lugar de personas ocasionaría una perdida de humanidad y provocaría que la decisión de ir a la guerra sea algo fácil de tomar, por lo que los límites del conflicto armado se extenderían del campo de batalla a las zonas civiles.