La Universidad de California en Berkeley y la cadena CNN divulgaron este martes que las clínicas de rehabilitación en California cobran cientos de millones de dólares para atender a pacientes que al parecer están sanos.
En los últimos 2 años, esos centros han cobrado al estado de California y al gobierno federal más de 285 millones de dólares y sólo han dado de alta a 2 presuntos pacientes, que se duda fueran adictos.
Durante un año, el Centro de Reportes Investigativos de la Escuela de Periodismo de Berkeley y CNN indagaron procedimientos de fraude de esos centros.
En uno de los casos, la joven Victoria Byers, quien carece de adicciones, pero vive en un hogar adoptivo que también administran los centros de rehabilitación, informó que tiene que presentarse a presunta terapia varias veces al mes.
El centro paga a la joven, de 22 años, 5 dólares por cada asistencia, pero cobra hasta cerca de 200 dólares por cada presunta sesión psicológica y miles de dólares en supuesta atención médica física.
La indagación advirtió que los centros “diagnostican adicciones a personas sanas, llenan sus instalaciones con personas con trastornos mentales incapaces de entender las sesiones, y reclutan a indigentes como presuntos pacientes a cambio de dinero en efectivo, cigarrillos y bocadillos”.