El candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, se dijo liberado de las ataduras que, asegura, le fueron impuestas por el Partido Republicano, y aseguró que hará campaña hacia la presidencia a su manera.
Un día después que el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, se desmarcó de Trump indicando que no defenderá al abanderado presidencial de su partido ni tampoco hará campaña a su favor, el millonario renovó sus críticas en contra del legislador, además de acusarlo de deslealtad.
El comentario pareció aludir la decisión de Ryan para concentrar los esfuerzos de su oficina en hacer campaña a favor de republicanos de la Cámara de Representantes que enfrentan elecciones cerradas y de cuyo triunfo depende que su partido mantenga el control de la cámara baja.
Los republicanos mantienen la mayoría de la cámara baja con 246 escaños de un total de 434; en tanto que en el Senado controlan 54 curules contra 44 demócratas, más dos independientes que hacen causa con los segundos.
Trump también dirigió parte de sus críticas contra el senador republicano por Arizona, John McCain, quien le retiró su apoyo tras difundirse una grabación del 2005 en la que se escucha al empresario hablando sobre mujeres con un lenguaje soez.
A pesar de Ryan, así como de otros legisladores han optado por darle la espalda, Trump se mostró desafiante y desestimó la necesidad de contar con su respaldo para ganar la jornada electoral del 8 de noviembre próximo.
“Los desleales republicanos son más difíciles que la “torcida” Hillary Clinton. Se vienen en contra tuya desde todos los lados. Ellos no saben como ganar. ¡Yo les voy a enseñar!”, sentenció.