Renovación total del PRI: César Camacho Quiroz
En entrevista el presidente del CEN habla de todo: asamblea, resolutivos, documentos básicos, fiscalización, candidaturas externas, Pacto por México… y el cumpleaños número 84 de su partido político.
Acompañando el desarrollo institucional, económico, social y democrático de la era moderna de México, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), luego de doce años alejado de la administración pública federal y con 84 años de vida, llega a una etapa de “autocrítica” y “renovación”, consciente de que aquella génesis sustentada en el “nacionalismo revolucionario” ahora implica, para moverse estructuralmente en el ejercicio de gobierno y los procesos electorales, nuevos estándares que lo catapulten como un organismo de representación popular acorde con los nuevos tiempos en que se desarrolla la sociedad mexicana.
Esa es la observación logística, política y estratégica que describe el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, César Camacho Quiroz, en entrevista exclusiva, en la que se tocan todos los temas que hoy configuran el momento histórico en que todos los sectores buscan acuerdos que consoliden al país como una potencia emergente.
Y es que luego de concluidos los resolutivos de su XXI Asamblea Nacional Ordinaria, la definición del partido al interior y frente a la sociedad es otra.
Esta es la conversación con el líder nacional priista, explicando cada uno de los acuerdos y metas que afrontará el partido en el corto y largo plazo.
Asamblea Nacional
Luego de los resolutivos de su cónclave, que modificaron áreas como la declaración de principios, el programa de acción, estatutos y estrategias, Camacho Quiroz evalúa lo que renueva el PRI hacia adentro de su estructura: “El reto para un partido que está cumpliendo 84 años de vida es no vivir de glorias idas, sino tener un planteamiento de presente y de futuro suficientemente atractivo para que no sólo llame la atención de quienes militan aquí, sino que también permita que mucha gente venga y se sume a nuestro esfuerzo”.
Ante ello, agrega, “parte de eso tiene que ver con que primero no sólo sean postulados candidatos del partido quienes tienen una credencial de antigua filiación, sino que además gente de la comunidad, que goza de prestigio, que es conocedora y conocida, que comparte los postulados del PRI, que podría ser un buen gobernante, puede ser postulado por nosotros. Hasta antes de la asamblea esto era estatutariamente imposible y provocaba una especie de endogamia, donde sólo nos recreamos los mismos de siempre. Esto no debe distanciarnos de la oportunidad de que gente que forma parte de la sociedad civil sea considerada para ser nuestra candidata”, advierte.
Y respecto de otro cambio relacionado con la modificación de sus estatutos, señala que “se da la incorporación plena, en nuestros documentos básicos, del principio de la rendición de cuentas y la transparencia. Estos son valores democráticos. Vamos a abrir de par en par documentos que antes parecían reservados. Creo que manda una buena señal a los ciudadanos y a los militantes: los recursos que manejan los partidos provienen del dinero de la gente, que se preguntaría con mucha razón qué hacen con ese dinero. Por eso estamos creando una unidad de transparencia que no sólo cumpla con lo que la ley nos obliga, sino que refleje una convicción ética del PRI”.
En materia de sanciones, explica: “De la mano con esto, algo que es polémico y puede constituir un verdadero cambio radical del PRI, los priistas y la sociedad, es que cuando alguien fue postulado por el partido, se convierte en autoridad y no hace bien las cosas, el primero que paga las consecuencias de esos desaciertos o errores, de esa desviación, es el PRI. Por eso ahora el Consejo Político Nacional (CPN) puede llamar a cuentas a esos priistas convertidos en autoridades y pedirles que enmienden la actitud, que corrijan el camino. Porque el PRI tiene la autoridad suficiente para pedírselos; casi diría, para deslindarse”.
César Camacho destaca que también se logrará un partido más ágil en cuanto a toma de decisiones, ya que después de la Asamblea Nacional el CPN es el máximo órgano de deliberación y, luego de tener más de mil 200 integrantes, ahora contará con casi 700, pero no habrá sector ni organización ni expresión territorial, municipal, estatal o de las delegaciones políticas del DF que no tenga representante.
Agrega que esa comisión política permanente será un órgano de deliberación más pequeño, pero políticamente muy robusto, donde estarán los gobernadores priistas, los presidentes de los comités estatales del PRI, los líderes de las bancadas priistas del Congreso, un representante de los diputados locales y otros de los presidentes municipales, los siete sectores y organizaciones y tres miembros del comité nacional: la secretaria general, el secretario técnico del consejo y el presidente del PRI, además del presidente de la República, “un militante distinguido, importante, pero al fin y al cabo un militante, que estoy seguro estará dispuesto a dialogar y tomar determinaciones en forma colectiva”.
Hacia afuera
De la innovación del PRI para hacer política frente a la sociedad, Camacho Quiroz destaca: “Vamos con un nuevo rostro y un partido en constante transformación, que se quiere poner al día, que quiere tener los sentidos bien abiertos para escuchar a la sociedad: ¿qué quiere?, ¿por dónde desea transitar?, ¿hacia dónde quiere moverse? Estamos seguros de que hoy hay un sinnúmero de pendientes, sobre todo de carácter social”.
Por ello, señala, “necesitamos implementar una nueva legislación en materia de telecomunicaciones. Creemos que deben prestarse servicios en condiciones de nueva calidad y menor precio para los usuarios. Por esos vamos a fondo en la materia, permitiendo mayor competencia: queremos más gente que preste estos servicios. Vamos a ir contra las prácticas monopólicas; esto lo exigen los mexicanos, porque donde hay monopolio no hay competencia: se reduce la calidad de los servicios y tenemos que aguantarnos con los precios que nos cobren. Eso no puede ser”.
Toca otro tema social: “México tiene desde hace años en el tapete de la discusión el tema energético. La nuestra ha sido una política conservadora, a la baja. Esto le ha impedido a Pemex desarrollar todo su potencial. Ahora queremos convertirla en esto que se llama en el mundo económico una empresa de clase mundial. Que tenga procesos dinámicos, una administración eficiente y eficaz. La intención es que en algunas fases del proceso productivo de Pemex haya capital privado, sometido a las reglas que el gobierno federal fije. Capital privado que esté siempre bajo el escrutinio de las autoridades; y las autoridades bajo el escrutinio de los mexicanos”.
Tomando en consideración que durante dos sexenios hubo “candados” al interior del PRI para deliberar sobre gravar al IVA en alimentos y medicinas, César Camacho ofrece una explicación contextual: “Nosotros tuvimos una posición de este tipo porque en su momento el entonces presidente Vicente Fox proponía una reforma hacendaria que le llamó redistributiva. Pero los legisladores de entonces nunca tuvimos cifras que nos dijeran cómo ocurrirían las cosas. Era más bien un discurso, más que un planteamiento completo. Por eso mantuvimos una actitud reservada y dijimos en su momento que no era viable”.
Y agrega: “No queremos una reforma de esta naturaleza; nos pronunciamos por una reforma hacendaria completa, no en pedazos. Una reforma que considere de manera integral los ingresos con los cuales el gobierno debe sufragar las ramas sociales. ¿Cómo vamos a controlar el endeudamiento público? Endeudamiento que por falta de normas eficaces ha permitido que muchos estados y municipios lleguen hoy a una situación muy peligrosa. ¡Un gobierno no puede estar en la virtual quiebra técnica!”
—¿Será una reforma a su modo?
—Me importa esto mucho, porque algunos dicen que el PRI quiere imponer tal o cual cosa. No sólo no queremos, sino que no podemos: muchos de esos cambios van a requerir modificaciones a la Constitución, y para cambiar la Carta Magna se necesitan dos terceras partes de los diputados y senadores; nosotros no tenemos ni siquiera la mayoría simple: no llegamos ni a la mitad. Estamos lejos de las dos terceras partes. Por eso estamos seguros de que sólo prosperarían propuestas de este tipo si somos capaces de convencer a otros partidos políticos. De modo que la reforma hacendaria integral no sea un mérito del PRI, que sea mérito de todos los partidos que supieron construir una propuesta mancomunada. Seguramente, cuando se quieran adherir, traerán consigo su propuesta. ¡Pues vamos juntándolas! Y vamos encontrando una que nos guste a todos, porque todos la habremos construido.
De los resolutivos sobre las candidaturas externas, menciona: “Lo que estamos viendo es un partido en renovación y transformación. Que nos recuerda con nostalgia lo que hizo en otro tiempo; si lo hizo, qué bueno; y también asumir responsabilidades cuando las cosas no se hicieron bien. Lo que queremos es ver qué vamos a hacer de aquí para adelante. Y lo que queremos hacer tiene que ver con modernidad, apertura, diálogo, construcción de consensos... Es un partido que no quiere ensimismarse. Un partido que desea abrirse a esas candidaturas externas revela un PRI que tiende un puente a la sociedad y a los liderazgos emergentes. Habla, en síntesis, de apertura, de no estar anclados al pasado. Si lo dejamos seguir así, se va a convertir en un lastre, en algo que no nos deje despegar. Queremos despegar a la mayor velocidad y llegar muy lejos, junto con mucha gente”.
—¿Qué deben dejarle al PRI y a la sociedad las determinaciones que alcanzó esta XXI Asamblea Nacional?
—Nos dejan la convicción de que podemos transformarnos. De que un partido como el nuestro no es estático, no se ubica en un punto, dogmatiza con esas posiciones y manifiesta cerrazón. Un partido que evidencia y explica porqué se resolvieron de determinado modo las cosas hace doce, 15 o 18 años, pero que sabiendo porqué ocurrieron así las cosas ubica muy bien qué quieren los mexicanos en 2013 y para adelante. Algo más: queremos tener con el gobierno una relación franca, sin simulaciones; un presidente de la República que ha manifestado su priismo con orgullo, nos llama a ser un partido que lo apoye en frecuente, franca y edificante posición. Que construyamos juntos. Hay fronteras que dividen al partido del gobierno; lo que queremos hacer es que, no siendo los mismos, sí estemos muy cerca y el PRI apoye proactivamente los proyectos de Enrique Peña Nieto. Por eso es que el PRI le debe interesar a la sociedad, no sólo a los priistas. Queremos ir con nuestra capacidad para plantear y sugerir. Queremos secundar las propuestas de Enrique Peña Nieto.
Acuerdos
Considerando que hay elecciones el próximo 7 de julio, que existe una agenda común en el Congreso de la Unión y que de por medio concurre un ambicioso proyecto nacional denominado Pacto por México, signado por el Poder Ejecutivo y las principales fuerzas políticas del país, ¿cómo conjugar estas líneas para no mermar el desarrollo nacional?
El presidente del Revolucionario Institucional responde: “Nosotros, como partido, queremos ganar todas las elecciones. Pero demócratas como somos, estamos atenidos a los resultados en las urnas. Vamos a esforzarnos por merecer la confianza convertida en votos. Ojalá lo logremos en la inmensa mayoría de las alcaldías, de las diputaciones locales y de la gubernatura de Baja California. Vamos a trabajar para ganar. Pero, con todo y lo importante que son las elecciones, no dejan de ser una coyuntura. El 7 de julio va a llegar y los electores van a decidir; y todos los partidos lo que tenemos que hacer es someternos a lo que digan los ciudadanos en esos 14 estados”, establece.
Entonces, añade, “eso obliga a ser muy profesionales, a no condicionar las posiciones en las cámaras o amenazar la permanencia en el pacto: no condicionar todo eso al resultado electoral. Digamos que lo electoral corre por cuerdas separadas; lo electoral camina solo; y vamos a decirnos cosas, digamos, dentro de lo razonable y con respeto a la dignidad de las personas. No tengo duda. Es más: ya lo empezaron a hacer partidos distintos al nuestro; hacen señalamientos; proponen cosas. Nosotros vamos a hacer lo propio, vamos a decir también qué opinamos, vamos a esforzarnos, a tener buenos candidatos, gente con perfil ganador, gente con prestigio. Y eso no va a obstaculizar nuestra participación en el pacto y en las cámaras”, determina.
Y sobre el tema en particular, agrega Camacho Quiroz: “La diferencia del pacto con los procesos electorales es que el pacto es en el bien de México y de larga duración. Porque las decisiones que se están fraguando son de calado. Ahora mismo estamos en la recta final del tema de telecomunicaciones. Son buenas para los mexicanos y la ganancia política es tan amplia que vamos a tener todos una parte de ella. Hablo de todos los partidos políticos y del gobierno de la República. Y nadie podrá decir: ‘¡Lo hice yo!’ Todos tendremos que decir: ‘Lo hicimos entre todos’. Yo hago votos porque el pacto se mantenga y confío en el compromiso de los dirigentes de los partidos, que son generosos y, diría sin exagerar, patriotas. Han decidido ir al pacto y quedarse. Que nada de estos vientos fuertes nos haga cambiar de rumbo. El PRI allí se va a mantener propositivo, listo para escuchar; eventualmente para transigir; pero siempre para proponer”.
—El PRI es un partido emanado del nacionalismo revolucionario, que más tarde se acerca a uno de corte neoliberal, ¿qué mueve al PRI, ideológicamente, para acompañar al gobierno de Peña Nieto en este momento, en el contexto nacional e internacional en que nos hallamos?
—El PRI está rescatando tres valores de la política y la vida social de tres siglos, desde que México es un país como tal. En el XIX, quizás el valor más importante que se promovió fue el de la libertad, producto de la Independencia; en el XX lo fueron los compromisos, la justicia y las reivindicaciones sociales; y en el siglo XXI, diríamos, la democracia depurada. No esa democracia que se acaba en las elecciones, sino una democracia, como dice la Constitución, que es un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, material y cultural del pueblo. Nos asumimos como liberales de compromiso social y profundamente democráticos. Dicen nuestros documentos que estamos inscritos en la corriente de la socialdemocracia, porque el partido, como las personas, evoluciona. En el inicio, incluso, fue nuestro primer nombre Partido Nacional Revolucionario, pues postulamos ese nacionalismo revolucionario evaluando que se trataba de consolidar hacia adentro; pero no podemos ser nacionalista a ultranza en el tiempo de la globalización.
Por ello, sentencia César Camacho, “debemos entrar en relaciones francas, pero nunca dejarnos avasallar o sorprender por otros, y tenemos que velar por los mexicanos. En este país de desigualdades necesitamos seguir trabajando por las reivindicaciones de la gente que tiene menos. Hablo del compromiso de la justicia social. Pero hoy la democracia se ha sofisticado, tiene que ver con derechos humanos de última generación y tiene que ver con algo que Enrique Peña ha puesto en el centro de su gestión y ahí quiero profundizar: la presidencia democrática”.
—¿Este será el contexto en que apoyarán a la administración federal?
—Somos un sistema de corte presidencial, pero es una presidencia sujeta a la ley, sometida a los equilibrios y a los frenos de otros poderes. Enrique Peña, además de ser abogado, es un político que conoce y acata los límites de la ley, pero sabe que dentro de la ley tiene márgenes para actuar con firmeza cuando están en riesgo y en juego los intereses nacionales. Ayer (domingo 3) fue una gran oportunidad para reiterarle nuestro respeto a su investidura, a la condición ética de su gobierno. Pero nuestro respaldo es para su quehacer, eficaz por los resultados; a su actitud, hecha pactos; y a la firmeza de sus decisiones, cuando ha habido necesidad de hacerlo sin que a nadie, menos al presidente, le vengan dudas o manos temblorosas. Vamos a actuar con firmeza, en el marco de la ley.
—Hoy el partido cumple años. En una primera etapa estuvieron 70 años en el poder, periodo que en 1990 el escritor peruano Mario Vargas Llosa calificó como la dictadura perfecta. Hoy, con todos los cambios democráticos en el país, una sociedad más exigente y politizada, donde ya hubo un gobierno de alternancia administrativa, ¿qué enterraron?; ¿qué desterraron?; ¿qué es el PRI en estos momentos, con 84 años de vida?
—Es un partido con conceptos y visiones jóvenes, modernas, que tiene una gran riqueza en sus 84 años, porque la convierte en experiencia. Pero estos doce años nos hicieron aprender mucho más y madurar otro tanto. Doce años que por momentos fueron una especie de tránsito por el desierto, de dificultades, de retos que fuimos superando poco a poco, nos enseñaron a procesar las cosas, las decisiones políticas de manera distinta: hoy somos más horizontales en el análisis de la toma de decisiones; hay más actores en la escena política; y es un partido en transformación. No es un partido ya transformado, ni que ofrece que se transformará: el gerundio es un tiempo verbal que gusta mucho porque entraña movimiento. El PRI se está transformando ahora mismo, se va a innovar en la medida en que vaya logrando objetivos… no se va a detener.
“¿Qué tenemos frente a nosotros?”, se pregunta César Camacho, para responder: “Un PRI de franca competencia, que se desarrolla en un ambiente diferente, con un marco de referencia distinto: un nuevo país, una sociedad distinta… un nuevo mundo. El PRI se atiene a las nuevas condiciones de la competencia electoral y sabe que le va a costar cada vez más trabajo ganar votos y tener confianza ciudadana. Pero está dispuesto a hacer el esfuerzo, a lograr con propuestas realistas. El PRI convertido en gobierno está dispuesto a lograrlo dando buenos resultados, mostrando que cuando se es depositario de confianza se debe ser eficaz en el ejercicio de gobierno. Eso es justamente lo que está haciendo Enrique Peña”, concluye.
Los acuerdos
El pleno de la XXI Asamblea Nacional Ordinaria del PRI aprobó diversos dictámenes resolutivos en las cuatro mesas nacionales temáticas en las que, después de 50 días de intensos trabajos deliberativos, se reformaron estatutos, programa de acción, declaración de principios, y se aprobó el documento de estrategias y programas que se integra a los documentos básicos que rigen la vida interna del partido. Mariano Palacios Alcocer dirigió los trabajos en la mesa nacional temática de Estatutos; explicó que se modificaron o adicionaron 43 artículos en los que se proponen nuevas definiciones y la clarificación de los ámbitos de competencia de las organizaciones del partido. José Antonio González Fernández, presidente de la mesa nacional temática Programa de Acción, refirió que los puntos sobresalientes fueron los relativos a la reforma hacendaria integral y la apertura y modernización de Pemex. En estos temas, indicó, el PRI actuó con la responsabilidad a la que obligan los tiempos que corren. La senadora Cristina Díaz Salazar resaltó, a su vez, que en la mesa de Programas y Estrategias la militancia votó a favor de actualizar al partido para estar mejor preparado en la lucha por la transformación de México. Y Humberto Roque Villanueva, quien tuvo a su cargo los trabajos de la mesa correspondiente a la Declaración de Principios, dijo que estos están perfectamente preservados, junto con una rectoría del Estado que busca impulsar un crecimiento económico que llegue absolutamente a todas las bases sociales.
Desafíos
Durante la XXI Asamblea Nacional Ordinaria priista, el presidente Enrique Peña Nieto dijo: “Nuestro partido impulsó la democracia y en democracia el PRI volvió a triunfar”. Agregó el mandatario que “así llegamos a esta asamblea, en la que el PRI se renueva para encabezar las transformaciones que México necesita. Lo hace en medio de una simbólica coincidencia: en su XXI Asamblea, los priistas nos comprometemos a hacerle frente a los grandes desafíos del siglo XXI”. Peña Nieto mencionó que “esta asamblea trasciende la simple formalidad estatutaria: representa una frontera entre el ayer y lo que hace el PRI de hoy para construir un México con un futuro mejor”. Viniendo del triunfo electoral, añadió, “el PRI, sin caer en la autocomplacencia, ha optado por examinarse y redefinir su posición ante las nuevas circunstancias del país”. Y concluyó: “Con ideas, con argumentos y con intensos debates, el PRI ha logrado poner al día sus documentos básicos. Nuestro partido se moderniza para ser más competitivo y ganar la confianza ciudadana. Y lo más importante: nuestro partido se transforma para representar y servir mejor a todas y todos los mexicanos”.
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