Las personas con esquizofrenia perciben la realidad de forma diferente, sufren alucinaciones que pueden ser aterradoras, escuchan voces internas o creen que otras personas leen sus mentes, controlan sus pensamientos o conspiran para hacerles daño.
Se trata de un trastorno neurológico derivado de la actividad aumentada del neurotransmisor conocido como dopamina, condición que afecta a por lo menos un millón de personas en México, según datos de la Secretaría de Salud (SSA).
La esquizofrenia está entre las enfermedades mentales más incapacitantes. Se estima que más de 60% de los pacientes no es diagnosticado adecuadamente y por lo tanto no recibe un tratamiento efectivo. De hecho hay estudios que revelan que a los dos años de terapia 80% de los esquizofrénicos abandona el tratamiento.
En promedio los hombres empiezan a padecerla entre los 15 y 25 años y las mujeres entre los 25 y los 35.
Para el siquiatra Rafael Medina Dávalos, miembro de la Asociación Siquiátrica Mexicana AC, la esquizofrenia es un padecimiento que estigmatiza a los pacientes, los aísla y discrimina: “Existe una percepción equivoca de estos pacientes; por lo regular la población piensa que son violentos y agresivos, cuando en realidad son todo lo contrario: se aíslan, son retraídos, pierden el interés por las actividades que anteriormente solían gustarles…”

Estigmatización
Para prevenir la discriminación y estigmatización de estos pacientes es importante conocer más del padecimiento, señala Medina Dávalos, y agrega que las personas con esquizofrenia pueden sentirse asustadas, ansiosas y confusas, viviendo aterradas y recluidas.
Su forma de hablar y de comportarse puede llegar a ser tan desorganizada que resulta incomprensible.
En ocasiones pueden parecer distantes, indiferentes o preocupadas e incluso pueden permanecer sentadas rígidamente, sin moverse durante horas y sin emitir un solo sonido. En otros momentos pueden moverse constantemente, siempre ocupadas, con aspecto despabilado, vigilante y alerta.
¿Qué lo ocasiona?
El origen de este trastorno es multifactorial y entre los principales responsables se encuentra la carga genética, problemas durante el embarazo (como infecciones virales o edad avanzada de la gestante), así como el consumo de estupefacientes antes de los 21 años.
Por lo regular el diagnóstico se realiza cuando el paciente es llevado por los familiares a los servicios hospitalarios al presentar los síntomas característicos:
- Ideas delirantes.
- Alucinaciones.
- Alteración en lenguaje y comportamiento.
- Eventualmente inmovilidad.
“El tratamiento de estos pacientes se enfoca en bloquear los receptores de la dopamina, con resultados muy favorables para el paciente, quien puede estar hospitalizado de dos a cuatro semanas, ser dado de alta y continuar su vida habitual, aunque deberá recibir medicamento el resto de su vida”, refiere Rafael Medina.
En la actualidad uno de los medicamentos con mayor aprobación entre la comunidad médica es la Risperidona, que se utiliza para tratar los síntomas de esquizofrenia en adultos y adolescentes de 13 años en adelante.
Los médicos también la prescriben para tratar episodios de manía (estado de ánimo eufórico, anormalmente entusiasta o irritado) o episodios mixtos (síntomas de manía y depresión que se presentan juntos) en adultos, adolescentes y niños a partir de los diez años con trastorno bipolar. El fármaco actúa al modificar la actividad de ciertas sustancias naturales en el cerebro.