Las personas con heridas crónicas o lesiones que tardan en sanar más de ocho semanas, derivadas de pie diabético, úlceras por insuficiencia venosa crónica, hipertensión arterial, enfermedades autoinmunes como lupus, úlceras por presión y quienes tienen una herida por cirugía reciente que no cicatriza, ahora cuentan con una alternativa médica para sanar sus lesiones y prevenir la amputación del miembro afectado.
Se trata de un dispositivo que contiene hemoglobina purificada que transporta oxígeno a la úlcera y esta logra sanar en forma rápida y efectiva.
“Al aplicarse la hemoglobina en aerosol en la zona afectada, con limpieza previa, el periodo de cicatrización se reduce. Es importante resaltar que para que este tratamiento sea exitoso se debe controlar la enfermedad base, de la cual se derivó la herida, por ejemplo la diabetes mellitus”, explica Otilia Cruz Castañeda, del consejo consultivo de la Asociación Mexicana para el Cuidado Integral y Cicatrización de Heridas AC (AMCICHAC).
La también jefa de la Clínica de Ostomías y Heridas del Instituto de Seguridad de Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) expone que las heridas crónicas constituyen un problema de salud pública, además de que generan dolor, incapacidad, disminuyen la calidad de vida del paciente e incluso pueden provocarle la muerte, y afectan la economía familiar y gubernamental.
En México se estima que hay 6 millones 400 mil personas con diabetes mellitus, de las que solo 5.3% está en buen control. Se calcula que cada año se realizan 128 mil amputaciones a consecuencia de úlceras por pie diabético, de las cuales 85% pudieron prevenirse.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que del total de amputaciones de las extremidades inferiores en el mundo, entre 40 y 85% se relacionan con diabetes mellitus, en especial con pie diabético.
De acuerdo con una proyección de 1980-2011 la prevalencia de diabetes mellitus se incrementó en 219% en la población mexicana y esto está acompañado de úlceras que no cicatrizan fácilmente, comparte Cruz Castañeda, quien añade que en el Hospital de Zaragoza del ISSSTE donde labora 90% de los pacientes que llega con riesgo de amputación sale con la pierna íntegra cuando se le aplica la terapia avanzada, la cual se utiliza en Alemania desde 2012, aunado por supuesto a un control su enfermedad de origen.
La especialista menciona que según un estudio realizado por la Comisión Permanente de Enfermería de la Secretaría de Salud la demanda del cuidado de heridas se orienta hacia la atención de aquellas catalogadas como crónicas en 64.3% y agudas en 35.7%.
Las úlceras crónicas ocasionadas por pie diabético ocupan 72% de los casos; le siguen con 13% las heridas por dehiscencia (apertura espontánea de una zona suturada); las úlceras por presión representan 7%, mientras que las heridas venosas y arteriales corresponden a 6 y 2%, respectivamente.
Detalla la especialista que con el tratamiento convencional, que consiste en lavar con agua y jabón dos veces al día la zona afectada, la curación de la herida puede llevar varios meses; sin embargo, con terapias que utilizan oxígeno el tiempo se reduce a la mitad.
De igual forma, los costos disminuyen, ya que de acuerdo con un estudio la terapia convencional que se proporciona durante 14 días cuesta ocho mil pesos en el sector público, mientras que la terapia avanzada cuesta 900 pesos en el mismo periodo.

Oxígeno y cicatrización
En el tejido normal la concentración de oxígeno es de más de 40 mmHg (milímetros de mercurio). Sin embargo, en la mayor parte de las heridas crónicas la concentración de oxígeno es tan baja que se encuentra en un nivel crítico y la cicatrización de la herida es imposible. Cuando la concentración de oxígeno está por debajo de 20 mmHg en la mayoría de los casos el tejido se necrosa, es decir, se muere y debe ser eliminado del organismo.
“La lesión primaria impide el suministro de oxígeno desde dentro, al igual que del exterior; la razón es porque las heridas están cubiertas por una fina capa de líquido llamado exudado, la cual también es importante para la curación, pero el oxígeno no se difunde adecuadamente y por ende la herida no puede cicatrizar”, puntualiza.
De ahí la necesidad de contar con un mecanismo de acción externo que aporte oxígeno suficiente hasta el fondo de la herida “para que cicatrice correctamente en el menor tiempo posible”, explica por su parte Omar Abisaí Ramírez Saavedra, jefe de Cirugía e Investigación Quirúrgica en la Clínica de Enfermedades Vasculares y Obesidad de Oaxaca.

El angiólogo y cirujano vascular describe que las úlceras por presión se originan cuando una persona se encuentra inmóvil en una cama, hospitalizada o sentada en una silla de ruedas por largos periodos.
Las heridas arteriales son aquellas que tienen las arterias tapadas e impiden el riego sanguíneo correcto a las piernas, las cuales reciben pocos nutrientes y oxígeno. En cambio, las úlceras venosas son secundarias a las várices, las cuales son ocasionadas por un mal funcionamiento de las válvulas en las venas, mismas que generan inflamación y dolor.
Omar Abisaí advierte que el agua oxigenada no debe utilizarse en estos casos porque tiene un alto contenido de oxígeno y lastima los tejidos. Cuando hay vasos sanguíneos expuestos la espuma que se genera con dicho antiséptico puede causar una embolia, ya que se forman coágulos y estos se pueden transportar al cerebro o pulmones, añade.
Cabe destacar que el uso de hemoglobina altamente purificada que transporta oxígeno al fondo de las heridas crónicas, ya fue autorizado en México por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Se espera que en breve también se autorice su aplicación en quemaduras graves.
