La enfermedad meningocócica es causada por una bacteria con la capacidad de mutar y evadir los mecanismos de defensa del organismo. Puede ser mortal hasta en 30% de los casos, aun con tratamiento. Sin embargo, puede prevenirse por medio de la vacunación, refiere el infectólogo pediatra, Marte Hernández Porras, del Instituto Nacional de Pediatría (INP).
Esta enfermedad infecciosa resulta devastadora y todos los días cobra al menos 137 víctimas fatales, principalmente bebés y niños menores de cinco años.
En este grupo de edad la mortalidad puede alcanzar a uno de cada tres afectados tan solo doce horas después de iniciarse la infección masiva.
“Pocas condiciones tienen tanto poder de causar pánico en la población como la enfermedad meningocócica”, afirma Hernández Porras, del INP. Agrega que en América Latina, donde se reportan unos diez mil nuevos casos cada año, muere uno de cada cinco afectados.
El especialista detalla que en la enfermedad meningocócica, el éxito en su capacidad de ataque se debe a que es causada por una bacteria llamada Neisseria meningiditis, conocida también como meningococo, capaz de mutar su cubierta capsular y evadir los mecanismos de defensa del organismo.
Además esta bacteria se encuentra en la nariz y la garganta de entre 10 y 20% de las personas sanas, aunque en algunos grupos, como los adolescentes, su tasa de portación alcanza hasta 40%. Durante epidemias, hasta 80% de una población puede llevar la bacteria en sus narices y gargantas (portación nasofaríngea).
Si la bacteria cruza la barrera de la mucosa nasofaríngea, el organismo no alcanza a combatirla y podría alcanzar el Sistema Nervioso Central (SNC). Esta enfermedad —aun con el tratamiento adecuado y en muy pocas horas— puede cobrar la vida de 10 a 20% de quienes enferman.
En México se reportan casos en todos los grupos etarios, pero afecta principalmente a niños menores de cinco años, resalta Hernández Porras, quien añade que aun cuando el número de casos en el país no es elevado, sí se han reportado brotes, y aún más importante es considerar que existe una vacuna que puede evitar la infección.
Los médicos pueden orientar a sus pacientes sobre los riesgos de la infección y los beneficios de la vacunación, así como dar información sobre las vacunas disponibles y esquemas de vacunación, las cuales son seguras y tienen pocas contraindicaciones.