Un problema creciente es la polución del aire, no sólo en grandes urbes como la Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey, sino también en ciudades pequeñas y medianas.
Otra situación que agrava este panorama es la deforestación de los bosques templados (casi 18% del país), con alrededor de 32 millones de hectáreas.
En promedio cada año se pierden 40 mil hectáreas por deforestación intensiva, cambio del uso de suelo —para ganadería y agricultura— y manejo forestal no sustentable, afirmó Miguel Salazar, presidente y director de Boehringer Ingelheim México y Centroamérica.
Ante ello, en alianza con la asociación Reforestamos México AC, se desarrolló una iniciativa de largo plazo llamada Reforestar para respirar, que por segundo año consecutivo ofrecerá un nuevo aire a los mexicanos mediante la reforestación, limpieza y rehabilitación de espacios públicos, así como la generación de empleos y apoyo a comunidades rurales con donaciones en especie.
Este proyecto de largo plazo forma parte de las acciones que la compañía emprende como parte de su Día del Valor a través de la Innovación, que se celebra en todas las filiales de la empresa farmacéutica en el mundo.
De ahí que desde el año pasado, y ahora en 2016, sus mil 850 colaboradores de México y Centroamérica respondieron con pasión, generosidad y actitud en pro de una vida mejor para entregarle aire y vida a generaciones futuras: en todo este territorio se plantaron 27 mil árboles de distintas especies.
“Este año estamos llegando a la meta de 50 mil árboles plantados, sumando los 27 mil del año pasado”, afirmó Salazar.
Por su parte, Gerardo Villa, jefe de Desarrollo Nacional de Reforestamos México, refirió que estas acciones “permiten reforzar esta zona boscosa del paraje Agua Blanca del Ejido Santa María del Monte, Municipio de Zinacantepec, en el Estado de México, una de las fuentes de oxígeno más importantes de la zona centro del país, donde está la Megalópolis: CDMX, Estado de México, Puebla, Morelos, Hidalgo y Tlaxcala; ya que cuando estos arbolitos sean adultos podrán capturar anualmente más de seis toneladas de emisiones de dióxido de carbono reduciendo con ello el efecto invernadero y calentamiento global”.
Finalmente, Miguel Salazar reconoció el valor de estas acciones de reforestación y recuperación de los bosques en el presente, ya que suministran oxígeno, agua y actúan como un amortiguador contra el cambio climático, pero el impacto y beneficios mayores de estas acciones, serán para nuestros hijos en el futuro”, afirmó.