En la mira

A lo largo de la historia las empresas han tenido que modificar sus productos y servicios, así como su forma de interactuar con los clientes, para mantener sus niveles de competitividad.

A lo largo de la historia las empresas han tenido que modificar.
(Foto: Internett)
Montserrat Bonilla
Todo menos politica
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A lo largo de la historia las empresas han tenido que modificar sus productos y servicios, así como su forma de interactuar con los clientes, para mantener sus niveles de competitividad.

El lema es ¡renovarse o morir! Sobre todo en un mundo donde los avances tecnológicos y fenómenos socio-geográficos como la migración han creado tendencias de consumo muy cambiantes.

Euromonitor Internacional, portal especializado en estudios de mercado, lanzó recientemente un informe intitulado Diez macrotendencias globales, que reitera la importancia de la responsabilidad social por parte de las empresas y la oferta de productos y servicios orgánicos, entre otras recomendaciones.

Por su parte, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) exhorta a los gobiernos de América Latina a que apuesten por las Pequeñas y medianas empresas (Pymes), con el fin de diversificar la economía e incrementar la productividad.

Ante ello, el sector empresarial en México deberá alinear sus propuestas de valor para lograr la competitividad necesaria y especializarse en lo que el público demandará en los próximos años.

Diversidad

La Organización de Naciones Unidas (ONU) estima que más de 215 millones de personas, que representan 3% de la población mundial, viven fuera de su país de origen. Asimismo, prospecta que para 2050 migrarán tres mil millones de personas a las ciudades, lo que provocará que 70% de la población del orbe viva en zonas urbanas.

Este fenómeno construye día a día ciudades multiculturales, en las que se profesan múltiples religiones, se experimentan costumbres diversas y, por ende, coexisten necesidades específicas de consumo.

Las recomendaciones apuntan a la oferta de productos y servicios que velen por este fenómeno socio-cultural a través de un estudio detallado de las características demográficas del entorno inmediato.

María Azucena Pérez, catedrática de la Escuela de Mercadotecnia de la Universidad Panamericana (UP), comenta que es preciso empezar a incursionar en el mercado de la multiculturalidad a través del conocimiento de las preferencias, hábitos y necesidades de extranjeros que radican en México.

A su vez, este fenómeno exige actitudes, actos y tratos no discriminatorios que se deberán plasmar en políticas de venta y protocolos de atención en todo tipo de emprendimiento.

Bienestar

La preservación de la juventud y el bienestar personal son dos macrotendencias mundiales que han abierto grandes oportunidades de negocio a infinidad de empresas y, de acuerdo con el informe de Euromonitor, continuarán marcando la pauta en los próximos cinco años.

Azucena Pérez explica que actualmente existen plataformas enteras de marketing que persiguen la felicidad y esta es “entendida como un estado de aceptación, gusto y bienestar; junto con los estereotipos, la imagen y el interés por el cuidado personal dan pauta para múltiples oportunidades de negocios”.

Por ello, la oferta de servicios personalizados de belleza, el desarrollo de tecnología para el tratamiento, análisis y prevención de padecimientos crónico-degenerativos como la diabetes, cardiopatías u obesidad, y el fomento a la felicidad son algunos caminos de oportunidad.

Asimismo, la preocupación por la salud y el bienestar limita el uso de algunos componentes químicos en los objetos cotidianos, de tal manera que la tendencia también apunta a la oferta de productos sustentables de origen orgánico: desde alimentos hasta artículos de belleza, limpieza, ropa, calzado, etcétera.

Semilla

En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registra la existencia de cuatro millones 15 mil unidades empresariales, de las que casi 99% son Micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) que en conjunto generan 52% del PIB y más de 70% de los empleos en el país.

Sin embargo, no es suficiente para el desarrollo económico y productivo que necesita México.

Y a pesar de que las últimas administraciones han impulsado al sector a través de recursos financieros, la OCDE recomienda políticas gubernamentales enfocadas a la oferta de insumos y servicios para la especialización e integración de redes de empresas que conformen cadenas globales de valor, que bien podrían partir de estas tendencias.

Pérez coincide y cree fundamental el papel de la tecnología: “Las Pymes en México requieren no sólo programas de capacitación, sino de formación y de actualización para un verdadero aprovechamiento de estas oportunidades”.

Existen aplicaciones y software gratuitos que podría facilitarle muchos procesos administrativos, acota Pérez.

Incluso, “desde la perspectiva mercadológica, la tecnología es una herramienta muy útil para obtener los datos de sus consumidores, escuchar al cliente, darle sentido a lo que están buscando y de esta manera aprovechar eficientemente las tendencias globales”, concluye.

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