Mexicanos no saben matar

Nace el nuevo Vértigo Político y nosotros venimos a regar las papas,  la nueva página es funcional, agradable, cómoda, con más contenido, y de “repronto” llega un blog de futbol americano a final de noviembre  con un post que te dice que los mexicanos no son matones,  ¿Pues de que se trata?  

Tony Romo (der) y Mark Sánchez
Internet
Óscar Mota
Todo menos politica
Compartir

Nace el nuevo Vértigo Político y nosotros venimos a regar las papas, la nueva página es funcional, agradable, cómoda, con más contenido, y de “repronto” llega un blog de futbol americano a final de noviembre con un post que te dice que los mexicanos no son matones, ¿Pues de que se trata?

Aquí no tendremos juicios a ningún presidente, a final de cuentas la situación política y de seguridad la pueden leer en todo Vértigo, nosotros te decimos que Tony Romo y Mark Sánchez son dos mexicanos (por obra y gracia de sus padres y abuelos), que presumen de ser nobles, bien portados, buenos hijos y jamás serían capaces de matar a todo un equipo de profesionales.

Para Tony la temporada del 2006 parecía ser de cuento de hadas, ya le había quitado la titularidad a Drew Bledsoe como mariscal de campo de los Vaqueros de Dallas, jugó 16 partidos, sumó casi 3 mil yardas, 19 touchdowns con 13 intercepciones y llevó a los Cowboys a postemporada.

Los pósters de Romo decoraban cuartos, restaurantes, pantallas de computadora y vaya usted a saber que más, Romo era el “salvatore de la patria”, esa misma que desde Sir Troy Aikman no tenía un quarterback del que se hablara algo bueno, todo era miel sobre el emparrillado, hasta que llegó Seattle, Romo tuvo (literal) en sus manos el arma para apuñalar a los Halcones Marinos, pero es un buen chico, no fue capaz de matarlos.

Decenas de caracteres se han escrito sobre lo que sucedió, se los cuento así, 6 de enero del 2007, Con el partido a segundos de terminar, Romo era el encargado de sujetar el balón (holder) para que Martín Gramatica lo pateara y así los Vaqueros ganaran su primer juego de playoffs en 200 mil años, después de que el ovoide tocara sus manos, Tony fue incapaz de sujetarlo, trató de correr (suponemos que a su casa) pero fue detenido, Halcones 21-Vaqueros 20.

Mark Travis John Sánchez Marmolejo (así se llama no invento), tuvo una temporada de ensueño con los Troyanos del Sur de California en el 2008, tanto así que optó por no jugar su último año de universitario para enrolarse con los Jets de Nueva York que todavía 40 años después buscan a su Joe Namath segundo.

Sánchez era milagro con casco de los aeroplanos, sin tener números de Salón de la Fama, logró llevar a los Jets al juego de campeonato de la Conferencia Americana, y si bien en ese partido no cometió errores que se le acreditaran exclusivamente a él, claro salvo el golpazo que recibió para el balón suelto, Sánchez pasó de noche el día que debió graduarse, pero no lo culpen, después de sus problemas en la universidad, era incapaz de dañar a los aficionados de Pittsburgh.

Basta con que usted haga una búsqueda rápida en Google sobre “Los errores de Tony Romo” y podrá darse cuenta cuantas notas están tituladas de esa forma, Romo no es mal jugador, tiene muchos aciertos y no juega solo, sus compañeros están empeñados en mostrarlo 10 grados más malo que pegarle a la mamá en su día.

Sánchez es el Romo de los Jets, es capaz de lanzar muchos touchdowns, de alargar jugadas, de leer defensivas , de ser el líder, pero no lo hace, y no es porque no pueda, simplemente no es un mal tipo, tiene al equipo contrario, puede matarlo, pero no lo hace.

Romo y Sánchez arriesgan balones, no son capaces de congelar su sangre a tal grado de ser unas estatuas en los momentos decisivos, algo así como un Montana, Staubach o Peyton Manning, no son tan malos como Alex Smith o Blaine Gabberth, pero no son esos asesinos a sueldo que sus equipos quieren y necesitan, esos hombres que donde pongan el ojo pongan el balón.

Romo ha gestado remontadas heroicas, de esas que le encantan a NFL Films, ante San Francisco (el año pasado y la mejor de todas), Atlanta o Los Pieles Rojas de Washington, Romo (al puro estilo del Chanfle) subió sus pantalones y decidió enfrentar a sus fantasmas de Seattle, quiere ser el héroe que rescata a los Cowboys del desastre, pero cuando tiene el partido en el momento exacto para destazar al rival no lo hace, no le gusta la sangre, no es un mal tipo

A Sánchez le colocaron a Tim Tebow como suplente, se van de Guatemala para llegar a Guatepeor, no existe competencia real, Sánchez debería de tomar un respiro antes de sacar sus jugadas, entender el porqué está ahí y si realmente quiere ser recordado no como el jugador “buena onda” que no le hará daño a sus rivales, Romo tiene a Kyle Orton, quien inexplicablemente Jason Garret lo llevó a Texas a pasear solamente.

Romo y Sánchez no son malos jugadores, simplemente su naturaleza es así, son hombres modelo, incapaces de matar a un rival, aunque su propia vida deportiva dependa de ello.

×