SUSTENTABILIDAD PARA POTENCIALIZAR A LA INDUSTRIA MADERERA

La venta de madera ilegal es como la piratería: sale más caro producir bien que adquirir producto ilegal.

Foto: Especial
Foto: Especial
Martha Mejía
Bienestar
Compartir

La cadena forestal-maderera-mueblera en México tiene un valor aproximado de dos mil 470 millones de dólares, lo que la convierte en la segunda más atractiva de América Latina.

Según datos de la Asociación Mexicana de Proveedores de la Industria Maderera y Mueblera (AMPIMM) la actividad de este sector es una de las más dinámicas de la industria manufacturera ya que crece 10% en promedio al año y emplea a 100 mil mexicanos, hechos que representan una gran oportunidad de negocios para empresas mexicanas y extranjeras.

Sin embargo uno de los desafíos que enfrenta esta industria es que la sustentabilidad sea uno de sus pilares para que se dé un mejor uso a los recursos, se evite la deforestación y se ofrezcan en la cadena garantías de que la materia prima que se emplea cumple con la normatividad.

Actualmente la producción anual de madera en el país es de nueve a diez millones de metros cúbicos pero esta no es suficiente para atender la demanda del mercado local, indica Palmira Arnaz, coordinadora en la Ciudad de México de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

En el marco de la MEM Industrial 2020, plataforma de negocios para las industrias de la transformación de la madera y la fabricación del mueble, Arnaz explica que México podría producir entre diez y 20 veces más de lo que actualmente se manufactura, pero “el asunto va más allá de cuántos metros cúbicos de madera producimos: lo importante es cómo producimos, dónde producimos y para dónde se va esa madera”.

Apunta que dependiendo del sector la producción de madera alcanza para cubrir 30% de la demanda; el resto se suple con la importación del producto y con el consumo de madera ilegal, tanto nacional como extranjera, lo cual “es uno de los problemas más graves”.

Piratería

De acuerdo con el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM los decomisos de madera ilegal que realiza la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) “alcanzan los 30 mil metros cúbicos, frente a los 14 millones de metros cúbicos que se extraen ilegalmente”, es decir, al menos 70% de la madera que se consume en el país es ilegal.

“La madera ilegal no se produce en los predios que tienen planes de manejo sustentables; se produce en terrenos abandonados, en lugares que bajo la presión de un cambio de uso de suelo se transforman; y esa madera se aprovecha y se mete a un mercado ilegal que oferta madera muy barata; esta compite con madera legal y en particular con madera certificada; esto tira los precios y afecta muchísimo a las familias que dependen de ello”, comenta Palmira Arnaz.

Explica que “es como la piratería, es decir, sale más caro producir bien y vender legal que comprar madera ilegal muy barata a un mercado que la acepta sin fijarse, haciéndose de la vista gorda y que no necesariamente se preocupa por saber de dónde viene de origen”.

Agrega que México y su sector maderero también afrontan el desafío de los incendios forestales: solo en 2019 Conafor reportó siete mil 410 de estos fenómenos y una afectación de 633 mil 678 hectáreas.

Sustentable

En este sentido Leticia Merino Pérez, académica del IIS de la UNAM, explica que los bosques prestan servicios ambientales como captura, provisión y calidad de agua, protección de suelos y hábitat de miles de especies vegetales y animales. Por ello a nivel social las comunidades rurales dueñas de territorios forestales juegan un papel central en la conservación de bosques y selvas. Su labor es relevante en el control de incendios y plagas, el cambio de uso de suelo y la tala ilegal. “Gracias a la conciencia que tienen son ellas mismas quienes custodian el bosque”, señala.

Al respecto Arnaz detalla que México ocupa, por ejemplo, el primer lugar en comunidades certificadas. “Tenemos casi dos millones de hectáreas certificadas bajo estándares internacionales que garantizan el buen manejo de la madera; y de esas 90% está dentro de comunidades y ejidos”.

El punto crucial aquí, agrega, es la necesidad de mejorar las condiciones de producción y limpiar el mercado de madera ilegal, para “que podamos meter más superficie forestal a la producción de madera que alimenta el mercado nacional ya que además una parte de lo que producimos se exporta; entonces tenemos un déficit muy fuerte de madera en México y ese es precisamente el nicho de oportunidad para crecer, porque esta madera la estamos trayendo de otros países y, sin embargo, en otras regiones del planeta nuestra madera certificada es altamente valorada”.

Daniel Sánchez, director de Incidencia en Sector Privado de Reforestamos México AC, coincide con la funcionaria al señalar que México es un ejemplo de cómo las comunidades pueden manejar sus bosques de forma más responsable.

“Es el primer país con mayor número de empresas comunitarias forestales que aplican los mejores estándares de sustentabilidad en el mundo, debido al buen manejo natural y la buena repartición de ingresos en la comunidad, pero todavía hace falta enlazarlas con las cadenas de valor”, dice.

Apunta que las empresas forestales comunitarias también enfrentan retos para incorporar más tecnología en sus procesos y para atraer mayor inversión, tanto pública como privada, considerando que el sudeste del país cuenta con la mayor variedad de maderas preciosas y podría convertirse en un área muy productiva.

El reto, explica, radica en impulsar las grandes oportunidades en el tema económico, además de generar más talleres y capacitaciones para fomentar el espíritu de emprendimiento ya que “es necesario abordar modelos en los que los ejidatarios y dueños de hectáreas boscosas tengan valor agregado por sus riquezas naturales”.

En este sentido indica que los bosques de Oaxaca son uno de los casos icónicos de mejores prácticas: es una región con empresas forestales que invierten en tecnología para sus procesos, al igual que Durango (el estado con mayor cantidad de bosques) y Chihuahua, que son innovadores y pioneros en temas de generación de energía a partir de biomasa, por lo que sus esfuerzos en el tema deberían replicarse en otras zonas del país.

Con la celebración del MEM Industrial 2020, del 22 al 24 de enero, el sector de la madera y el mueble ayuda a gestionar una mayor inversión e innovación con tecnología 4.0 para resolver los problemas de sustentabilidad de los bosques nacionales.