Garantizar alimentos de calidad, reto para la humanidad

De acuerdo con la ONU la población se incrementará más de 24% en 2050, lo que obligará a elevar la producción de alimentos.

Georgianna Meza
Política
Alimentos suficientes y de calidad
Foto: NTX

Según proyecciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) la población del mundo en 2050 ascenderá a casi nueve mil 700 millones de habitantes, es decir, casi 24% más que la actual y equivalente a dos mil 365 millones adicionales, lo que obligará a elevar la producción de alimentos en al menos 70 por ciento.

Lo anterior representa un enorme reto si se considera, de acuerdo con el organismo, que de los siete mil 335 millones de personas que actualmente habitan el planeta, mil millones sufren algún grado de desnutrición, seis millones de niños mueren anualmente por malnutrición y ocho de cada diez pobres viven en zonas rurales, la mayoría de ellos dedicados a la agricultura.

No obstante, 40% de los suelos destinados a esta actividad se encuentran degradados como producto de prácticas agrícolas inadecuadas, sobrepastoreo y deforestación, advierte la ONU.

Parte de los retos que la humanidad enfrenta en el renglón alimentario fueron abordados durante el Encuentro de Ministros de Agricultura de las Américas 2015, realizado del 19 al 22 de octubre en Playa del Carmen, en el marco de la XVIII Reunión Ordinaria de la Junta Interamericana de Agricultura (JIA).

Al inaugurar el evento, en presencia de representantes de los 34 países que integran el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el presidente Enrique Peña Nieto hizo énfasis en señalar que entre las obligaciones irrenunciables del Estado destaca cuidar que su población tenga acceso a la alimentación.

En este sentido, el jefe del Ejecutivo subrayó que la humanidad enfrenta un enorme desafío: garantizar que haya alimentos suficientes y de calidad para esta y las próximas generaciones.

Y ante las proyecciones de la ONU sobre el incremento de la población mundial y con ello una mayor demanda de alimentos, el presidente destacó que entre 10 y 20% de la producción de comida que será demandada resultará de la disponibilidad de nuevas tierras para cultivo, en tanto el restante 80% deberá obtenerse a partir de una mayor productividad.

Al respecto aseveró que si los países del hemisferio logran democratizar la productividad se potenciará el desarrollo regional y, al mismo tiempo, se habrán de reducir la pobreza y la desigualdad social.

Lo anterior, agregó, da una idea clara de la magnitud de los desafíos alimentarios que hay por delante y de los esfuerzos regionales a desplegar por la seguridad alimentaria de América en las siguientes décadas.

Oportunidad histórica

Al destacar el esfuerzo de nuestro país en favor del sector agroalimentario mediante el impulso a programas y acciones para elevar la productividad y competitividad del campo mexicano, Peña Nieto afirmó que las naciones del hemisferio tienen la oportunidad histórica de elevar la producción agropecuaria de manera competitiva, incluyente y sustentable.

Asimismo deploró que en la mayoría de los países de la región el campo ha estado marcado por profundos contrastes: son pocos los grandes productores con acceso a crédito, tecnología e insumos de primer nivel que compiten con éxito en los mercados internacionales, refirió, pero también hay una gran cantidad de pequeños productores que por su tamaño y escala orientan su actividad al autoconsumo.

Ambos requieren de políticas públicas en favor de la productividad y afirmó: “Eso es lo que hacemos en México: estamos impulsando programas y acciones para elevar la productividad y competitividad del campo mexicano”.

En este sentido detalló que por medio del programa Proagro productivo —antes Procampo— se otorgan recursos a los productores a cambio de su compromiso para destinarlos a insumos y mejoras que permitan incrementar sus rendimientos.

Esta política, subrayó el mandatario, “reduce además la desigualdad al favorecer más a los que más lo necesitan: los productores de menor escala. Actualmente 98% de los productores inscritos en este programa acredita el buen uso de los recursos en la adquisición de insumos estratégicos, como fertilizantes, semillas mejoradas y mano de obra”.

En tanto, abundó, mediante el Programa de incentivos para la producción de maíz y frijol se promueve que los productores apliquen paquetes tecnológicos a sus cultivos, que van desde implementos agrícolas y semilla mejorada hasta insumos de nutrición vegetal y control fitosanitario.

“Estos incentivos han permitido incrementos en la productividad de hasta 200% en las pequeñas parcelas de un millón 200 mil productores de 27 entidades de nuestra geografía nacional”, puntualizó el jefe del Ejecutivo federal.

Prioridades

En el marco del Encuentro de Ministros de Agricultura de las Américas 2015, los secretarios y ministros de Agricultura de la región debatieron en tanto el documento técnico Hacia una productividad competitiva, sustentable e incluyente: una oportunidad para la agricultura de las Américas, elaborado por el IICA con el objetivo de apoyar el diálogo, adoptar compromisos y solicitar el apoyo de la cooperación internacional para el desarrollo sostenible e incluyente del sector agrícola.

José Calzada Rovirosa, secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) de México, hizo un llamado a sus homólogos a establecer prioridades y encontrar alternativas para hacer de la agricultura una actividad sustentable y productiva.

Incrementar la productividad de la agricultura de manera incluyente y mediante el uso sostenible de los recursos resulta uno de los principales retos para un continente diverso y con el potencial para convertirse en un importante proveedor de alimentos para el mundo, gracias a su disponibilidad de agua, tierra, energía y biodiversidad, así como la riqueza de su talento humano, señaló.

Por su parte Víctor Manuel Villalobos, director general de IICA, indicó que existen cuatro razones fundamentales que ponen en la mesa el tema de la productividad: la demanda de alimentos, los recursos naturales, la exclusión y el cambio climático.

Asimismo destacó la necesidad de fortalecer la cooperación internacional mediante agendas de intensificación sostenible de la agricultura que contribuyan a cerrar las brechas existentes en los índices de productividad.

Políticas favorables para el desarrollo del sector, una educación agrícola moderna, el fortalecimiento de los sistemas de innovación agropecuaria, la consolidación del liderazgo de la región en materia de comercio internacional y el impulso de una cultura emprendedora formaron parte de los puntos incluidos en la agenda del Encuentro de Ministros de Agricultura de las Américas 2015.

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ODS

La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoce que muchos países han cumplido los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) respecto de la reducción de la pobreza; sin embargo, muchos otros se han retrasado, por lo que el reto posterior a 2015 consistirá en la erradicación total de la pobreza y del hambre.

De hecho el tema central del Día Mundial de la Alimentación celebrado el pasado día 16 fue el de la protección social y agricultura para romper el ciclo de la pobreza rural, cuyo objetivo es llamar la atención del orbe sobre el papel que la protección social (acceso a la salud, educación y trabajo) desempeña en la erradicación del hambre y la pobreza cuando se le da prioridad en los programas nacionales de desarrollo.

No obstante, cita que con base en datos de la Organización Internacional del Trabajo al finalizar 2014 casi 73% de la población mundial no tenía acceso a una protección social adecuada y que la mayoría de las personas sin acceso a la misma viven en las zonas rurales de los países en desarrollo; en su mayoría dependen de la agricultura como medio de vida.

“Esto demuestra que para avanzar hacia la erradicación del hambre y la pobreza se requiere de sistemas de gobernanza que articulen acciones entre distintos actores, instancias y niveles gubernamentales que maximicen las sinergias entre la protección social, las políticas agrícolas, el desarrollo rural territorial y la reducción de la pobreza”, señala el organismo.

El 16 de octubre anterior coincidió con la fecha acordada por los líderes mundiales para medir los avances de los ODM e iniciar la nueva agenda global post 2015, que prevé los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 aprobados por los Estados miembros de la ONU y que incluyen un conjunto de 17 metas para poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático.

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