El futuro del planeta se juega en Francia

Parece haber más posibilidades de lograr acuerdos para combatir el cambio climático

Martha Mejía
Política
COP21
Foto: NTX

Pese a la sicosis que domina hoy en Francia y Europa en general por el tema del terrorismo, París será sede de la Conferencia de las Partes (COP21) sobre cambio climático del lunes 30 de noviembre al viernes 11 de diciembre.

A unas horas de que la cumbre de cambio climático dé inicio, la capital francesa se encuentra férreamente vigilada por fuerzas de seguridad que resguardan la integridad de dirigentes de todo el planeta que acuden al encuentro con la doble ambición de sellar un acuerdo contra el cambio climático y enviar una señal de unidad mundial frente al extremismo.

Mientras, analistas discuten cuáles deben ser esos los mínimos a cumplir en la Ciudad Luz a fin de evitar que la temperatura en el planeta aumente en dos grados centígrados para finales del siglo.

En el evento participarán más de 150 jefes de Estado con el propósito de concluir la negociación de un nuevo acuerdo global que permita atender el desafío del cambio climático que causan las emisiones de compuestos y Gases de Efecto Invernadero (GEI), generados por la actividad humana.

La cumbre, cuya preparación llevó más de un año, también reunirá a por lo menos 40 mil delegados, entre ellos empresarios y celebridades como el actor Leonardo DiCaprio y el máximo responsable ejecutivo de Apple, Tim Cook.

De entrada, comenta el Premio Nobel de Química 1995, el mexicano Mario Molina, las expectativas de un acuerdo de gran tamaño son pocas, por lo que cada país deberá presentar de manera individual y autorregulada sus metas de reducción de emisiones de GEI.


“What is a stake is the future of the Planet” - President @fhollande opening the #COP21 pic.twitter.com/Ng8D59FVkD — Connect4Climate (@Connect4Climate) noviembre 30, 2015

¿Qué es el cambio climático?

José Antonio Benjamín Ordóñez Díaz, fundador de la asociación civil Servicios Ambientales y Cambio Climático e investigador de la Facultad de Ciencias de la UNAM, explica que los llamados GEI, principalmente el dióxido de carbono (CO2), se acumulan en la atmósfera e impiden que las radiaciones infrarrojas que emite el planeta al calentarse salgan al espacio.

“Esto hace que la temperatura del planeta suba. Estos gases siempre han estado presentes en la atmósfera. El problema es que las actividades humanas han contribuido a romper el equilibrio existente”, indica.

La industria, el transporte y los usos de suelo han aumentado la concentración de estos gases.

Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) la concentración de CO2 en la atmósfera alcanzó en 2014 las 397.7 partes por millón (ppm), mientras que antes de la Revolución Industrial era de 278 ppm.

Los científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés)de la ONU señalan que si el ser humano continúa con el actual ritmo de emisión de gases sin tomar medidas de mitigación, la temperatura media global subirá entre 3.7 y 4.8 grados centígrados para 2100, respecto del nivel preindustrial.

Además del aumento de la temperatura y del nivel del mar, los científicos sostienen que también provocará fenómenos climáticos extremos, como inundaciones, sequías y ciclones.

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¿Qué es una COP?

La Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como CMNUCC (o UNFCCC en inglés) se adoptó durante la Cumbre de la Tierra, de Río de Janeiro, en 1992.

Entró en vigor el 21 de marzo de 1994 y ha sido ratificada por 196 Estados que constituyen la Conferencia de las Partes (COP) Interesadas de la Convención Marco, la cual es un acuerdo universal de principios que reconoce la existencia de un cambio climático debido a la actividad humana y atribuye a los países industrializados la responsabilidad principal para luchar contra este fenómeno.

La COP compuesta por todos los Estados Partes constituye el órgano supremo de la Convención. Se reúne anualmente en conferencias mundiales en las que se adoptan decisiones para respetar los objetivos de lucha contra el cambio climático. Las decisiones solo se pueden tomar por unanimidad de las Partes o por consenso. La COP que se celebrará en París será la vigésimo primera: de ahí el nombre de COP21.

“Hace ya 21 años que se celebró en Berlín la primera COP. En ese entonces, además de la comunidad científica, que consideraba al cambio climático una realidad cada vez más evidente, las organizaciones ambientales estábamos prácticamente solas advirtiendo sobre las graves consecuencias de ese nuevo fenómeno. Ahora comienza la Cumbre de París y muchas cosas han cambiado”, señala Juan Carlos del Olmo, secretario general del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

Del Olmo apunta que una de esas grandes diferencias que hoy se viven es que el mundo es mucho más caliente: “Desde 2000 hemos vivido 14 de los 15 años más cálidos jamás registrados y 2015 está imponiendo récord. Las predicciones científicas se han cumplido y ya no podemos hablar en futuro, porque los efectos del cambio climático ya se sienten en todo el planeta en forma de huracanes más violentos, sequías extremas y otros fenómenos”.

Esta semana la Oficina de Reducción de Desastres de Naciones Unidas (Unisdr) dio a conocer que 90% de los desastres naturales han sido causados por el clima en los últimos 20 años.

La titular del organismo, Margaret Wahlstrom, señaló que se contabilizaron un total de seis mil 457 desastres de ese tipo, con 606 mil víctimas mortales, es decir, casi 30 mil muertes por año, y 4.1 millones de personas sin hogar o necesitadas de ayuda.

Los desastres meteorológicos son cada vez más frecuentes debido en gran parte al aumento de inundaciones y tormentas. Los países más afectados han sido Estados Unidos, China e India.

A las inundaciones corresponden 47% del total de desastres relacionados al clima entre 1995 y 2015, que afectaron a 2.3 millones de personas, 95% de ellas en Asia.

Las tormentas han sido los desastres más mortales, pues han cobrado las vidas de más de 242 mil personas, 40% del total global para todo tipo de desastres relacionados con el clima.

Más de 89% de esas muertes se produjo en países de menores ingresos, a pesar de que apenas experimentaron 26% de todas las tormentas, apunta el informe.

Las olas de calor y frío extremo fueron particularmente mortales en términos del número de vidas perdidas en cada evento, de 405 muertes por cada desastre en promedio.

En total hubo 335 desastres por año relacionados al clima entre 2005 y 2014, un aumento de 14% respecto del periodo de 1995 a 2004 y casi el doble del nivel registrado de 1985 hasta 1994, cita el informe.

El documento aclara que a pesar de que los científicos no pueden calcular qué porcentaje de este aumento se debe al cambio climático, se predicen más condiciones climáticas extremas en el futuro.

El gran reto

Lo que se discutirá en París es un protocolo que debe sustituir al de Kyoto y comenzaría a aplicarse a partir de 2020.

En este caso la intención es que los 196 firmantes lleven a cabo políticas de mitigación, es decir, reducciones de emisiones. Además, se espera que se fije como objetivo que a final de siglo la temperatura global no supere los dos grados adicionales que se prevén, aunque los Estados más expuestos, como los isleños, quieren bajar esa meta a 1.5 grados.

En opinión de Mario Molina es complicado llegar a un acuerdo vinculante (obligatorio) en la COP21, ya que de acuerdo con las posiciones ahora conocidas Estados Unidos no está dispuesto a firmar un tratado de esas características, lo que desincentiva a las demás potencias a hacer lo mismo y, por lo tanto, desvanece la expectativa de un acuerdo ambicioso.

“Los cuellos de botella en esta situación tienen que ver con el Congreso de EU, porque el Partido Republicano tiene como dogma no creer en la ciencia del cambio climático. Y eso es totalmente irracional, es algo que tendrá que cambiar pronto. Por eso en París no hay expectativa de que haya un acuerdo internacional ambicioso: el punto de mayor eficiencia es que hubiera un costo por las emisiones de GEI y, lo más probable, que eso suceda en una década. En México nos tenemos que preparar para ello”, dice Molina.

No obstante recomienda no caer en el pesimismo aun cuando no se logren grandes acuerdos porque Estados Unidos no ratificaría medidas obligatorias para reducir emisiones.

El científico asevera que la COP21 de París es un paso muy importante, aunque intermedio, puesto que la idea es que ahí se indique la dirección a seguir para llegar a las cifras que se ambicionan en los próximos años para el planeta y sus habitantes.

Por su parte China expresó por medio de su representante en la negociación, Xie Zhenhua, su confianza en que se logrará un “consenso” durante la conferencia de París, pero consideró insuficientes los compromisos de los países desarrollados para reducir las emisiones de GEI.


#COP21 will be one of the most important climate events of our time, don’t miss out! Join #SIF15 now to get involved pic.twitter.com/0pQtupI2Ip — Climate Action Org (@Climate_Action_) noviembre 17, 2015

Claves

De acuerdo con los especialistas consultados existen cuatro claves fundamentales para el éxito de la COP21.

Primera

Que las Contribuciones Nacionales Determinadas (iNDC), o compromisos de reducción de emisiones que los países han ofrecido individualmente, deben convertirse en vinculantes (obligatorias), ya que el esfuerzo que han hecho 147 países por identificar sus metas de mitigación, y en algunos casos en adaptación, se vuelven realidad.

Segunda

El ofrecimiento de financiamiento climático, es decir, lograr 100 mil millones de dólares anuales a partir de 2020 para apoyar a los países en desarrollo con el fin de adaptarse y reducir sus emisiones, debe hacerse efectivo.

“Por supuesto que se ha acordado que los países desarrollados den 100 mil millones de dólares a partir de 2020 para facilitar cada año las medidas de mitigación de las economías emergentes y de todos los demás, pero también cada vez más, en la medida en que no le damos solución a este problema, la agenda de adaptación también ha ido aumentando; entonces, también estos recursos se deberán seguir utilizando para adaptación”, explica a Vértigo Isabel Studer, directora del Instituto Global para la Sostenibilidad del Tecnológico de Monterrey.

Tercera

Un claro compromiso por alcanzar es la meta de los dos grados centígrados. Las iNDC, tal como están presentadas hasta el 1 de octubre, podrían reducir la velocidad de incremento de la temperatura, pero no será suficiente para lo que indica el IPCC, pues se estima aumentaría a 2.7 grados C, por lo que no se alcanzaría la meta.

“Se necesita definir claramente el mecanismo para incrementar la ambición de las  iNDC, con mayores esfuerzos de los países desarrollados pero también de las naciones en desarrollo, de las que más de 50% condicionó un incremento adicional de ambición en función de cooperación internacional”, indica Studer.

Cuarta

El acuerdo internacional debe presentar un balance entre países desarrollados y en desarrollo de tal manera, que se muestre una equidad con los más vulnerables. Los países desarrollados deben ser claros en el mecanismo para compensar las pérdidas y daños a los más afectados, como las islas y los países africanos, así como la forma en que se efectuará la transferencia de tecnología y fortalecimiento de capacidad para la adaptación de las naciones en desarrollo.

“Los países emergentes sí lo pueden hacer, pero es un hecho que necesitan transferencia tecnológica y recursos financieros para hacer esa transición”, explica Studer.
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México

Rodolfo Lacy, subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Semarnat, comenta en entrevista que es importante recalcar que México junto con otros 152 países presentaron sus iNDC para la reducción de GEI entre 2020 y 2030, pero Naciones Unidas hizo un reporte sobre lo que presentaron de manera voluntaria los países rumbo a la reunión de la COP21 a finales de este mes y las propuestas no serán suficientes para no rebasar el escenario de los dos grados centígrados de aumento en la temperatura del planeta: “Nos quedamos cortos”.

Las metas planteadas, añade, “nos llevarían a un escenario con una probabilidad por arriba de 60% de caer entre 2.7 y 3.6 grados centígrados de aumento; es decir, no lograríamos la meta que se fijó en 2010 en la COP de Cancún, de no rebasar los dos grados de incremento”.

Ante esto, es muy probable que se tenga que introducir algún elemento de progresividad en París a efecto de que los países incrementen la ambición que hasta ahora han manifestado para la reducción de GEI, “y la única forma de aumentar la ambición en cada uno de nuestros iNDC es a través de análisis y propuestas mucho más finas de las que ya se hicieron en una primera entrega”.

Lacy señala que en el caso de Pemex no se han logrado muchas iniciativas porque “tenemos una limitación financiera presupuestal que ahora se exacerba por la baja de los precios del petróleo. Pero, afortunadamente, con la reforma energética hemos podido abrir el sector y estas tareas ya son altamente rentables y es posible usar esa rentabilidad de la captura de, por ejemplo, metano para hacer una acción de mitigación que a todas luces es muy benéfica”.

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Empresas

Sin embargo, para la fundadora y directora del Instituto Global para la Sostenibilidad del Tecnológico de Monterrey, Isabel Studer, no todo son malas noticias: cada vez son más las grandes empresas globales favoreciendo políticas para reducir emisiones de GEI, la causa del cambio climático.

La industria de las energías renovables ya representa hoy un mercado anual de 250 mil millones de dólares en el que trabajan cinco millones de personas.

Son estos pronunciamientos y acciones los que hacen pensar que el sector privado será un aliado estratégico para lograr en París un acuerdo global que reemplace al Protocolo de Kyoto, permita la reducción de las emisiones de carbono y facilite la transición energética hacia un uso más eficiente de las energías fósiles y más intensivo de las energías renovables.

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