El problema no es la coyuntura sino los años que sigan.

El director general de Pemex dio la bienvenida a la propuesta de reforma energética que presentó Cuauhtémoc Cárdenas a nombre del PRD, pues dijo que enriquece el debate y ahora se deben buscar más las coincidencias que las diferencias.

Hay que reconocerle al presidente Enrique Peña Nieto un gran golpe de imagen o cuando menos un acre sentido del humor.

Ni la soberanía ni el patriotismo se miden por el régimen de propiedad de las empresas.

Los países suelen tener dogmas que rebasan cualquier razonamiento. Lo curioso es que quienes están en otros lugares se den cuenta, pero no quienes lo viven de manera cotidiana.

Coordinadores del PRI, PAN, PRD, PVEM, PT, MC y NA en la Cámara de Diputados se pronunciaron a favor de llegar acuerdos para modernizar al país.

Los compromisos del Pacto por México no sustituyen el proceso legislativo: son el punto de partida para enviar el mensaje a los mexicanos de que es posible construir consensos entre las fuerzas políticas.

El episodio de Pemex no debe ser motivo de la soberbia y el dogma gubernamental, sino que debe dar pie a la autocrítica y a ponerse las pilas.