El pasado 3 de mayo se celebró el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Ya a días de distancia no es impropio hacer un modesto homenaje a tal acontecimiento mediante la reflexión de un tema que permanece aferrado a la conciencia colectiva.
Y es que resulta importante que la fecha se conmemora de manera diferenciada del Día Internacional de la Libertad de Expresión. Desde 1994, y tomando como sólido antecedente la Declaración de Windhoek creada por el periodismo africano de Namibia, se ha recalcado la importancia de contar con una fecha que en lo específico se refiera a esta profesión.
México ha dado paulatinamente la importancia suficiente a esta celebración, pero más longeva permanece con fuerza la tradición de remarcar en junio como el Día de la Libertad de Expresión, mismo que desde 1965 se instaura oficialmente en nuestro país.
Pero sea una u otra fecha, el núcleo de importancia de ellas radica en cuánto se honra uno de los derechos fundamentales a los cuales todo ser humano debe acceder. Hoy, cuando en muchos confines de este planeta la libertad de expresarse está amenazada, la reflexión se vuelve más profunda y relevante.
De acuerdo con el informe realizado por Reporteros Sin Fronteras existe un especial peligro en Latinoamérica, donde aquellos que deberían convertirse en garantes de la libertad se han convertido precisamente en aquellos que ahora la vulneran. En el penoso ranking de los países con menor libertad de prensa, Cuba, Nicaragua, Venezuela y Honduras se ubican en el podio de la deshonra como las naciones donde prácticamente este derecho no existe. No menos preocupante es que conforme a dicha organización México se encuentre entre el top 10 al ubicarse en el lugar nueve.
México
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se ha pronunciado por su parte para que este año la libertad de prensa se signifique de manera importante en dos vertientes; por un lado, para rendir homenaje a los periodistas que han perdido la vida en el ejercicio de su profesión; y, por otro, que el lema que acompaña a la conmemoración versa sobre el valor que tiene la prensa ante los problemas climáticos del planeta: “Prensa para el planeta”. Así se destaca cuán importante es la existencia de una prensa libre y sin acoso en el contexto de crisis medioambiental que prevalece en el mundo en su conjunto.
Pero México presenta particularidades que ponen el oficio periodístico dentro de un escenario convulso ante la violencia y la polarización política. Por una parte, existe indudablemente un riesgo para el ejercicio de la profesión, aunado a un sistema de presión público que trata de inhibir la información incómoda o adversa a los fines del Estado. Por otra parte, se vive a pleno la era de la data digital donde la confiabilidad de la información se vuelve un factor de deterioro para la calidad de la democracia mexicana. Respecto de esta última aseveración, Latinobarómetro ha ubicado a México en los últimos lugares de calidad y veracidad de la información que se genera y circula por vías digitales. Así, por igual se asevera que resulta preocupante que el sensacionalismo y el número de clics o visitas sean los parámetros que se tomen cuando se busca acceder a información en los medios digitales de comunicación.
Por otra parte, resulta innegable que el periodista se encuentra en permanente estado de riesgo. Amnistía Internacional y su Comité para la Protección de Periodistas ubica a México como uno de los países más peligrosos para el ejercicio del oficio; con las cifras que tal organismo aporta, no solo se ocupan los primeros lugares de riesgo en Latinoamérica, sino también a nivel global. La propia Corte Interamericana de Derechos Humanos se ha pronunciado sobre la situación en nuestro país, donde considera que “el periodismo solo puede ejercerse libremente en un entorno donde los periodistas no sean objeto de amenazas, agresiones u hostigamientos”.
Y el mayor reto es generar la conciencia suficiente para entender que la libertad de prensa es una condición necesaria y obligada para la formación de una sociedad crítica, informada y promotora de valores democráticos en este país.