LA PARAFERNALIA DEL MENSAJE POR LA PRESENTACIÓN DEL INFORME

Primer informe de gobierno
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Desde hace casi dos décadas la ceremonia de entrega del informe presidencial dejó de realizarse por completo en el Palacio Legislativo de San Lázaro, en gran parte por las tentativas de interpelación que ponían en riesgo la civilidad en el interior del recinto legislativo.

En los hechos Felipe Calderón fue el último presidente que acudió ante el Congreso de la Unión a entregar su informe y dirigir un mensaje a la nación para dar cuenta del estado que guarda la administración pública.

En 2008 se ajustó el mandato constitucional, plasmado en el artículo 69 de la Carta Magna, y se modificó el esquema tradicional. En la actualidad el titular del Poder Ejecutivo hace llegar su informe y dirige en un espacio diverso un mensaje a la nación que de manera general, sin serlo, se maneja como el informe presidencial.

Durante décadas en la etapa de la hegemonía priista, el 1 de septiembre era considerado como el “Día del presidente”. El Congreso de la Unión lo recibía al inicio del periodo ordinario y, ante sus integrantes, así como invitados especiales, exponía los avances de su administración.

Sin embargo, en 2008 el esquema se modificó para separar la entrega formal y la emisión de un mensaje a la nación en un recinto a modo por parte del titular del Poder Ejecutivo.

La crónica política da cuenta de que en 2006 legisladores de oposición impidieron que Vicente Fox acudiera a entregar su último informe, en tanto que en 2007 Ruth Zavaleta, en ese momento representante del PRD, como presidenta de la Mesa Directiva no recibió el primer informe de Felipe Calderón. Ello dio pauta a la modificación del esquema y el ajuste que se ha mantenido hasta la fecha, con algunos matices.

La norma

De acuerdo al artículo 69 de la Constitución: en la apertura de sesiones ordinarias del primer periodo de cada año de ejercicio del Congreso el presidente presentará un informe por escrito en el que manifieste el estado general que guarda la administración pública del país. En la apertura de las sesiones extraordinarias del Congreso o de una sola de sus cámaras el presidente de la Comisión Permanente informará acerca de los motivos o razones que originaron la convocatoria.

Cada una de las cámaras realizará el análisis del informe y podrá solicitar al presidente ampliar la información mediante pregunta por escrito y citar a los secretarios de Estado y a los directores de las entidades paraestatales, quienes comparecerán y rendirán informes bajo protesta de decir verdad. La Ley del Congreso y sus reglamentos regularán el ejercicio de esta facultad.

En el primer año de su mandato, en la apertura del segundo periodo de sesiones ordinarias del Congreso, el presidente presentará ante la Cámara de Senadores, para su aprobación, la Estrategia Nacional de Seguridad Pública e informará anualmente sobre el estado que guarde.

Incluso se modificó la glosa y con ello se evitó la tensión que se vivió con tintes de especial dramatismo. Un punto de quiebre especial fue el protagonizado en 1988 por Porfirio Muñoz Ledo, quien el 1 de septiembre de aquel año, en el marco del último informe de Miguel de la Madrid, en la parte final de la exposición, como senador del Frente Democrático Nacional, se puso de pie y gritó: “Con su permiso, señor presidente”. De inmediato, el presidente de la Mesa Directiva, Miguel Montes, le exigió silencio. El ambiente se tensó e inició el fin del hasta ese momento considerado como el “Día del presidente”.

El ambiente en los subsecuentes informes, con Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox fue convulso y con el paso del tiempo se tensó a tal grado, que en 2008 terminó por modificarse el esquema de la presentación del informe presidencial.

Al momento la entrega prevalece, pero desde Calderón todos los titulares del Poder Ejecutivo realizan la entrega del informe y se limitan a dirigir en escenarios a modo un mensaje a la nación, al que generalmente se ha denominado como informe presidencial aderezado con la difusión en días previos y posteriores, conforme a lo dispuesto a la norma de spots promocionales en tiempos y medios oficiales. Las posibilidades de interpelación quedaron sepultadas y en el olvido.

De cara a la presentación del primer informe de la presidenta Claudia Sheinbaum se prevé (al cierre de esta edición) que el esquema se mantenga, pero se espera, por supuesto, que le imponga su sello.

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