De hondo calado y compleja resolución es como se avizora el entramado de consecuencias que la llamada “guerra comercial” tendrá para los países involucrados. Sin embargo, no todo tiene impacto directo sobre el intercambio de bienes, sino que por igual existe una profunda afectación a diversas actividades y servicios que también contribuyen al sano funcionamiento de la economía en el país.
El caso del turismo merece un análisis especial, ya que en el país de las barras y las estrellas parecería que el efecto pernicioso se ha magnificado ante el escenario de confrontación que prevalece entre Estados Unidos y casi el resto del mundo.
La Asociación de Viajes perteneciente a dicho país reveló cifras que deberían ser preocupantes. En primer término, hay que saber que EU ocupa el tercer lugar como destino turístico predilecto, solamente detrás de España y Francia, a nivel mundial. El valor representado de tal actividad se estima tan solo para 2024 en una cifra que ronda los mil 300 millones de dólares. Adicionalmente, tal asociación estima que la industria turística estadunidense generó para el mismo periodo un aproximado de 15 millones de empleos.
Sin embargo, la polémica contenida en diversas actitudes y declaraciones afecta de manera considerable la buena disposición que muchos han tenido hacia nuestros vecinos del norte. Tan solo habrá que recordar la reyerta iniciada con Canadá, en la que en muchas ocasiones el presidente Donald Trump expresó su intención de “anexar” a sus territorios al país de la hoja de maple.
Quizá por casualidad, aunque se antoja ingenuo pensarlo así, pero conforme a las cifras de un confiable proveedor de viajes especializado en ambos países, se sabe que las reservas anticipadas desde Canadá a EU disminuyeron casi 70% si comparamos los mismos tramos de tiempo entre 2024 y 2025.
Y la actitud poco hospitalaria se extendió a las declaraciones de JD Vance respecto de la gran cantidad de turistas que se esperan para la Copa del Mundo de 2026. Recordemos que hace un par de semanas el vicepresidente comentó: “Sé que tendremos visitantes, probablemente de cerca de 100 países. Queremos que vengan, que celebren, que vean el partido, pero cuando se acabe, tendrán que irse a casa. De lo contrario, tendrán que hablar con la secretaria Noem”.
Cadena
Si la lógica no falla, esta es una forma indiscutiblemente efectiva para quitar incentivos a quienes de alguna forma pensaban prolongar estancias en el país “anfitrión”. Así, también las reservas anticipadas para vuelos provenientes de Europa disminuyeron 28%. El reporte más reciente de las tres principales líneas aéreas estadunidenses declara que se tiene 30% de reducción, en comparación con 2024.
Adicionalmente a los datos aportados tenemos que la Airlines Reporting Corporation estima que el turismo de Australia —muy asiduo a visitar Estados Unidos— cayó progresivamente durante el año desde 70% en enero a 30% en abril.
Estas condiciones dadas en un escenario con propensión a una economía recesiva parecerían las combinaciones perfectas para un caos. La actividad turística aporta al Producto Interno Bruto (PIB) norteamericano hasta 3.3% del total. Las reducciones en los flujos turísticos mencionados representan varios miles de millones de dólares que difícilmente se recuperarán por alguna otra actividad o servicio que los supla. Se estima que hasta el momento se significan casi 30 mil millones de dólares menos que en 2024. La consecuencia puede alcanzar cifras insospechadas que sí hacen mella a la economía en conjunto.
Y por lo que respecta a nuestros connacionales mexicanos la situación tampoco es distinta. Ahí la combinación de economía y orgullo nacional ha hecho que el fenómeno de abandono turístico hacia EU se acentúe. El Centro de Investigación Avanzada en Turismo Sostenible establece que el turismo mexicano hacia el país del norte ha caído en 23 por ciento.
Si la cadena de sucesos se llega a contaminar por el dogma político y el encauzamiento de la opinión pública desde el poder, previsiblemente el problema será mayor. México debe preparar como nunca una estructura turística que dé cabida a aquellos que optan por buscar otras opciones.