La selva tropical de la Amazonía en Brasil enfrenta una grave sequía que podría afectar a unas 500.000 personas para finales del año, informaron el martes las autoridades.
Muchas personas ya están teniendo problemas para acceder a productos básicos como alimentos y agua, debido a que los principales medios de transporte en la región son las vías fluviales, y los niveles de los ríos se encuentran en niveles históricamente bajos. Las sequías también tienen repercusiones en la pesca, un medio de subsistencia para muchas comunidades ribereñas.
El estado de Amazonas declaró una emergencia ambiental hace dos semanas en respuesta a la prolongada sequía y lanzó un plan de respuesta valuado en 20 millones de dólares. Las autoridades también distribuirán alimentos y agua, así como artículos de higiene personal, dijo la agencia de protección civil estatal en un comunicado.
El gobernador Wilson Lima se encontraba en la capital del país, Brasilia, el martes para reunirse con representantes del gobierno federal. Lima habló con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para discutir la sequía.
Los distintos niveles del gobierno “coordinarán medidas para apoyar a la gente que vive en los municipios afectados”, publicó Lima en X, antes Twitter, el domingo.
Quince municipios se encontraban en estado de emergencia el martes, mientras que otros 40 estaban en estado de alerta, señaló la agencia de protección civil.
De acuerdo con el puerto de Manaos, que supervisa los niveles del agua, el río tenía 16,7 metros (55 pies) el martes, unos 6 metros (20 pies) menos comparado con el mismo día del año pasado. El nivel más bajo de agua se registró el 24 de octubre de 2010, cuando el río retrocedió a 13,6 metros (unos 45 pies).
Se tiene previsto que la sequía dure más y sea más intensa debido al fenómeno meteorológico de El Niño, que inhibe la formación de nubes de lluvia, dijo la agencia de protección civil.
El cambio climático exacerba las sequías, haciendo que sean más frecuentes, prolongadas y más severas. Las temperaturas más altas aumentan la evaporación, que reduce el agua de la superficie y seca los suelos y la vegetación.