BUSCAN EU Y CHINA LA SUPREMACÍA TECNOLÓGICA

Los chips alimentan todo tipo de cosas, desde los últimos iPhones de Apple hasta equipos médicos y aviones de combate F-35.

Close-up view on a new semiconductor microchip in gloved hand of computer scientist. Modern technology and hardware development
Arturo Moncada
Internacional
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Un producto que actualmente escasea en el mundo son los chips o microprocesadores. Su demanda se ha disparado durante la crisis sanitaria de coronavirus ante la avalancha de compras de computadoras, tabletas, smartphones, equipos médicos, etcétera. Su escasez genera verdaderos problemas a muchas empresas que los necesitan para sus procesos de producción.

Y mientras la mayoría de las naciones voltean hacia Taiwán y Corea del Sur a la espera de esos ahora preciados chips, tanto los grandes productores de semiconductores como empresas y gobiernos empiezan a mirar a sus propias economías en un intento por buscar soluciones, es decir, por conseguir producir sus propios circuitos integrados.

Ejemplo de ello son Estados Unidos y China.

Carrera

Si bien la guerra comercial entre ambos países se atizó durante el mandato del presidente Donald Trump, hoy alcanza dimensiones muy diferentes convirtiéndose en una definitiva lucha estratégica.

El núcleo de este enfrentamiento son los esfuerzos para establecer la superioridad en el campo de la tecnología, donde la dependencia de ambas naciones respecto del exterior se hace evidente porque China depende de los microchips de fabricación estadunidense para el desarrollo de sus productos tecnológicos y Estados Unidos depende en gran parte de los microprocesadores fabricados fuera de su país, como son el caso de Corea del Sur y Taiwán.

En este marco, aunque China logra avances importantes en el campo de la tecnología, su desarrollo no prospera todavía lo suficiente en las áreas de los microchips y los semiconductores, por lo que sigue dependiendo del exterior y ahora sufre las consecuencias.

Por ello Beijing anunció a partir de ahora la protección de sus cadenas de suministro tanto como sea posible a corto plazo para alcanzar una posición desde la cual pueda satisfacer sus propias necesidades a largo plazo.

En días pasados durante la Asamblea Popular Nacional de China —el acto político de mayor perfil del año de ese país— el primer ministro Li Keqiang presentó los objetivos de crecimiento económico de su nación. Ahí estableció como prioridad la autosuficiencia tecnológica. La medida se produjo luego de que EU también informó que buscará la autosuficiencia tecnológica por cuestiones de seguridad nacional.

Así la nación asiática regresa a su objetivo a largo plazo de convertirse en un competidor global en telecomunicaciones, autos eléctricos y otras tecnologías rentables, lo que aviva la tensión comercial con Washington y Europa, que se quejan de que las tácticas chinas violan los compromisos de apertura de mercado y perjudican a los competidores extranjeros.

No obstante China afirma que no cerrará la puerta al mercado internacional al priorizar el mercado interno, la innovación de alta calidad y su autosuficiencia tecnológica. “Más bien al contrario: China necesita cada vez más al mundo y este a China para mejorar su tecnología”, afirmó el ministro de Ciencia y Tecnología, Wang Zhigang.

Wang recalcó que el desacoplamiento entre las economías de las dos mayores potencias mundiales, Estados Unidos y China, “no es bueno para nadie” y afirmó que “sin importar cómo cambie el mundo” el gigante asiático “seguirá con su política de apertura”.

Por su lado el presidente Joe Biden ya firmó un decreto para reevaluar la importación de suministros necesarios para la fabricación de vehículos, celulares, equipos militares y otros bienes. La orden dispone de un estudio sobre la venta de materias como baterías, productos farmacéuticos, minerales y semiconductores, tecnología de telecomunicaciones e informática, y la posibilidad de incrementar la producción nacional de esos rubros.

Autoridades en Washington sostienen que EU se ha vuelto sumamente dependiente de las importaciones de estos bienes, lo que constituye una amenaza a la seguridad nacional y un riesgo económico.

Tensión geopolítica

La fabricación de semiconductores también se convirtió en un imperativo geopolítico.

Si la capacidad militar en siglos pasados se basó en mejor armamento, como rifles de retrocarga, buques de guerra o bombas atómicas, en el siglo XXI al parecer esta capacidad depende del uso más inteligente de chips avanzados.

Comprendiendo esto, y como parte de su presión sobre la industria de tecnología china, Estados Unidos influyó a la mayor empresa fabricante de microprocesadores: la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company Limited (TSMC), para que deje de suministrar a la compañía tecnológica china Huawei, que antes fue uno de sus principales clientes.

Los chips de TSMC alimentan todo tipo de cosas, desde los últimos iPhones de Apple hasta equipos médicos y aviones de combate F-35, lo que representa aproximadamente 55% de las ventas mundiales de semiconductores. La medida provocó una fuerte tensión en Asia, donde China, afirman especialistas, podría tomar severas medidas económicas y de otra índole en represalia.

Arturo Martínez Paredes, economista e investigador titular la UNAM e integrante del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, afirma que “en el marco de la actual guerra comercial entre China y Estados Unidos este último tiene principalmente dos importantes ventajas sobre la nación asiática: el dólar como moneda mundial y buena parte del dominio en la industria de microprocesadores a través de Intel, AMD y Qualcomm”.

El dominio de semiconductores “es importante en la guerra comercial, al ser un punto fuerte para Estados Unidos y del que China depende”, anota.

No obstante, agrega, “China posee ventajas estratégicas importantes como las telecomunicaciones con la red 5G, donde Huawei lleva la delantera mundial. Por ello actualmente con Biden, y antes con Trump, el alegato de la ‘seguridad nacional’ pretende limitar estas ventajas. Una muestra es el boicot de la gama de servicios de Google y Android respecto de Huawei a partir de mayo de 2019”.

Progresos

Ahora China, que gasta más en la importación de chips de computadora que en petróleo, comenzó a desarrollar una industria de semiconductores para reducir su dependencia de los proveedores extranjeros.

Para la politóloga estadunidense y experta en temas de Asia, Shelley Rigger, la presión de Estados Unidos sobre China solamente refuerza la determinación de Beijing para volverse autosuficiente en la fabricación de semiconductores: “China tiene una cantidad infinita de dinero para enfrentar un problema como este y no se frenará para hacer lo que se tenga que hacer”.

En tanto, Estados Unidos busca la reducción de su dependencia respecto de Asia tanto en la producción como en la venta de microchips. En las últimas dos décadas la participación de EU en la producción mundial de microprocesadores y semiconductores disminuyó de 25 a 12% y continúa a la baja debido a que las empresas estadunidenses optaron por subcontratar en Asia. Por ello el gobierno de Washington intenta revertir este proceso con pasos como la propuesta de ley que prevé exenciones de impuestos de hasta 40% para productores dentro del territorio estadunidense y el apoyo de doce mil millones de dólares para Investigación y Desarrollo (I+D), así como diez mil millones de dólares para proyectos de fabricación a nivel estatal.

Microprocesador

Es la parte de una computadora diseñada para llevar a cabo o ejecutar los programas, es decir, el cerebro de la computadora. Este ejecuta instrucciones que se le dan a la computadora a muy bajo nivel haciendo operaciones lógicas simples, como sumar, restar, multiplicar y dividir. El microprocesador es un tipo de componente electrónico en cuyo interior existen miles o millones de elementos llamados transistores, cuya combinación permite realizar el trabajo que tenga encomendado el chip.

Las funciones del procesador son centrales para el sistema informático ya que procesa la información de todos los programas ejecutados, desde los básicos del sistema operativo o de autogestión, hasta los que interactúan con el usuario o controlan dispositivos periféricos.

Existen diversas formas de clasificar los microprocesadores, aunque una de las más usuales es según su número de núcleos (cores, en inglés): pueden ser núcleo simple, doble o cuádruple. De acuerdo al número de núcleos su capacidad de cálculo será mayor o menor.

Fuente: AIU

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