Supongamos por un momento —y conste que es una mera suposición— que vivimos bajo un régimen autoritario. Un gobierno que miente, manipula y divide a la sociedad para aferrarse al poder. Uno que fabrica enemigos, inventa agravios y alimenta el enojo para enfrentar a familias, vecinos, amigos y ciudadanos entre sí. Si este fuera nuestro caso —y repito, es una mera hipótesis inocente—, ¿cuál sería la mejor estrategia para combatir a este régimen?

La justicia restaurativa pone en el centro el valor de la dignidad humana

Jaime Rivera, consejero del INE

El Gobierno federal espera recaudar 75 mmdp adicionales, pero sin etiquetar ni un solo peso para salud, lo que permitirá usar esos recursos “para propaganda, programas clientelares o pago de deuda”

Mario Vázquez advierte a Ebrard sobre retrocesos graves en la economía

Esta reforma no democratiza el amparo, lo encarece

Carla Humphrey, consejera del INE

Adelanta que empresarios presentaron propuesta para reducir azúcares de bebidas.

Presidenta de la Cámara de Diputados asegura que es regresiva

Entre ellos Nazario “N” relacionados con extorsión y venta de droga en ese estado y Puebla.

No se amedrentan por despidos de miles de trabajadores

Continuando con el tema de la entrega anterior, cabe apuntar que desde aportaciones fundamentales como The soldier and the State, de Samuel Huntington, y The profesional soldier, de Morris Janowitz, entre otras destacadas obras, desde fines de la Segunda Guerra Mundial las dinámicas entre el estamento militar y el estamento civil han captado, y con razón, la atención de estudiosos de la democracia y los sistemas políticos.