Lo más doloroso de la reforma fiscal es el aumento de impuestos, etapa en la que ha entrado ya la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, porque, ¿a quién le gusta pagar más? ¡A nadie!

Algunas de las consecuencias han sido probadas con estudios médicos y científicos, pero hay un número de secuelas que representan mitos solamente.

Urge crear conciencia y sensibilizar a la población para una mejor batalla contra esta enfermedad.

La transición desde la lactancia materna exclusiva hasta el consumo de los alimentos de la familia es un periodo delicado.

Debemos estimular conductas cardiosaludables para proteger a las futuras generaciones de una epidemia de enfermedad cardiaca.

En lugar de una reforma fiscal a fondo, que el país necesita y ha estado esperando desde hace muchos años, el gobierno prefirió impulsar una nueva miscelánea fiscal.

De acuerdo a la Unicef, 165 millones de niños en el mundo que ahora tienen menos de 5 años, tendrán en el futuro problemas de desarrollo físico y mental debido a la desnutrición.

El Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios a las bebidas saborizadas “no resuelve la obesidad, castiga a las familias más pobres e incrementa el desempleo”, afirmó la cadena productiva de la caña de azúcar.

Entre los impuestos de nueva creación figura el gravamen a las bebidas azucaradas y al uso de plaguicidas.

La agencia Reuters tuvo acceso a un borrador de la reforma hacendaria que el presidente enviará al Congreso de la Unión.

Es imprescindible que las madres conozcan este método de alimentación en beneficio de la salud de los infantes y de la misma economía familiar, pues sólo se adquieren formulas lácteas en los casos que lo requieran.