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“La medicina de precisión ha revolucionado para el diagnóstico del cáncer colorrectal”.
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“Un tercer mandato presidencial es un serio desafío a la estabilidad y seguridad interior de EU”.
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“En esta etapa nuestras hormonas se apagan, lo que nos hace más vulnerables a enfermedades”.
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El deber es lo que esperamos que hagan los demás, no lo que hacemos nosotros mismos.
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La globalización está muriendo, la Pax Americana se derrumba y la humanidad se adentra en un nuevo mundo desconocido y oscuro. Lo que estamos viviendo hoy es el final del orden internacional que estuvo en vigor por 80 años: una colección de instituciones, acuerdos, alianzas y reglas liberales que permitieron la mayor creación de riqueza, la mayor disminución de la pobreza, la mayor prosperidad material y el menor número de conflictos en la historia de la humanidad.
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“Son los gobiernos corruptos, no los mercados competitivos, los que bloquean la tecnología obsoleta”.
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Hablar del tenis mexicano en la actualidad es hablar de un entorno gris y con flacas expectativas a futuro en cuanto al desarrollo de nuevos jugadores. Particularmente, la Federación Mexicana de Tenis sigue siendo corrupta y poco funcional.
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La quija o Ouija es una tabla que ha despertado curiosidad, temor y controversia a lo largo de los años. Su nombre proviene de la unión de las palabras oui (sí en francés) y ja (sí en alemán), lo que refleja su propósito: comunicarse con el más allá y obtener respuestas. A pesar de su apariencia simple —una tabla con letras del abecedario, números del cero al nueve, y las palabras “sí”, “no” y “adiós”—, la ouija ha sido protagonista de historias misteriosas, leyendas urbanas y estudios paranormales.
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Para algunos especialistas sí se puede y desde 2012 se han hecho esfuerzos para medir la felicidad a partir de los siguientes factores: Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, esperanza de vida saludable, apoyo social, libertad para tomar decisiones de vida, generosidad y percepción de la corrupción.
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Estoy harta de hablar de amor. O, más bien, de desamor. Estoy harta de hablar de mi cuerpo, de justificar mis decisiones, de sentirme tan defectuosa que continuamente debo repararme a mí misma, incluso cuando mi encontronazo con el mundo sea ajeno y me toque a mí reparar los platos rotos.