Envejecimiento, reto para México en los próximos años

En esta etapa de la vida las mujeres son más vulnerables a discriminación y tienen mayores riesgos de pobreza. 

Lorena Ríos
Política
Envejecimiento, reto para méxico en los próximos años
Foto: Cuartoscuro

El mundo envejece en forma acelerada. Cada segundo dos personas cumplen 60 años: en la actualidad se estima que hay 900 millones de adultos mayores y para 2050 serán casi dos mil millones.

En México transitan 12.5 millones de personas de la tercera edad y se prevé que dentro de 35 años se sumarán 20 millones más.

Este fenómeno demográfico se deriva del aumento de la longevidad e implica un desafío para satisfacer las necesidades vitales de esa población, además de prevenir su exclusión, discriminación y/o pobreza.

En realidad el envejecimiento de la humanidad es un triunfo del desarrollo y de los avances científicos, que a la par implica nuevos retos y compromisos para los gobiernos de cada nación. Por ello es importante que se reconozcan las deficiencias y se acepten las recomendaciones que países con experiencias exitosas en la atención a la población adulta mayor ofrezcan, como en el caso de Suecia, Noruega y Japón.

De esa forma podrá alcanzarse una sociedad donde toda la población tenga oportunidad de contribuir al desarrollo, distribuir y disfrutar de sus beneficios.

Ante este escenario, el gobierno federal señala que en 2050 se espera existan 32 millones de adultos mayores, por lo que México enfrenta el reto de prever escenarios futuros, planear con sentido estratégico y tomar decisiones responsables para enfrentar las demandas sociales y económicas que este cambio demográfico acelerado representa.

De hecho, el propio presidente Enrique Peña Nieto reconoció durante su reciente participación en la segunda reunión de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe que la política de población es fundamental para alcanzar un desarrollo más equilibrado, sostenible y pleno.

“Es un instrumento clave para elevar la calidad de vida de las sociedades modernas”, recalcó el mandatario.

México trabaja para aprovechar su bono demográfico, pues para 2030 el país contará con el mayor porcentaje de población en edad productiva, puntualizó, y agregó que hoy más jóvenes cursan la educación media superior y superior, además de que 2.2 millones de ellos reciben una beca y tienen nuevas opciones para estudiar en el extranjero.

Mencionó que a través del Instituto Nacional del Emprendedor y del Programa Crédito Joven el gobierno respalda a los emprendedores de 18 a 30 años que quieren iniciar o ampliar su negocio y no cuentan con historial crediticio.

Agregó que con el pleno respeto de los derechos humanos y a la igualdad de género, la política de población en el país tiene una visión de largo plazo para atender los desafíos de las próximas cuatro décadas.

Latinoamérica

Cabe destacar que la situación no es diferente en los países de América Latina y el Caribe: en 2025 el grupo de población en edad activa, de 20 a 64 años, alcanzará su máximo en términos porcentuales y representará casi 60% del total, según informa el director del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade)-División de Población de la CEPAL, Dirk Jaspers.

El funcionario reconoce que estos cambios en la estructura etaria tienen implicaciones en las áreas de educación, salud y pensiones. De igual forma, en términos económicos, indica que el consumo de la población de 65 años y más superará por primera vez al de los menores de 20 años hacia 2030 en Cuba y Chile y hacia 2045 en Colombia, Brasil y México.

El pronóstico es que en 2060 este fenómeno, denominado de “economías envejecidas”, se habrá extendido a toda la región, con excepción de Bolivia, Paraguay y algunos países del Caribe, advierte.

Envejecimiento mundial

De acuerdo con datos de HelpAge International, Organización No Gubernamental que cada año publica el Índice global de envejecimiento y mide el bienestar social y económico de las personas mayores en 96 países, señala que en el planeta hay 900 millones mayores de 60 años.

El índice coloca a Suiza como el mejor país para las personas mayores; le siguen Noruega y Japón. El resto de los primeros diez países clasificados se encuentran en Europa Occidental y América del Norte.

En América Latina, Chile es el líder; le siguen Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Panamá y México.

El último país en el ranking es Afganistán. Por encima de este país se encuentran apenas Pakistán, Tanzania y Jordania.

El organismo internacional, auspiciado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), advierte que la desigualdad entre países es cada vez mayor: este año el índice muestra que la brecha en la esperanza de vida a los 60 años entre los países desarrollados y subdesarrollados ha aumentado en dos años desde 1990. Esta desigualdad crecerá si no se presta más atención a este grupo de edad y si las políticas no están mejor orientadas. En este momento las medidas de austeridad en Europa afectan el bienestar de mujeres y hombres mayores.

Isabel Martínez, presidenta de HelpAge International España, alerta que “la exclusión y la discriminación por edad están presentes en todos los países y son de los mayores obstáculos para satisfacer las necesidades de las personas mayores. Es preciso que el envejecimiento se tome en cuenta en las agendas nacionales y este índice ofrece una mejor comprensión sobre la calidad de vida de mujeres y hombres a medida que envejecen, por lo que nos ayudará a centrar la atención en las cosas que se hacen bien pero, sobre todo, en aquellas que tienen que mejorar”.

Mujeres de edad

A escala mundial, las mujeres representan la mayoría del grupo de adultos mayores: por cada 100 mujeres de 60 años o más hay 84 hombres; y por cada 100 mujeres de 80 años o más hay 61 hombres de la misma edad.

Las mujeres y los hombres viven la vejez de una manera diferente, ya que ellas tienen mayor riesgo de pobreza en esta etapa de la vida, son más vulnerables a discriminación, encuentran poco acceso a un empleo y a la atención a la salud, corren el riesgo de ser maltratadas, enfrentan la negación a su derecho a la propiedad y la herencia de bienes, así como a la falta de un ingreso mínimo básico y de servicios de seguridad social, destaca la UNFPA.

A nivel mundial, 73.5% de los hombres son económicamente activos, en comparación con 46.8% de las mujeres entre 55 y 64 años. Además, las mujeres suelen ganar menos que los hombres, por lo que la oportunidad de ahorrar para la vejez se limita. Esta condición incrementa el riesgo de pobreza en esa etapa de la vida, señala el organismo.

Mientras, en México, de las personas de 60 años y más, las cuales se estima son 12.5 millones, 31.5% está en una etapa de prevejez (60-64 años); 41.1% se encuentran en una vejez funcional (65 a 74 años); 12.3% está en una vejez plena (75 a 79 años), y 15.1% transita por una vejez avanzada (80 años y más).

“Cada vez hay más personas en edad avanzada en el país. La pirámide poblacional se modifica con el aumento en la esperanza de vida de la población y lo que vamos hacer es conjuntar todos los programas y acciones que ya existen a través de las diferentes instancias gubernamentales”, exponePatricia Chemor Ruíz, secretaria general del Consejo Nacional de Población (Conapo). Añade que “la idea es unir fuerzas y dotar a las personas mayores de trabajo digno remunerado, seguridad social y mejorar su calidad de vida”.

Por ello, en fecha reciente se envió al Congreso la iniciativa de Ley General de Población que, en sustitución de la actual publicada en 1974, busca actualizar los temas fundamentales de la nueva realidad del país, como el aprovechar el bono demográfico de los jóvenes, el envejecimiento de la población y la construcción de ciudades sustentables.

La iniciativa contiene elementos que buscan mejorar la calidad de vida de adultos mayores, toda vez que la esperanza de vida de los mexicanos ha ido en aumento y actualmente se ubica en más de 75 años.

Bono demográfico

El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Juan Pablo Castañón, reconoce que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) vive una de las etapas más delicadas de su historia debido a la carga que le representa su propio régimen de jubilaciones y pensiones para sus trabajadores, que solo en 2015 significará un costo de 64 mil millones de pesos.

Por ello considera necesario actuar ahora que el bono demográfico se agota y la esperanza de vida de los mexicanos es mayor. Y recalca: “La pirámide poblacional se está modificando: mientras en 1990 por cada pensionado había 14 personas trabajando y cotizando, en 2050 la cifra se reducirá a solo cuatro personas que cotizarán por cada mexicano pensionado”.

El líder patronal destaca que es necesario mejorar el sistema de pensiones, que es una de las fortalezas como país, pero que se está desaprovechando. De ahí que exhorta a emprender cuanto antes acciones y medidas que puedan procurar una solución integral, de largo plazo, que fortalezcan al IMSS y al sistema de pensiones.

Coincide con ese análisis Carlos Noriega, presidente de la Asociación Mexicana de Afores (Amafore), quien advierte que es urgente reformar el sistema de pensiones en México antes de 2023 o de lo contrario ocurrirá una crisis similar a la de Grecia o Argentina.

“La crisis de la seguridad social, si se atiende, es curable. Es la última campanada, porque en 2023 se invierte la curva”, alerta.

Y es que a partir de ese año habrá un drástico aumento en el número de dependientes mayores de 65 años por trabajador y, por ende, una mayor carga económica y menor capacidad de ahorro, menciona.

En este sentido Carlos Ramírez, presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, señala que “el tsunami demográfico que se nos viene encima es una realidad y la única manera de estar preparados es con el ahorro”.

Ambos puntualizan que los temas que deben incluirse en la reforma de pensiones son el monto de las aportaciones, la densidad de cotización, la rentabilidad de la inversión de las Afores y la edad de retiro.

Pensiones y jubilaciones

En la medida en que los adultos mayores dejan de trabajar y de producir, pero consumen recursos a través de pensiones y servicios, algunos sectores de la sociedad consideran erróneamente que es un “gasto excesivo” y no un derecho fundamental, expone a su vez Graciela Casas Torres, de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.

La investigadora señala que “no piensan que ya produjeron en su momento y, sobre todo, que aspiramos y debemos tener garantizada nuestra seguridad cuando lleguemos a esa edad. En contraparte, la juventud es sobrevalorada por su capacidad de producir riqueza”.

Según la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social (ENESS) 2013 solo una cuarta parte de los adultos mayores se encuentra pensionada (26.1%). Dicho porcentaje es dos veces mayor en los varones (35%) que en las mujeres (18.5%). Tres cuartas partes (77.8%) de las pensiones provienen del IMSS, mientras que una sexta parte (14.7%) las otorga el ISSSTE y 7.5% otras instituciones.

En México, con sus desigualdades, ser anciano también significa falta de oportunidades, de acceso al ejercicio pleno de los derechos humanos básicos y un futuro incierto, lleno de carencias. Para otros representa un gran reto para disfrutar y, sobre todo, construir un nuevo “ser viejo”, que permita desmitificar la imagen de obsolescencia y de pérdida, así como construir la ganancia del envejecimiento, resalta Casas Torres.

Enfermedad y acceso a la salud

Con la longevidad el precio que se paga es un deterioro en la salud, que en algunos casos lleva a la discapacidad. Datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2012 (ENIGH) revelan que del total de personas con discapacidad 51.4% tiene 60 años o más.

Entre los principales males que afectan a este sector de la población están diabetes mellitus (16.9%), enfermedades isquémicas del corazón (16.5%), enfermedades cerebrovasculares (7%), infecciones en vías respiratorias (5.9%), enfermedades del hígado (4.5%) y la hipertensión arterial (4.3%); en conjunto concentran 55.1% de los fallecimientos, según datos del INEGI respecto de 2013.

Del total de los egresos hospitalarios por trastornos mentales y del comportamiento en los adultos mayores en el país, 13.5% es por demencia no especificada, 13.2% por trastornos mentales y del comportamiento debido al uso de alcohol, y 12.3% por trastornos depresivos.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 20% de la población de 60 años y más sufre algún trastorno mental o neurológico, siendo la demencia y la depresión los padecimientos neurosiquiátricos más frecuentes.

En este sentido, Luis Miguel Gutiérrez Robledo, director general del Instituto Nacional de Geriatría, señala que México debe trabajar no solamente para la formación de más geriatras, ya que solo cuenta con 521 certificados, sino también en lograr que la mayor parte de esta población esté en las mejores condiciones de salud posibles.

“Según los datos, 5.8% de los mayores de 60 años son totalmente dependientes y alrededor de 25 a 30% tiene algún tipo de discapacidad”, indica.

Por ello destaca la necesidad de reforzar la promoción de un envejecimiento sano y activo, así como “dirigir la mirada a este reto creciente que representa la dependencia y los cuidados”.

Violencia

El robo a casa-habitación sin violencia es el delito que más aqueja a los adultos mayores en la Ciudad de México, de acuerdo con cifras que ofrece el Consejo Ciudadano en el marco de su programa Línea plateada. Añade que más de 70% de estos robos son realizados por personas conocidas.

Según el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), 1.1 millones de personas de 60 años o más residen en el Distrito Federal y casi 150 mil viven solas; de ahí que pueden ser vulnerables a situaciones que comprometan su seguridad y tranquilidad.

Evelyn Smolensky, sicoanalista y especialista en crisis, explica que el envejecimiento es un proceso inevitable en la vida del ser humano, que a pesar de ser una parte normal del desarrollo también es una etapa difícil de ser vivida que se caracteriza por la multiplicidad de pérdidas, por esta razón las personas de la tercera edad son más aprehensivas dándole valor incalculable a sus pertenencias.

Datos de la ENDIREH 2011 señalan que entre las mujeres de 60 años o más, 45% sufrió algún tipo de violencia por parte de su pareja o ex pareja. De este grupo, 18% declaró haber sufrido violencia por sus hijos (43.3%) e hijas (37.3%).

El camino que falta

En la mayoría de los hogares del mundo las familias son las que tienen la responsabilidad de atender y apoyar económicamente a las personas mayores dependientes. Sin embargo, los costos pueden resultar elevados cuando el adulto mayor no cuenta con seguridad social, al grado que puede afectar la capacidad de ahorro y de empleo de los cuidadores.

Al respecto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advierte que en 2050 el gasto de atención para este grupo se duplicará o incluso se triplicará, debido al envejecimiento de las poblaciones.

Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, aconseja a los Estados “revisar las políticas actuales,ya que algunos carecen de coherencia, optimizar los gastos y respaldar a las familias que constituyen la espina dorsal de los dispositivos de cuidados de larga duración”.

Si bien es cierto que el envejecimiento de la población plantea desafíos a los gobiernos y las sociedades, no debe verse como una crisis sino como una oportunidad de promover un envejecimiento activo y en condiciones saludables.

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